El arzobispo de Toledo en la misa de este domingo
El sexo como «pura diversión» es una promesa de «aparente» felicidad que sólo cosifica a la persona
Monseñor Braulio Rodríguez denuncia la sexualidad «sin responsabilidad» porque «se transforma en cosificación del hombre al que ya no se considera persona».
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha defendido el ‘sí’ del sacramento del bautismo a la vida «frente al ‘no’ que se manifiesta a través de la cultura de la muerte -o anticultura- ampliamente dominante en la sociedad actual».
Así lo ha manifestado Rodríguez en la homilía que ha celebrado este domingo en la Catedral Primada, donde ha dicho que esa «anticultura» se manifiesta, por ejemplo, en la droga como «huida de lo real hacia los ilusorio». Igualmente, ha puesto como ejemplo de este hecho la mentira, el fraude, la injusticia, el desprecio del otro, y el desprecio de la ayuda y la solidaridad «con respecto a los pobres y a los que sufren».
Según ha asegurado el arzobispo de Toledo, este desprecio se refleja también en una sexualidad «que se convierte en pura diversión, sin responsabilidad» y «se transforma en cosificación del hombre al que ya no se considera persona».
Para Rodríguez, el hombre se convierte «en mercancía y puro objeto». Así, ha añadido que a esta promesa de «aparente» felicidad «le decimos ‘no’ para cultivar la cultura de la vida». De este modo, ha reiterado que el ‘sí’ cristiano del bautismo, desde los tiempos antiguos hasta hoy, es un «gran ‘sí’» a la vida. «Este es nuestro ‘sí’ a Cristo, el ‘sí’ al vencedor de la muerte y el ‘sí’ a la vida en el tiempo y la eternidad», ha añadido. Razón por la cual, ha señalado que en el diálogo bautismal el ‘sí’ se manifiesta en tres adhesiones -al Dios creador, a Cristo y a la comunión de la Iglesia-, y el ‘no’ se articula en tres renuncias -a las tentaciones, al pecado y al diablo-. El arzobispo de Toledo ha pronunciado estas palabras con motivo del bautizo que han recibido en la Catedral de Toledo tres niños que, según ha dicho, han recibido un don que ha esperado que afecte a su conocimiento de la amistad, Jesucristo, María y la Iglesia.
Así lo ha manifestado Rodríguez en la homilía que ha celebrado este domingo en la Catedral Primada, donde ha dicho que esa «anticultura» se manifiesta, por ejemplo, en la droga como «huida de lo real hacia los ilusorio». Igualmente, ha puesto como ejemplo de este hecho la mentira, el fraude, la injusticia, el desprecio del otro, y el desprecio de la ayuda y la solidaridad «con respecto a los pobres y a los que sufren».
Según ha asegurado el arzobispo de Toledo, este desprecio se refleja también en una sexualidad «que se convierte en pura diversión, sin responsabilidad» y «se transforma en cosificación del hombre al que ya no se considera persona».
Para Rodríguez, el hombre se convierte «en mercancía y puro objeto». Así, ha añadido que a esta promesa de «aparente» felicidad «le decimos ‘no’ para cultivar la cultura de la vida». De este modo, ha reiterado que el ‘sí’ cristiano del bautismo, desde los tiempos antiguos hasta hoy, es un «gran ‘sí’» a la vida. «Este es nuestro ‘sí’ a Cristo, el ‘sí’ al vencedor de la muerte y el ‘sí’ a la vida en el tiempo y la eternidad», ha añadido. Razón por la cual, ha señalado que en el diálogo bautismal el ‘sí’ se manifiesta en tres adhesiones -al Dios creador, a Cristo y a la comunión de la Iglesia-, y el ‘no’ se articula en tres renuncias -a las tentaciones, al pecado y al diablo-. El arzobispo de Toledo ha pronunciado estas palabras con motivo del bautizo que han recibido en la Catedral de Toledo tres niños que, según ha dicho, han recibido un don que ha esperado que afecte a su conocimiento de la amistad, Jesucristo, María y la Iglesia.
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