EN EL ESTADO DE KENTUCKY, ESTADOS UNIDOS
Un juez detiene la ejecución de un condenado a la pena capital por quien intercede el Papa
Gregory L. Wilson debía morir por inyección letal el 16 de septiembre.
Un juez ha detenido la ejecución de un condenado a muerte por quien ha intercedido Benedicto XVI.
El arzobispo Pietro Sambi, nuncio del Papa en los Estados Unidos, entregó al gobernador de Kentucky una carta en la que se intercede por Gregory L. Wilson, de 53 años, que debía ser ejecutado el 16 de septiembre con inyección letal, tras haber sido declarado culpable del secuestro, violación y asesinato de una mujer, Deborah Pooley, en 1987, en el norte de ese Estado.
El juez Phillip Shepherd, del condado de Franklin, ha detenido la ejecución, por considerar que el protocolo del Estado para llevar a cabo una ejecución está en contradicción con la ley del estado, y no ofrece garantías para prevenir la ejecución de personas con minusvalías mentales.
Kentucky reintrodujo el protocolo para aplicar la inyección letal en mayo, siete meses después de que la corte suprema del Estado detuviera las ejecuciones pues el proceso escrito no era aplicado correctamente.
El arzobispo de Louisville, monseñor Joseph Kurtz, se ha unido a la petición del Papa, expresando su deseo de que prevalezca "una misericordia que defienda el bien común de la sociedad, honre la justicia y tenga una finalidad más elevada, alejando la irreversible solución de la muerte. La misericordia es la única forma de sanar y dar esperanza".