El lugar del caso real de 1949 en San Luis, EEUU
¿Exorcismo en directo en TV en Halloween en la casa que inspiró «El Exorcista»? Sí, pero más bien no
En la noche de Halloween, el canal de TV por cable Destination America, un canal no muy exitoso perteneciente a la red Discovery, ha emitido un “exorcismo en directo”, "el primero en la historia", en una casa en San Luis (Missouri) que fue escenario de los exorcismos reales que unos jesuitas de la universidad católica de la ciudad celebraron sobre un joven en 1949, en un caso que dio origen a "El Exorcista", la novela de 1971 de William Peter Blatty y a la película de 1973 de William Friedkin.
El canal de TV anunció que en la “noche más peligrosa” filmarían en directo un exorcismo en esa casa, presentándolo como una experiencia televisiva paranormal y en directo. El programa se tituló "Exorcism Live!": pueden verse escenas aquí, pero hay cierto consenso en la crítica televisiva en considerar que no vale la pena.
La diócesis, en contra
El obispo auxiliar de San Luis, Robert Hermann, enseguida dejó claro que la diócesis no daba permiso a ningún católico, y menos a ningún sacerdote, para participar en una actividad que con ánimo de entretenimiento “trivializa el antiguo ritual de la Iglesia Católica Romana y el peligro muy real del mal”.
“Cualquier intento de usar el solemne ritual de exorcismo como entretenimiento expone a todos los participantes al peligro de futuros ataques satánicos ocultos”, declaró el obispo Hermann el 29 de octubre.
No queda claro si este peligro que dice el obispo se aplica a películas de ficción que usan frases enteras del ritual de exorcismos con el objetivo, obviamente, de entretener a su público, aunque sea desde el respeto a la fe y la Iglesia, como es el caso de la clásica de Friedkin de 1973, El exorcismo de Emily Rose (2005) y Líbranos del mal (2014) de Scott Derrickson o El Rito (2011), con Anthony Hopkins, inspirada en el libro de divulgación de Matt Baglio.
Tampoco está clara en muchos productos la frontera entre entretenimiento, divulgación y educación incluso edificante. En el cine el entretenimiento no suele ser sólo entretenimiento.
Un "obispo veterocatólico"
Como la Iglesia se negó a participar en el programa en directo, los responsables acudieron a un exseminarista católico, James Long, que hoy es “obispo” de su propia pequeña iglesia, la “United States Old Catholic Church”, lejos de la comunión con Roma.
Pese al uso de alzacuellos o vestimentas litúrgicas, las distintas iglesias “old catholic” (veterocatólicas), que nacieron en un cisma tras el Concilio Vaticano I, han ido asumiendo la teología liberal del episcopalianismo: sacerdotes casados, sacerdotisas, admisión del divorcio, bendición de uniones del mismo sexo, etc… Eso no ha impedido que se hayan dividido entre ellas más y más y sumen sólo unos pocos miles de fieles entre Europa y EEUU.
Además del “obispo” veterocatólico, el programa de televisión decidió llevar a una médium espiritista y al musculoso equipo de su programa televisivo de “cazafantasmas” Ghost Asylum.
Los cazafantasmas de Ghost Asylum posan ante la casa de los hechos de 1949 en San Luis, Missouri
Escenas recreadas, en vez de investigación
El programa, de dos horas, tenía el aliciente de ser en directo y en un lugar con una historia especial en una noche especial, pero según Brian Lowry, el columnista de TV de Variety.com resultó muy aburrido.
En vez de intentar explicar los hechos reales de 1949 con expertos o testimonios, el programa trató de recrearlos con escenas exorcísticas teatralizadas… pero como el espectador tiene en mente la película de 1973, mucho más impactante, las recreaciones no quedaban a la altura.
Para colmo, el programa no intentó ni siquiera explicar o profundizar bien en el caso real de 1949, que podría haber sido de verdad interesante. Por ejemplo, los tres jesuitas implicados en el caso de 1949 eran novatos en temas exorcísticos, y aunque estaban convencidos de que era un caso real de posesión un repaso a la evidencia del chico afectado (que aún vive, 65 años después) podría hacer pensar más bien en un tema patológico, como propone la investigación de Mark Opsasnick de 1998.
En 1993, Thomas B. Allen publicó Possessed: The True Story Of An Exorcism, analizando el caso real, aunque la investigación de Opsasnick cree que se equivoca de persona. La cadena de TV se puso en contacto con Allen pero no quiso participar en el programa.
Una escena con John Long, de la U.S.Old Catholic Church, revestido y recitando una oración sobre la casa vacía... El ritual no dice nada de que se tenga que hacer con mala iluminación
Brian Lowry, el columnista de TV de Variety.com, lamenta que el programa de dos horas se limite a introducir a los cazafantasmas en la casa, que repiten una y otra vez “qué frío hace aquí” (“como si fueran de camping”, comenta Lowry), con mensajes de espectadores bajo la pantalla que repiten “qué miedo tengo” (“de forma cómica”, matiza Lowry) y el recitado por parte de James Long de un exorcismo menor para edificios y luego una hora de espiritismo con silencios rellenados de música de miedo, sin que pase nada. “Relleno blando e inofensivo de noche de Halloween”, sentencia el crítico televisivo.
Por supuesto, anunciar como "el primer exorcismo en directo" a una ceremonia donde ni siquiera hay poseídos, que es básicamente recitar una oración en un edificio vacío y a cargo de un señor que ni siquiera es realmente sacerdote católico es estafar al público.
El caso real que inspiró la novela
Lo que desencadenó la imaginación del novelista Peter Blatty fue el artículo del The Washington Post del 20 de agosto de 1949, firmado por Bill Brinkley, titulado "Un sacerdote libra a un joven de Mount Rainier de las garras del demonio".
En 1993, Thomas B. Allen publicó Possessed: The True Story Of An Exorcism, que analiza el caso real de 1949, a partir (dice el autor) de un diario de 1949 que los sacerdotes implicados realizaron como guía para futuros exorcismos y que le cedió el padre Halloran, uno de los ayudantes de Bowdern en el caso. La mayoría de las webs que hablan de "el caso real que inspiró El Exorcista" se remiten a este libro.
En 1998 (con copia en Internet en 1999), el periodista Mark Opsasnick puso en duda muchos datos del libro de Allen en un artículo en "Strange Magazine" que puede leerse en www.strangemag.com/exorcistpage1.htm.
Para empezar, el joven protagonista, un chico de 13 años, no sería de Mount Rainier, Maryland, sino de un pueblecito cercano, Cottage City. Opsasnick explica que no encontró a nadie en Mount Rainier que hubiera conocido el caso de cerca, y sí lo hizo en Cottage City, llegando hasta un chico (entonces ya un hombre de más de 50 años) cuyos problemas, en su opinión, pueden explicarse desde la mera psiquiatría. Los curas implicados, además, eran todos "novatos" en temas exorcísticos. Habló con el padre Halloran, quien dijo que había quemado su copia del diario de 1949. Y Allen se negó a colaborar o comentar nada con Opsasnick.
Sí se confirmaron en su investigación cosas que de alguna manera aún se vislumbran incluso en la película: una familia luterana alemana religiosa (que se convierte al catolicismo tras el suceso); un padre poco implicado; un hijo solo, que practicaba espiritismo con una tía...
El padre Walter H. Halloran, que participó en el exorcismo de 1949, murió en 2005; fue capellán de paracaidistas, condecorado con dos estrellas de bronce
El padre Walter H. Halloran fue el sacerdote implicado en el exorcismo que murió más recientemente, el 1 de marzo en 2005, a los 83 años (fue un hombre valiente: capellán de los paracaidistas en Vietnam hasta 1971, con dos estrellas de bronce).
El principal exorcista fue el padre William Bowdern, pastor de la parroquia de San Francisco, en San Luis, con la ayuda del padre Raymond Bishop (director entonces del departamento de educación de la Universidad de Saint Louis) y permiso formal del arzobispo Joseph E. Ritter.
El padre Bowdern murió en 1983 con 86 años y Bishop en 1978 con 72. Las sesiones del exorcismo tuvieron lugar del 16 de marzo al 18 de abril de 1949 en el Alexian Brothers Hospital de San Luis, en una rectoría cercana y en casa de unos parientes del chico en Normandy, Missouri.
(Si quiere ver vídeos en directo de exorcismos reales recomendamos estos de la catedral copta de El Cairo)
Bajo estas líneas, una detallada entrevista al exorcista oficial de la diócesis de Cartagena-Murcia, Salvador Hernández, quien también ha explicado sus experiencias en el libro Así se vence al demonio
El canal de TV anunció que en la “noche más peligrosa” filmarían en directo un exorcismo en esa casa, presentándolo como una experiencia televisiva paranormal y en directo. El programa se tituló "Exorcism Live!": pueden verse escenas aquí, pero hay cierto consenso en la crítica televisiva en considerar que no vale la pena.
La diócesis, en contra
El obispo auxiliar de San Luis, Robert Hermann, enseguida dejó claro que la diócesis no daba permiso a ningún católico, y menos a ningún sacerdote, para participar en una actividad que con ánimo de entretenimiento “trivializa el antiguo ritual de la Iglesia Católica Romana y el peligro muy real del mal”.
“Cualquier intento de usar el solemne ritual de exorcismo como entretenimiento expone a todos los participantes al peligro de futuros ataques satánicos ocultos”, declaró el obispo Hermann el 29 de octubre.
No queda claro si este peligro que dice el obispo se aplica a películas de ficción que usan frases enteras del ritual de exorcismos con el objetivo, obviamente, de entretener a su público, aunque sea desde el respeto a la fe y la Iglesia, como es el caso de la clásica de Friedkin de 1973, El exorcismo de Emily Rose (2005) y Líbranos del mal (2014) de Scott Derrickson o El Rito (2011), con Anthony Hopkins, inspirada en el libro de divulgación de Matt Baglio.
Tampoco está clara en muchos productos la frontera entre entretenimiento, divulgación y educación incluso edificante. En el cine el entretenimiento no suele ser sólo entretenimiento.
Un "obispo veterocatólico"
Como la Iglesia se negó a participar en el programa en directo, los responsables acudieron a un exseminarista católico, James Long, que hoy es “obispo” de su propia pequeña iglesia, la “United States Old Catholic Church”, lejos de la comunión con Roma.
Pese al uso de alzacuellos o vestimentas litúrgicas, las distintas iglesias “old catholic” (veterocatólicas), que nacieron en un cisma tras el Concilio Vaticano I, han ido asumiendo la teología liberal del episcopalianismo: sacerdotes casados, sacerdotisas, admisión del divorcio, bendición de uniones del mismo sexo, etc… Eso no ha impedido que se hayan dividido entre ellas más y más y sumen sólo unos pocos miles de fieles entre Europa y EEUU.
Además del “obispo” veterocatólico, el programa de televisión decidió llevar a una médium espiritista y al musculoso equipo de su programa televisivo de “cazafantasmas” Ghost Asylum.
Los cazafantasmas de Ghost Asylum posan ante la casa de los hechos de 1949 en San Luis, Missouri
Escenas recreadas, en vez de investigación
El programa, de dos horas, tenía el aliciente de ser en directo y en un lugar con una historia especial en una noche especial, pero según Brian Lowry, el columnista de TV de Variety.com resultó muy aburrido.
En vez de intentar explicar los hechos reales de 1949 con expertos o testimonios, el programa trató de recrearlos con escenas exorcísticas teatralizadas… pero como el espectador tiene en mente la película de 1973, mucho más impactante, las recreaciones no quedaban a la altura.
Para colmo, el programa no intentó ni siquiera explicar o profundizar bien en el caso real de 1949, que podría haber sido de verdad interesante. Por ejemplo, los tres jesuitas implicados en el caso de 1949 eran novatos en temas exorcísticos, y aunque estaban convencidos de que era un caso real de posesión un repaso a la evidencia del chico afectado (que aún vive, 65 años después) podría hacer pensar más bien en un tema patológico, como propone la investigación de Mark Opsasnick de 1998.
En 1993, Thomas B. Allen publicó Possessed: The True Story Of An Exorcism, analizando el caso real, aunque la investigación de Opsasnick cree que se equivoca de persona. La cadena de TV se puso en contacto con Allen pero no quiso participar en el programa.
Una escena con John Long, de la U.S.Old Catholic Church, revestido y recitando una oración sobre la casa vacía... El ritual no dice nada de que se tenga que hacer con mala iluminación
Brian Lowry, el columnista de TV de Variety.com, lamenta que el programa de dos horas se limite a introducir a los cazafantasmas en la casa, que repiten una y otra vez “qué frío hace aquí” (“como si fueran de camping”, comenta Lowry), con mensajes de espectadores bajo la pantalla que repiten “qué miedo tengo” (“de forma cómica”, matiza Lowry) y el recitado por parte de James Long de un exorcismo menor para edificios y luego una hora de espiritismo con silencios rellenados de música de miedo, sin que pase nada. “Relleno blando e inofensivo de noche de Halloween”, sentencia el crítico televisivo.
Por supuesto, anunciar como "el primer exorcismo en directo" a una ceremonia donde ni siquiera hay poseídos, que es básicamente recitar una oración en un edificio vacío y a cargo de un señor que ni siquiera es realmente sacerdote católico es estafar al público.
El caso real que inspiró la novela
Lo que desencadenó la imaginación del novelista Peter Blatty fue el artículo del The Washington Post del 20 de agosto de 1949, firmado por Bill Brinkley, titulado "Un sacerdote libra a un joven de Mount Rainier de las garras del demonio".
En 1993, Thomas B. Allen publicó Possessed: The True Story Of An Exorcism, que analiza el caso real de 1949, a partir (dice el autor) de un diario de 1949 que los sacerdotes implicados realizaron como guía para futuros exorcismos y que le cedió el padre Halloran, uno de los ayudantes de Bowdern en el caso. La mayoría de las webs que hablan de "el caso real que inspiró El Exorcista" se remiten a este libro.
En 1998 (con copia en Internet en 1999), el periodista Mark Opsasnick puso en duda muchos datos del libro de Allen en un artículo en "Strange Magazine" que puede leerse en www.strangemag.com/exorcistpage1.htm.
Para empezar, el joven protagonista, un chico de 13 años, no sería de Mount Rainier, Maryland, sino de un pueblecito cercano, Cottage City. Opsasnick explica que no encontró a nadie en Mount Rainier que hubiera conocido el caso de cerca, y sí lo hizo en Cottage City, llegando hasta un chico (entonces ya un hombre de más de 50 años) cuyos problemas, en su opinión, pueden explicarse desde la mera psiquiatría. Los curas implicados, además, eran todos "novatos" en temas exorcísticos. Habló con el padre Halloran, quien dijo que había quemado su copia del diario de 1949. Y Allen se negó a colaborar o comentar nada con Opsasnick.
Sí se confirmaron en su investigación cosas que de alguna manera aún se vislumbran incluso en la película: una familia luterana alemana religiosa (que se convierte al catolicismo tras el suceso); un padre poco implicado; un hijo solo, que practicaba espiritismo con una tía...
El padre Walter H. Halloran, que participó en el exorcismo de 1949, murió en 2005; fue capellán de paracaidistas, condecorado con dos estrellas de bronce
El padre Walter H. Halloran fue el sacerdote implicado en el exorcismo que murió más recientemente, el 1 de marzo en 2005, a los 83 años (fue un hombre valiente: capellán de los paracaidistas en Vietnam hasta 1971, con dos estrellas de bronce).
El principal exorcista fue el padre William Bowdern, pastor de la parroquia de San Francisco, en San Luis, con la ayuda del padre Raymond Bishop (director entonces del departamento de educación de la Universidad de Saint Louis) y permiso formal del arzobispo Joseph E. Ritter.
El padre Bowdern murió en 1983 con 86 años y Bishop en 1978 con 72. Las sesiones del exorcismo tuvieron lugar del 16 de marzo al 18 de abril de 1949 en el Alexian Brothers Hospital de San Luis, en una rectoría cercana y en casa de unos parientes del chico en Normandy, Missouri.
(Si quiere ver vídeos en directo de exorcismos reales recomendamos estos de la catedral copta de El Cairo)
Bajo estas líneas, una detallada entrevista al exorcista oficial de la diócesis de Cartagena-Murcia, Salvador Hernández, quien también ha explicado sus experiencias en el libro Así se vence al demonio
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