Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Un libro de Rafael Higueras Álamo

¿Cómo fue el día a día del Vaticano II y la labor de los 2.500 padres conciliares?

Rafael Higueras
Rafael Higueras

ReL

El sacerdote Rafael Higueras acaba de publicar "El Concilio Vaticano II. Historia del día a día en el aula conciliar" (Vozdepapel) cuando se cumplen 50 años de ese magno acontecimiento eclesial.

¿Cómo fue el día a día del Concilio Vaticano II? ¿Cómo trabajaban los 2.500 padres conciliares? ¿Cómo se estudiaban las propuestas y sugerencias que se debatían en las diferentes comisiones? En definitiva, ¿cómo fue tomando forma ese gran evento eclesial?

Rafael Higueras nos cuenta esa “historia pequeña del día a día en el aula conciliar”, y nos da la oportunidad de releer el Concilio. ReL lo ha entrevistado: 

- ¿Cual fue la razón o motivo por el que pensaste escribir este libro?
- Recuerdo que en aquellos años de las últimas etapas del Vaticano II, llegué yo a Linares, a los muy pocos años de ser ordenado sacerdote y concluir mis estudios en Pamplona. El principal encargo que llevaba era como consiliario de la juventud de A.C. Apenas llegué fui invitado a visitar la casa de Lolo, el ahora ya Beato Manuel Lozano Garrido.

Desde entonces hasta que murió el 3 noviembre de 1971, son incontables las horas que pasé a su lado. Y en aquellos primeros meses de mi estancia en Linares el tema casi “monográfico” de nuestras conversaciones, por decirlo de algún modo, era el desarrollo del Vaticano II que se estaba celebrando.

- ¿Qué contenido tenían aquellas conversaciones?
- Lolo era amigo de José Luis Martín Descalzo. Y José Luis tuvo el detalle de remitir a Lolo cada día un ejemplar de “La Gaceta del Norte” en la que él escribía sus crónicas desde Roma durante el Concilio.

Ese ‘día a día’ del Concilio era el tema, el hilo conductor, de horas de conversación con Lolo; a esas tertulias se unían muchas veces los amigos de Lolo que lo visitaban. Yo creo que mi amistad con Lolo nació a la sombra de esas crónicas, que tomaban más vida cuando el propio José Luis venía a Linares a ver a Lolo entre sesión y sesión conciliar.

- ¿Qué sentimientos apreciabas en Manuel Lozano a lo largo de aquellas tardes de coloquio sobre el Concilio?
- Lo primero tengo que decir que Lolo era un ‘profeta’ del Concilio. Recuerdo algunas ocasiones con especial alegría. Cuando se trataba del apostolado seglar o de los medios de comunicación. En aquella total inmovilidad de su parálisis, él hacía un leve movimiento de expresión gozosa que era más que dar brincos de satisfacción.

Hay que tener en cuenta que Lolo era joven de Acción Católica y con continua tarea y vocación periodística. Pero de un modo general he de decir que el vibró en el día a día en un sentimiento de filial devoción a la Iglesia. Se puede ver en los artículos que escribió por aquellas fechas.

- Aquellas vivencias, ¿como han influido en este libro sobre la Historia del Vaticano II que ahora has publicado?
- Totalmente. Es más; yo lo que pensaba en un primer momento era algo que también hemos realizado: quería -como un homenaje a Lolo- reproducir en nuestra web aquellas páginas, ya amarillentas, de las crónicas en La Gaceta del Norte. “Lo que Lolo leía hace 50 años…”.

Lo hemos hecho: www.amigosdelolo.com ; cada semana colgamos aquellas páginas de entonces. Pero pensé que a esa idea podría añadirse un comentario. En un principio no tenía yo muy concreto cómo hacerlo. Pero en seguida opté por una tarea que creo que no medí su magnitud en un primer momento, pero que ahora me alegro de haberla acometido.

En sus crónicas Martín Descalzo hacía malabarismos para poder hablar con tanta fruición y descripción de unas discusiones en el aula conciliar que de por sí eran secretas; y por supuesto que él ni podía soñar en entrar en el aula y oír las distintas intervenciones de los Padres conciliares. Por eso ahora valoro mucho más sus crónicas y su esfuerzo.

Yo me dediqué en mayo pasado, del 2012, a pensar como realizar ese comentario que he dicho a las páginas de las crónicas de José Luis Martín Descalzo. Y comencé a leerme los muchísimos y voluminosos tomos en latín (que se publicaron a partir de 1970) donde se transcriben literalmente las intervenciones en el aula conciliar.

Comencé a gozar en ello inmensamente. No deseaba yo -era un esfuerzo superior a mis planes-, hacer comentarios científicos a cada uno de los documentos conciliares y analizar las corrientes de escuelas o de enfoques que había en todo aquel grandísimo acontecimiento eclesial. No podía tampoco ignorar el contenido doctrinal y pastoral que allí había y del que necesariamente tenía yo que hacerme eco y difundirlo.

Mi intento era doble: ver ‘la historia pequeña’, el lado humano, a veces gracioso incluso o de tensión otras veces; y además hacer un intento de acercar de modo sencillo a cualquier lector las líneas fundamentales de lo que en aquellas sesiones conciliares se enseñaba y proponía.

- El tomo ahora publicado, ¿a qué etapa responde?
- La verdad es que mi gozo al ir leyendo las actas me recordaba momentos muy concretos de aquellas conversaciones con Lolo. En alguna ocasión me he permitido copiar un párrafo de Lolo (escrito en 1956), comparándolo con alguna intervención en el concilio dicha 6 años más tarde. Mientras la leía en las actas, pensé si es que Lolo se la ‘habría enviado’ seis años antes a tal obispo porque estaban ‘copiadas’ la una de la otra: es hablando precisamente de la influencia de la prensa en la humanidad, con datos incluso estadísticos.

Por ahora, y porque quería hacer coincidir la publicación con la fecha del cincuentenario, he recogido en el libro sólo la primera etapa (11 octubre a 8 diciembre 1962). Ya ando emborronando cuartillas de la etapa segunda (1963), y pensaré en la oportunidad de su posterior publicación. Habrá que valorar la aceptación de los lectores y la crítica. Pero de todos modos, creo que un primer objetivo ya está conseguido: homenajear a Lolo, al Beato Manuel Lozano, que mostró profundamente su amor a la Iglesia durante aquellas fechas de aquella primavera de la Iglesia.

- Veo que el libro está dedicado precisamente al Beato Manuel Lozano.
- Me alegro de la pregunta. Porque precisamente he querido hacer donación total del libro a la ‘Asociación de amigos de Lolo’ en favor de la difusión de su vida y santidad.

- ¿Algo más deseas añadir?
- Sí. Mi gratitud a la editorial Vozdepapel y a la imprenta Graficas la Paz. Ha sido un trabajo elegantemente maquetado y presentado. En esto tanto yo como quienes me han manifestado su opinión han coincidido plenamente.

Quiero agradecer también a bastantes sacerdotes compañeros míos en la diócesis, no sólo su ánimo cuando iban leyendo los manuscritos, sino sus alabanzas y satisfacción al leerlo ahora ya impreso, remarcando mucho -dicen ellos- la sencillez y el estilo ágil en que está escrito. Así he visto que también lo dicen en varias críticas impresas en revistas y periódicos.

Y mi gratitud también a José Francisco Serrano Oceja. Sentí la necesidad de pedirle a él el prólogo porque al leer él algunas primeras páginas, le agradaron tanto que me impulsó a continuarlas.

 FICHA TÉCNICA  COMPRA ONLINE
Título: El Concilio Vaticano II TiendaLibres
Autor: Rafael Higueras  
Editorial: Vozdepapel  
Páginas: 180 páginas  
Precio 15 euros  

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