Sánchez Hermosilla, doctor en medicina forense, critica el artículo contra la Sábana Santa
Alfonso Sánchez Hermosilla, doctor en medicina forense en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Murcia, y veterano estudioso de la Sábana Santa y su relación con el sudario de Oviedo, se ha mostrado muy crítico con el artículo de Matteo Borrini y de Luigi Garlaschelli que se ha difundido recientemente y que afirmaba que «al menos la mitad de las manchas de la Sábana Santa fueron pintadas con pincel» y que la peculiar tela es del siglo XIV.
«Ninguno de los autores del artículo es médico, uno es psicólogo y el otro es químico. Y ninguno de ellos ha podido acceder a la Sábana Santa; además, aunque hubieran tenido acceso a ella, ninguno tiene conocimientos ni formación como para hacer un estudio riguroso. No saben nada de medicina forense», señala en declaraciones a Alfa y Omega.
El artículo de Borrini y Garlaschelli se publicó hace 4 años en la revista para médicos forenses Journal of Forensic Sciences, aunque se ha difundido ahora, a mitad de julio, en la prensa generalista, cuando escasean las noticias y los periódicos rellenan con lo que pueden.
En realidad es «un estudio falso», señala Alfonso Sánchez Hermosilla, que además de ser médico forense es director del equipo de investigación del Centro Español de Sindonología.
Los autores del artículo realizaron un experimento con un maniquí, sobre el que aplicaron algunas bolsas de sangre y estudiaron su recorrido por el material plástico; al compararlo con las manchas que aparecen en la Síndone, concluyeron que su rastro no coincide con el que habría tenido que dejar la sangre en una persona torturada primero y acostada después.
Alfonso Sánchez Hermosilla, doctor en medicina forense
Pero Sánchez Hermosilla, como forense, descarta que eso tenga algún valor: la sangre de verdad, y un cuerpo torturado o muerto de verdad, funcionan de forma muy distinta.
«La persona que aparece en la Sábana Santa ni era una persona viva, ni era un maniquí. Era un cadáver, y reproducir el mismo maltrato físico y las mismas condiciones en las que se plasmaron las manchas de sangre es algo muy difícil. Siempre habrá algún sesgo distinto en el estudio, porque no se pueden reproducir con la misma exactitud todas las variables», explica Sánchez Hermosilla.
Otro signo de la poca fiabilidad del estudio es que sus autores usaron una bolsa de sangre extraída de una persona viva, que además contiene anticoagulantes, lo que hace que corra de manera muy fluida.
«Esa sangre no puede tener la misma densidad que la de un cadáver, es imposible. Estas personas han partido de la hipótesis de inicio de que la Sábana Santa es falsa, y han querido demostrarla con un método cuyas conclusiones no son rigurosas», denuncia el director del equipo de investigación del CES.
Además, «no hay una línea de razonamiento ni justificación científica para decir que son manchas de pintura del siglo XIV, simplemente porque ellos no han tenido el acceso para poder estudiar la Síndone. No tienen ninguna muestra de ella como para poder concluir que es pintura», concluye.
También desde Italia se han alzado voces criticando falta de seriedad en el trabajo de Borrini y Garlaschelli (como explicamos aquí y aquí en ReL).