Inciativa del colegio Edith Stein
Así celebra jalogüin un colegio católico de Madrid
por La honda
Siguiendo la máxima dada por un sabio y activista de nuestro tiempo, el dr. Jesús Poveda, que dice que "el que no aporta soluciones, forma parte del problema", se puede decir que, en este, mundo hay dos tipos de personas: Los que generan problemas y los que los resuelven.
Juan Antonio Perteguer, director del colegio Edith Stein, en Madrid, es de los que los resuelven, y como desde este sitio tengo la oportunidad de agradecerle que los resuelva, allá voy con esta historia.
Que los católicos nos hemos dejado comer la tostada en materia de arte, cultura y comunicación en los últimos cuarenta años, ha dejado el lamentable escenario de colegios llevados por gente católica que celebran jalogüin con sus alumnos disfrazados de muertos, zombies, demonios, destripadores, y así una colección atroz y antagónica de los bienes del Cielo y de la gracia; un síntoma más de la esquizofrenia colectiva de los católicos que ya han llegado a ese punto de que son católicos porque no saben ser otra cosa.
Son muchos los padres católicos que han sucumbido a la atroz fuerza de los intereses comerciales de una fiesta que ni tiene nada que ver con la cultura española, ni con la tradición cristiana de por estos lares nuestros, disfrazando a sus príncipes y princesas, de muertos y de muertas. Niños muertos y niñas muertas, curiosas forma de celebrar... cualquier cosa.
No les culpo. En buena medida, ante una realidad tan agresiva, se han visto sin la voz de sus pastores, de nuestros pastores, que de verdad, en esta y tantas otras ocasiones parecen habitar otro planeta que el que habitamos los padres de familia en la España de hoy, en la que nuestros hijos juegan con hijos de otros padres de familia que no pisan las iglesias ni en las bodas y bautizos y para los que nuestros pastores y nosotros son tan dignos de consideración como lo eran Espinete y don Pimpón. Esa es la realidad.
Son muchos también los padres católicos que, ya desde hace unos años, nos hemos visto obligados a frenar con un dique la oleada de esta —y algunas otras— tradiciones que no casan con nuestra idea de la muerte y la vida eterna, de la santidad y de la trascendencia humana. Vamos, que somos los aguafiestas que no tragamos con que nuestros hijos se mezclen la próxima vigilia de todos los santos con los niños de la urba o con los amiguitos del cole para celebrar una fiesta tétrica y espeluznante carente de belleza y, en nuestro país, de razón cultural.
Actitud activa, no pasiva
Cual ha sido mi alegría, mi gozo y asombro, cuando el pasado viernes, mi mujer trajo del colegio la siguiente misiva, redactada y firmada por el director del centro. Ahí va, porque, en estos tiempos que corren, es un ejemplo de formación, atrevimiento y actitud activa, no pasiva, positiva y constructiva: no solo descarta lo malo, sino que aprovecha y construye algo bueno. Este es el texto íntegro de la carta:
Madrid, 21 de octubre de 2016
Estimadas familias:
Estando ya próxima la solemnidad de Todos los Santos (martes 1 de noviembre), y la conmemoración litúrgica de los Fieles Difuntos (miércoles 2 de noviembre), me pongo en contacto con todos ustedes para informarles del modo de celebrar estas dos fiestas en nuestro colegio.
Ambas celebraciones nos hablan de la vida más allá de la muerte y nos invitan a renovar nuestra fe y esperanza en la vida eterna, que trasciende las barreras de la muerte. En el día de Todos los Santos, recordamos, honramos, invocamos y nos proponemos imitar a los incontables cristianos, declarados o no como santos por la Iglesia, que habiendo recorrido en este mundo su camino en fidelidad, hoy gozan para siempre de la Bienaventuranza eterna. Ya en el siglo IV se encuentran en Oriente los primeros indicios de la fiesta de Todos los Santos que ya se celebraba en Roma en el siglo VII, estableciéndose posteriormente su celebración el 1 de noviembre.
En el Día de Difuntos, la Iglesia nos invita a orar por todos los difuntos, no sólo por los nuestros, por los más cercanos, sino por todos, también por aquellos de los que nadie se acuerda. Con ello renovamos con valentía y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, más aún, a vivir con esta gran esperanza y testimoniarla al mundo.
Como colegio católico queremos invitar a nuestros alumnos y a todos vosotros a descubrir y recuperar el verdadero significado cristiano de la vigilia de Todos los Santos y fomentar las dos fiestas católicas mayores y más importantes que le siguen. Por ello el viernes 28 de octubre tendremos:
Santa Misa a las 9:15 con los alumnos de Ed. Primaria a partir del 3er curso y con todos los alumnos de Ed. Secundaria; Bachillerato y FP a la que están invitados también los padres y abuelos que deseen asistir.
Los alumnos de Educación Infantil y Primaria podrán traer el disfraz del santo que libremente elijan, lo llevarán en una bolsa marcada con el nombre y curso del alumno.
A las 16:00 los padres podrán acceder al colegio y visitar las clases donde los alumnos de Educación y Infantil y Primaria ya estarán vestidos de santos. Las familias participarán con sus hijos en diferentes actividades programadas.
Los alumnos de Ed. Secundaria, Bachillerato y FP tendrán en el salón de actos un encuentro-coloquio acerca de la vivencia de la santidad cristiana en su condición juvenil.
Aunque la costumbre de recordar y orar por las personas fallecidas es tan antigua como la Iglesia, y existía también en muchas culturas pre cristianas, la fiesta litúrgica por los difuntos se remonta al 2 de noviembre de 998, instituida por san Odilón, monje benedictino y quinto abad de Cluny, en el sur de Francia. En el siglo XIV, Roma adoptó esta práctica. La fiesta fue gradualmente extendiéndose por toda la Iglesia.
Por otra parte, desde hace unos años, está arraigando en España la celebración en la noche del 31 de octubre de la fiesta denominada Halloween, proveniente de la expresión inglesa All Hallow’s Eve (la víspera de Todos los Santos). Según una antigua tradición celta y anglosajona se consideraba que en esa noche particular del año se estaba más cerca del mundo de los espíritus. De diferentes formas se les tenía presente para que supieran que no habían sido olvidados.
Con el paso del tiempo se fueron añadiendo otras costumbres francesas (disfraces rebuscados; en torno a los s. XV-XVI) y norteamericanas (trick or treat - dulce o broma, fantasmas y brujas, calabazas iluminadas; ya incorporadas para principios del s. XIX).
Si analizamos la actual celebración del Halloween veremos que poco tiene que ver con sus orígenes. De ellos sólo ha quedado el hecho de la celebración de los muertos pero dándole un carácter totalmente distinto al que tuvo inicialmente y agregándole poco a poco una serie de elementos que la han distorsionado notablemente. Por ello, frente a los disfraces de los muertos vivientes que llenan las calles de las ciudades los 31 de octubre, cada vez son más las personas que se suman a la celebración de Holywins (la santidad vence) el día de Halloween (víspera de Todos los Santos) para transmitir un mismo mensaje: la vida es hermosa y su meta es el Cielo, son muchos los que ya han llegado y todos estamos llamados a compartir su felicidad, pues todos podemos ser santos.
En espera de verles en estas celebraciones, les saludo cordialmente,
D. Juan Antonio Perteguer Muñoz
Director del Colegio Edith Stein
Hasta aquí, la carta. Yo reitero mi agradecimiento al colegio Edith Stein y su director. En casa estamos preparando ya un disfraz de san Francisco de Asís que el peque va a flipar. Aprovecharemos y le contaremos quien fue san Francisco, un guerrero, un soldado, un joven valiente y alegre al que un encuentro con Dios convirtió en el más importante y grande hombre de la Iglesia de su tiempo. Un Jedi de nuestra fe. ¡Más aún! Los Jedis y la Fuerza son de mentira. Los santos y la Gracia... de verdad.
Le hablaré de sus estigmas, de su fundación, de su amistad con Clara, la chavala más guapa de todo Asís y alrededores; un tío que su admiración por la Creación deja en pañales el activismo de todos los greenpeacers del mundo, que hablaba con los lobos, con la luna y las estrellas, y al que no quemaba el sol; que su máximo anhelo siempre fue el amor y el Cielo, y que allí, en el Cielo, está ya donde, poco a poco, iremos llegando para conocerle a él y tantos otros santos. Y la oportunidad de hacer este juego quien me la da, quien se la saca de la chistera como un conejo, es el director de su colegio.
El colegio Edith Stein es un colegio concertado ubicado en el barrio de Carabanchel de Madrid, un "territorio hostil", como digo yo, en el que un grupo de valientes ha plantado un fuerte, un "Alamo" católico, y no solo católico en el nombre, sino, como se ve, también en su actividad.
Con gente como Perteguer tal vez logremos recuperar también la tradición cristiana y muy entroncada con nuestra fe y la de nuestros hijos, de la cabalgata de los Reyes Magos. Sí, esa que en Madrid ya hemos perdido, porque nos la hemos dejado birlar como unos atontados.
La cabalgata cristiana de reyes, por favor
Ojalá desde el arzobispado se pongan las pilas y no nos vuelvan a dejar a los pies de los caballos como pasó el año pasado. Ojalá alguien con autoridad, poder de convocatoria y medios, liderase la organización de una cabalgata cristiana de la que no tengamos que avergonzarnos ante nuestros hijos y los amigos de nuestros hijos. Bien pensado, ¿por qué una tradición cristiana como es la cabalgata de reyes, la ha de organizar una institución laica como es un ayuntamiento ateo? ¿Acaso las procesiones de Semana Santa no las organizan las cofradías y parroquias? Todo empieza por pedir permiso formal para una manifestación ese día, con otro recorrido que no sea el de la cabalgata del mago merlín y la bruja carmena. Ellos pueden tener su carnaval invernal, lo cual no quita para que nuestros hijos tengan en otro lugar de la ciudad una cabalagta con Melchor, Gaspar y Baltasar, camellos, pajes, y un portal con mula y buey, en el que una joven pareja de Nazaret, acuna a un bebé Dios.
Si los pastores convocan, los fieles les seguimos a donde sea. Pasa como con los directores de colegio. Porque quien no aporta soluciones, forma parte del problema.
Juan Antonio Perteguer, director del colegio Edith Stein, en Madrid, es de los que los resuelven, y como desde este sitio tengo la oportunidad de agradecerle que los resuelva, allá voy con esta historia.
Que los católicos nos hemos dejado comer la tostada en materia de arte, cultura y comunicación en los últimos cuarenta años, ha dejado el lamentable escenario de colegios llevados por gente católica que celebran jalogüin con sus alumnos disfrazados de muertos, zombies, demonios, destripadores, y así una colección atroz y antagónica de los bienes del Cielo y de la gracia; un síntoma más de la esquizofrenia colectiva de los católicos que ya han llegado a ese punto de que son católicos porque no saben ser otra cosa.
Son muchos los padres católicos que han sucumbido a la atroz fuerza de los intereses comerciales de una fiesta que ni tiene nada que ver con la cultura española, ni con la tradición cristiana de por estos lares nuestros, disfrazando a sus príncipes y princesas, de muertos y de muertas. Niños muertos y niñas muertas, curiosas forma de celebrar... cualquier cosa.
No les culpo. En buena medida, ante una realidad tan agresiva, se han visto sin la voz de sus pastores, de nuestros pastores, que de verdad, en esta y tantas otras ocasiones parecen habitar otro planeta que el que habitamos los padres de familia en la España de hoy, en la que nuestros hijos juegan con hijos de otros padres de familia que no pisan las iglesias ni en las bodas y bautizos y para los que nuestros pastores y nosotros son tan dignos de consideración como lo eran Espinete y don Pimpón. Esa es la realidad.
Son muchos también los padres católicos que, ya desde hace unos años, nos hemos visto obligados a frenar con un dique la oleada de esta —y algunas otras— tradiciones que no casan con nuestra idea de la muerte y la vida eterna, de la santidad y de la trascendencia humana. Vamos, que somos los aguafiestas que no tragamos con que nuestros hijos se mezclen la próxima vigilia de todos los santos con los niños de la urba o con los amiguitos del cole para celebrar una fiesta tétrica y espeluznante carente de belleza y, en nuestro país, de razón cultural.
Actitud activa, no pasiva
Cual ha sido mi alegría, mi gozo y asombro, cuando el pasado viernes, mi mujer trajo del colegio la siguiente misiva, redactada y firmada por el director del centro. Ahí va, porque, en estos tiempos que corren, es un ejemplo de formación, atrevimiento y actitud activa, no pasiva, positiva y constructiva: no solo descarta lo malo, sino que aprovecha y construye algo bueno. Este es el texto íntegro de la carta:
Madrid, 21 de octubre de 2016
Estimadas familias:
Estando ya próxima la solemnidad de Todos los Santos (martes 1 de noviembre), y la conmemoración litúrgica de los Fieles Difuntos (miércoles 2 de noviembre), me pongo en contacto con todos ustedes para informarles del modo de celebrar estas dos fiestas en nuestro colegio.
Ambas celebraciones nos hablan de la vida más allá de la muerte y nos invitan a renovar nuestra fe y esperanza en la vida eterna, que trasciende las barreras de la muerte. En el día de Todos los Santos, recordamos, honramos, invocamos y nos proponemos imitar a los incontables cristianos, declarados o no como santos por la Iglesia, que habiendo recorrido en este mundo su camino en fidelidad, hoy gozan para siempre de la Bienaventuranza eterna. Ya en el siglo IV se encuentran en Oriente los primeros indicios de la fiesta de Todos los Santos que ya se celebraba en Roma en el siglo VII, estableciéndose posteriormente su celebración el 1 de noviembre.
En el Día de Difuntos, la Iglesia nos invita a orar por todos los difuntos, no sólo por los nuestros, por los más cercanos, sino por todos, también por aquellos de los que nadie se acuerda. Con ello renovamos con valentía y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, más aún, a vivir con esta gran esperanza y testimoniarla al mundo.
Como colegio católico queremos invitar a nuestros alumnos y a todos vosotros a descubrir y recuperar el verdadero significado cristiano de la vigilia de Todos los Santos y fomentar las dos fiestas católicas mayores y más importantes que le siguen. Por ello el viernes 28 de octubre tendremos:
Santa Misa a las 9:15 con los alumnos de Ed. Primaria a partir del 3er curso y con todos los alumnos de Ed. Secundaria; Bachillerato y FP a la que están invitados también los padres y abuelos que deseen asistir.
Los alumnos de Educación Infantil y Primaria podrán traer el disfraz del santo que libremente elijan, lo llevarán en una bolsa marcada con el nombre y curso del alumno.
A las 16:00 los padres podrán acceder al colegio y visitar las clases donde los alumnos de Educación y Infantil y Primaria ya estarán vestidos de santos. Las familias participarán con sus hijos en diferentes actividades programadas.
Los alumnos de Ed. Secundaria, Bachillerato y FP tendrán en el salón de actos un encuentro-coloquio acerca de la vivencia de la santidad cristiana en su condición juvenil.
Aunque la costumbre de recordar y orar por las personas fallecidas es tan antigua como la Iglesia, y existía también en muchas culturas pre cristianas, la fiesta litúrgica por los difuntos se remonta al 2 de noviembre de 998, instituida por san Odilón, monje benedictino y quinto abad de Cluny, en el sur de Francia. En el siglo XIV, Roma adoptó esta práctica. La fiesta fue gradualmente extendiéndose por toda la Iglesia.
Por otra parte, desde hace unos años, está arraigando en España la celebración en la noche del 31 de octubre de la fiesta denominada Halloween, proveniente de la expresión inglesa All Hallow’s Eve (la víspera de Todos los Santos). Según una antigua tradición celta y anglosajona se consideraba que en esa noche particular del año se estaba más cerca del mundo de los espíritus. De diferentes formas se les tenía presente para que supieran que no habían sido olvidados.
Con el paso del tiempo se fueron añadiendo otras costumbres francesas (disfraces rebuscados; en torno a los s. XV-XVI) y norteamericanas (trick or treat - dulce o broma, fantasmas y brujas, calabazas iluminadas; ya incorporadas para principios del s. XIX).
Si analizamos la actual celebración del Halloween veremos que poco tiene que ver con sus orígenes. De ellos sólo ha quedado el hecho de la celebración de los muertos pero dándole un carácter totalmente distinto al que tuvo inicialmente y agregándole poco a poco una serie de elementos que la han distorsionado notablemente. Por ello, frente a los disfraces de los muertos vivientes que llenan las calles de las ciudades los 31 de octubre, cada vez son más las personas que se suman a la celebración de Holywins (la santidad vence) el día de Halloween (víspera de Todos los Santos) para transmitir un mismo mensaje: la vida es hermosa y su meta es el Cielo, son muchos los que ya han llegado y todos estamos llamados a compartir su felicidad, pues todos podemos ser santos.
En espera de verles en estas celebraciones, les saludo cordialmente,
D. Juan Antonio Perteguer Muñoz
Director del Colegio Edith Stein
Hasta aquí, la carta. Yo reitero mi agradecimiento al colegio Edith Stein y su director. En casa estamos preparando ya un disfraz de san Francisco de Asís que el peque va a flipar. Aprovecharemos y le contaremos quien fue san Francisco, un guerrero, un soldado, un joven valiente y alegre al que un encuentro con Dios convirtió en el más importante y grande hombre de la Iglesia de su tiempo. Un Jedi de nuestra fe. ¡Más aún! Los Jedis y la Fuerza son de mentira. Los santos y la Gracia... de verdad.
Le hablaré de sus estigmas, de su fundación, de su amistad con Clara, la chavala más guapa de todo Asís y alrededores; un tío que su admiración por la Creación deja en pañales el activismo de todos los greenpeacers del mundo, que hablaba con los lobos, con la luna y las estrellas, y al que no quemaba el sol; que su máximo anhelo siempre fue el amor y el Cielo, y que allí, en el Cielo, está ya donde, poco a poco, iremos llegando para conocerle a él y tantos otros santos. Y la oportunidad de hacer este juego quien me la da, quien se la saca de la chistera como un conejo, es el director de su colegio.
El colegio Edith Stein es un colegio concertado ubicado en el barrio de Carabanchel de Madrid, un "territorio hostil", como digo yo, en el que un grupo de valientes ha plantado un fuerte, un "Alamo" católico, y no solo católico en el nombre, sino, como se ve, también en su actividad.
Con gente como Perteguer tal vez logremos recuperar también la tradición cristiana y muy entroncada con nuestra fe y la de nuestros hijos, de la cabalgata de los Reyes Magos. Sí, esa que en Madrid ya hemos perdido, porque nos la hemos dejado birlar como unos atontados.
La cabalgata cristiana de reyes, por favor
Ojalá desde el arzobispado se pongan las pilas y no nos vuelvan a dejar a los pies de los caballos como pasó el año pasado. Ojalá alguien con autoridad, poder de convocatoria y medios, liderase la organización de una cabalgata cristiana de la que no tengamos que avergonzarnos ante nuestros hijos y los amigos de nuestros hijos. Bien pensado, ¿por qué una tradición cristiana como es la cabalgata de reyes, la ha de organizar una institución laica como es un ayuntamiento ateo? ¿Acaso las procesiones de Semana Santa no las organizan las cofradías y parroquias? Todo empieza por pedir permiso formal para una manifestación ese día, con otro recorrido que no sea el de la cabalgata del mago merlín y la bruja carmena. Ellos pueden tener su carnaval invernal, lo cual no quita para que nuestros hijos tengan en otro lugar de la ciudad una cabalagta con Melchor, Gaspar y Baltasar, camellos, pajes, y un portal con mula y buey, en el que una joven pareja de Nazaret, acuna a un bebé Dios.
Si los pastores convocan, los fieles les seguimos a donde sea. Pasa como con los directores de colegio. Porque quien no aporta soluciones, forma parte del problema.
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