Paul Diamond es un abogado que lleva 30 años representando los derechos de cristianos en los tribunales de mayor rango en Reino Unido y en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Buena parte de ese trabajo lo ha hecho con el Christian Legal Centre, de 2008 a 2018, llevando temas a Estrasburgo: enfermeras y azafatas castigadas por llevar una crucecita, predicadores detenidos por enumerar pecados predicando en las calles (por lo general, Rm 1, 24-27 y 1Co 6,9); consejeros matrimoniales despedidos y expedientados por no trabajar con "matrimonios" del mismo sexo...
Desde la primera línea legal de defensa de los cristianos acosados por la ola woke y el laicismo agresivo que pretende acallarlos e invisibilizarlo, Diamond tiene perspectiva para señalar al ChristianToday.com lo que ve en Inglaterra, que puede aplicarse a buena parte de Europa y Occidente.
Dos nuevas líneas de batalla inquietantes
Además de los campos de batalla habituales (asociaciones anticristianas, juicios y tribunales, Gobiernos adoctrinadores, lobbies woke...) Diamond ve dos novedades nocivas que cree que van a crecer.
"Una es el uso de comités de conducta profesional. Cada vez más vemos cuerpos profesionales no-legales que van contra maestros, doctores, abogados... diciendo que no podrás practicar tu profesión debido a tus creencias", señala.
Por ejemplo, si en España los médicos abortistas y eutanasiadores consiguieran más poder en los Colegios de Médicos podrían perseguir y acosar desde ellos a los médicos fieles a la ética hipocrática clásica.
El otro peligro, dice Diamond, es "la cooperación creciente entre la prensa y el Gobierno", de forma que muchos puntos de vista (los cristianos, por ejemplo) nunca lleguen a los grandes medios de comunicación, incluso los privados.
En España, por ejemplo, no se han visto grandes debates sobre la eutanasia en Antena 3 o Tele5 (ni, desde luego, en la televisión pública controlada por el Gobierno pro-eutanasia) ni parece fácil que puedan acudir a estas televisiones cristianos a hablar contra el divorcio o el matrimonio homosexual.
"Aquí en el Reino Unido tenemos a todos los actores privados recitando el mismo libreto y produciendo los mismos programas", denuncia el abogado. "Me preocupa porque eso no afecta solo a los cristianos: cuando la gente no se puede hacer oír, puede volverse desesperada".
Hostilidad activa contra el cristianismo
Diamond, como abogado que ha trabajado temas de libertad religiosa, constata que en Inglaterra ha crecido asombrosamente la hostilidad contra el cristianismo. "Creo que nunca antes vi el país tan hostil al cristianismo", afirma. "Esta es una etapa que da mucho miedo [very frightening stage]".
"La Iglesia, por desgracia, carece de verdadero liderazgo, no actúa", lamenta.
A él no le gustan las teorías de la conspiración: dice que no hay entidades misteriosas y siniestras haciendo barbaridades, sino políticos del montón.
"Cuando ves, por ejemplo, que introducen la enseñanza LGTB a niños de 3 años, no lo hace una organización internacional oculta. Es nuestro propio Gobierno quien lo hace porque piensa que le sale a cuenta políticamente y les dará votos", opina.
Paul Diamond -con peluca de abogado inglés- en Estrasburgo para representar a la plataforma europea provida One of Us.
Lo que sí se puede hacer... y decir
Los cristianos, dice, "tenemos que ser listos en como respondemos. Evitemos autofustigarnos. Hay muchas cosas prácticas que se pueden hacer. Los padres pueden asociarse. Los cristianos pueden presentarse a puestos de dirección escolar. Se pueden hacer muchas cosas sensatas, en vez de declararnos indefensos y rendirnos".
Como jurista, Diamond critica las llamadas "leyes anti-odio" y "leyes contra el discurso de odio".
"El problema de estas leyes es que son incoherentes. Nadie sabe qué es en realidad un 'crimen de odio'. Las leyes no se aplican con coherencia así que no responden a los verdaderos problemas y, en cambio, crean problemas nuevos".
Pone el caso de los policías ingleses que detienen predicadores por la calle que predican contra la fornicación y los actos homosexuales. "Los detienen... pero luego no se les juzga. Aún así, tiene un efecto escalofriante contra la libertad de expresión".
Diamond señala que hay una "enorme cantidad de presión woke" sobre los policías, pero también hay muchos policías buenos y sensatos que, simplemente, no saben lo que se puede y no se puede decir en público, y qué grupos están "protegidos" y cómo, porque "la ley al respecto es bastante compleja. Una tabla podría exponer con claridad lo que se puede y no se puede hacer con libertad de expresión, mostrar que hay libertad legal para expresar puntos de vista diversos sobre la homosexualidad y el aborto".
Peor que un estado autoritario: ¡multinacionales volcadas en censurar!
Tradicionalmente, las grandes empresas y las multinacionales han competido con el Estado y han pedido más espacios de libertad. Pero Diamond señala que en nuestros días pasa lo contrario.
"Cuando examinas un estado autoritario, ves que el Gobierno y sus funcionarios son los que allí silencian a la gente. Pero nosotros hemos ido más allá, ¡porque lo que tenemos son grandes empresas privadas que son más extremistas que los gobiernos! Antes las multinacionales era hostiles a los gobiernos. Ahora les vemos cooperar. Por ejemplo, las redes sociales expulsan a los que no les gustan, incluyendo cristianos, y silenciando la libre expresión. Y lo mismo con empleados", señala.
Así, la azafata cristiana copta Nadia Eweida fue castigada por una empresa gigantesca como es British Airways y su mejor casa de abogados, hasta el Tribunal de Estrasburgo, porque sus reglas permiten llevar turbantes y hiyabs pero no una pequeña crucecita al cuello.
Diamond, que llevó el caso, señala que 13 jueces británicos, recurso tras recurso, incluso en el Tribunal Supremo inglés, aseguraron que la crucecita no era un signo religioso y que no se discriminaba a Nadia porque si la llevara una azafata musulmana también se le prohibiría. "Hizo falta un juez polaco -de un país excomunista- en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para dictaminar que la cruz es un símbolo cristiano".
Empresas que buscan machacar, no un acomodo razonable
Otro ejemplo de acoso por parte de una empresa lo ve en el caso de Gary McFarlane, "que fue expulsado como consejero matrimonial porque reclamaba ser exento de trabajar con parejas del mismo sexo. Era cuestión, simplemente, de acomodar su situación, pero fue despedido por grave falta de conducta, el peor tipo de comportamiento", señala.
Así, grandes profesionales, veteranos buenos, honestos, que empresas hace 50 años se habrían esforzado en contratar y mantener, son ahora expulsados y castigados por sus principios cristianos, señala el abogado.
Como signo positivo, Diamond ve que más y más personas que no son cristianas entienden que hay que proteger la libertad de expresión y de debate.
"A lo mejor no te gustan los cristianos, pero sólo porque no te gusten los puntos de vista de los demás no significa que debas silenciarlos. Hay muchos aliados, incluso de origen no cristiano que te apoyarán en esta postura", propone.