Mayor Oreja: «El relativismo moral de Europa y el islamismo violento son dos fenómenos vinculados»
Desde este viernes decenas de intelectuales de toda Europa han sido reunidos por la federación One of Us en Santiago de Compostela en una convención titulada “Por una Europa fiel a la dignidad humana”, donde realizarán un análisis exhaustivo y actual de la situación europea en el ámbito de los valores buscando respuestas y soluciones a la crisis que vive el continente.
La cabeza visible de la organización es Jaime Mayor Oreja, presidente de esta federación, así como exministro y eurodiputado. El expolítico vasco considera que este evento en Santiago, lugar elegido por su simbolismo para la construcción europea, supondrá la consolidación de la plataforma y en el que saldrá la fotografía de los que en cada país europeo formarán el núcleo de One of Us.
En esta entrevista con La Razón, Mayor Oreja analiza la situación de Europa y su crisis de valores:
–One of Us está ahora en el camino de la consolidación, ¿qué dificultades se han encontrado hasta la fecha?
–Nosotros tenemos pocos medios materiales, de ahí que los pasos los demos de uno en uno. Lo que hemos hecho en estos meses es demostrar que no es una iniciativa virtual, sino real. Y por eso hemos viajado y en Cracovia, Londres, Berlín Múnich, Roma, París... tratando de explicar la iniciativa para establecer grupos de One Of Us en cada uno de los países europeos. Santiago es el acto de consolidación de la plataforma y en el que va a salir la fotografía de los que, en cada país, conforman el núcleo de One of Us.
–¿Son conscientes de que la suya es una lucha de David contra Goliat?
–Yo lo digo muchas veces, pero recordando que David ganó a Goliat. La prevalencia moral y espiritual del proyecto será determinante para que Europa tenga voz en el mundo. Nosotros no vamos a competir, en términos económicos, con los chinos o coreanos, ni siquiera con los americanos. El proyecto europeo tiene que tener alma y una dimensión espiritual que hoy se ha perdido. Y eso tiene que ser una señal. Europa tiene que recuperar su alma.
–Parte de su esencia son los valores cristianos. ¿Está costando defenderlos?
–Cuesta defenderlos porque la moda dominante es agresiva, no busca la reconciliación sino la destrucción del viejo orden asentado en la familia, el matrimonio, la defensa de la vida... y entonces tratan de sustituirlo. Pero ellos mismos tendrán que darse cuenta de que lo que están edificando está condenado al fracaso porque no están sustituyendo un orden por otro, sino por la nada. Para mí la nada es la defensa del aborto, de la eutanasia, de la ideología de género...
–¿Se sienten respaldados por la Iglesia en esta lucha?
–La crisis está en todas partes, en todas las instituciones y, por tanto, también en la Iglesia. Lo que están haciendo en muchas instancias, no en todas, es ponerse de perfil. Prefieren no afrontar el debate cultural, creen que escampará, que mirando para otro lado y siendo más tolerantes con lo que se está construyendo van a respetar más una institución como la Iglesia. Pero va a suceder todo lo contrario. En la vida cuanto más apocado estás, cuanto más cobarde eres, al final te eliminan con más facilidad.
–One of Us se concibió a partir de un movimiento en defensa de la vida y se presenta como una firme defensora de ella, sobre todo en los momentos más vulnerables.... ¿también defienden las de migrantes y refugiados que quedan varados en el mar a las puertas de Europa?
–Se tiene que ser coherente con esa defensa y, precisamente, tengo que reconocer que ha faltado autenticidad en los comportamientos de muchas personas que decimos que creemos en unos valores asentados en la tolerancia. Hemos dado mal ejemplo en demasiadas ocasiones. Y claro que hay que asumir que hay una parte de responsabilidad.
–¿Cree que la llegada masiva de refugiados y migrantes está contribuyendo a este desorden europeo del que habla?
–Creo que se quieren ver en otras culturas los riesgos, pero sobre todo está en nosotros: es nuestra falta de convicciones y referencias permanentes, lo que hace que muchas personas que vienen de otra culturas, al encontrarse con la nada, radicalicen su posición en el islamismo violento. El relativismo moral de Europa y el islamismo violento son dos fenómenos vinculados.
–En España e Italia hay en marcha iniciativas legislativas para despenalizar la eutanasia y según el Estudio Europeo de Valores del BBVA cada vez cuenta con más apoyo social. ¿Cómo convencer a la opinión pública de que aprobarla por ley no es un triunfo?
–Con el ejemplo, haciendo una política muy activa para evitar el sufrimiento de los enfermos: creando unidades de cuidados paliativos, especializando más a los médicos... Es bastante más eficaz potenciarlos que aprobar una ley que al final solo sirve para destruir a los más débiles, no a los enfermos que están en el momento terminal, sino a los que son más incómodos de tener en el hospital y en la sociedad. La eutanasia y los cuidados paliativos son dos caminos distintos y hay que escoger.
–Coincide con las feministas en la oposición a la maternidad subrogada, ¿hay algún punto más de unión?
–Al igual que la muerte más digna es la natural, el hijo más digno es el de su propia madre y padre. La maternidad subrogada distorsiona la naturaleza humana, las instituciones... Este tema me une a las feministas, sí, lo demás no sé... también el respeto que tengo por la mujer, y sino mal me iría en mi casa que estoy rodeada de ellas. Pero yo llego a eso por otros conceptos y no por ideología.
–¿Y qué le dice a los que opinan que el género es una construcción social?
–Que la biología no es una anécdota en nosotros. Estamos determinados por el sexo porque tenemos células sexuadas desde el primer minuto. Eso no es un invento mío. Es una constatación biológica que el cerebro de hombre y mujer no es ni mejor ni peor, es diferente.. Tenemos otra naturaleza y es maravilloso encontrar la complementariedad desde el respeto a la igualdad de derechos. ¿Que en la práctica no la ha habido y que en muchas ocasiones se ha marginado a la mujer? De acuerdo. Pero eso no significa que ahora distorsionemos la naturaleza humana para corregir injusticias que se han producido a lo largo de la historia.