Francisco Cerro, arzobispo de Toledo, ha convocado a la Iglesia diocesana a una celebración en la catedral primada el próximo domingo 17 de octubre, con motivo de la apertura de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos que inaugura este 10 de octubre en el Vaticano el Papa Francisco.
"A raíz de los acontecimientos recientes, quiero unir a esta celebración una invitación a la conversión, reparación por los pecados y purificación que requiere este tiempo de gracia y renovación interior, y que realizaremos en un especial acto penitencial de la Misa", añade en la convocatoria.
Se trata de una inequívoca referencia al escándalo suscitado por la grabación en el templo catedralicio, sin su conocimiento, de un vídeo del rapero Tangana con la cantante Nathy Peluso que el arzobispo primado "lamenta profundamente" en cuanto "uso indebido de un lugar sagrado", dadas las actitudes sensuales de los artistas en un baile profano y la ridiculización del clero que incluye el clip. El deán de la catedral, Juan Miguel Ferrer, lo justificó sin embargo como "un lenguaje propio de la cultura de nuestro tiempo", en el que valoró el "bien que pueda producir en los alejados".
"Convoco a todas las parroquias, asociaciones y movimientos, a los sacerdotes, consagrados y laicos, a comenzar juntos, en el misterio de comunión que es la Iglesia, este camino de fortalecimiento de nuestra identidad y misión: llevar a Jesucristo a todos los hombres con la alegría del Evangelio", concluye monseñor Cerro.
Un sínodo para la colegialidad en la sinodalidad
El acto que tendrá lugar el domingo 17 a las 18.00 horas responde a la peculiaridad del Sínodo sobre la Sinodalidad convocado por el Papa, y que concluirá en octubre de 2023. Por primera vez en la historia de estos encuentros eclesiales, nacidos tras el Concilio Vaticano II, el sínodo comenzará de forma descentralizada en todas las diócesis del mundo. Era deseo de la Santa Sede que esa fase comenzase una semana después de la inauguración. El objetivo es lograr "un ejercicio de colegialidad dentro del ejercicio de la sinodalidad".
Las especiales circunstancias que se han dado en Toledo por la difusión del polémico vídeo han aconsejado a monseñor Cerro darle a ese acto primero de la fase diocesana un tono reparador de lo que ha sido considerado por muchos una grave afrenta a la santidad del lugar donde se grabó.