Clint Eastwood tiene 94 años y sigue al pie del cañón, tanto actuando (Cry Macho, en 2021, es la última vez que se ha puesto ante las cámaras) como dirigiendo, con Jurado nº 2 recién estrenada.
Casi todos los que le negaron durante años el pan y la sal han tenido que rendirse a su maestría. Ha ganado cuatro Oscar, director y película por partida doble, con Sin perdón [Unforgiven, 1993] y Million Dollar Baby (2005), en las cuales también estuvo nominado como actor. Y ahora, cada una de sus producciones se espera con la expectación y la exigencia que sólo suscitan los grandes del Séptimo Arte.
Hemos conversado sobre él y su trayectoria con el escritor y crítico cinematográfico Fernando Alonso Barahona, biógrafo de numerosas estrellas de Hollywood y autor de varios libros de pensamiento político.
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Fernando Alonso Barahona es un escritor polifacético, lo que incluye numerosos títulos de historia y análisis del cine.
-¿Jurado nº 2 es un broche de oro o es la prueba de que Clint Eastwood tiene aún muchas cosas que contar?
-Julián Marías escribió que la vida siempre mira hacia el futuro, aunque la edad parezca indicar lo contrario. La ultima película de Clint Eastwood parecía iba a ser La mula, Richard Jewell, Cry Macho… y ahora Jurado nº 2. Digamos que tiene más posibilidades de serlo, al contar su creador con 94 años. Pero yo no afirmaría categóricamente que es una obra conclusiva, como lo fueron Los Diez Mandamientos de Cecil B. DeMille o incluso Siete mujeres de John Ford o Río Lobo de Howard Hawks.
-¿Le ha gustado?
-Es una espléndida película que plantea un dilema moral importante. Cine clásico para adultos en una época en el que casi todo parecen ser secuelas y remakes o -en su vertiente minoritaria- películas minimalistas no narrativas o semidocumentales: un miembro del jurado en un juicio por asesinato descubre que pudo haber causado la muerte de la víctima y debe enfrentarse al dilema de manipular al jurado para salvarse o revelar la verdad y entregarse. Película de juicios, de factura clásica, con un conflicto de enorme interés que mantiene la atención del espectador.
-Entonces, ¿no damos por concluida la carrera de Clint Eastwood?
-Siempre tendrá historias que contar, películas por filmar.
-Antes mencionaba el dilema moral de Jurado nº 2. Casi todas las grandes películas de Clint Eastwood en lo que va de siglo (Million Dollar Baby, Gran Torino, La mula) giran en torno a uno...
-La justicia, la verdad, la ética, el sacrificio, forman parte de la vida. Julián Marías -siempre hay que volver a su obra- reflexionada sobre la vida como realidad radical recordando que en cada momento la persona tiene que decidir. La vida diaria está llena de decisiones. Muchas son sencillas o inocuas, pero de vez en cuando aparecen asuntos trascendentales. Clint Eastwood, como los cineastas clásicos, se ocupa en las películas de seres humanos y de vidas reales, por ello el dilema moral aparece en muchas de ellas.
-¿Eso incide en su éxito?
-Dicha reflexión otorga a las películas una profundidad humana de la que carece casi todo el cine contemporáneo.
-Sin embargo, se limita a plantear esas reflexiones, no las resuelve. ¿Temor a posicionarse? ¿Respeto al espectador? ¿Privilegio autoconcedido del artista?
-Puede que sea una mezcla de todo ello. Eastwood no es un moralista como Ford, King Vidor o DeMille. No se posiciona de manera explícita porque es su propio talante, pero tiene el coraje de no ocultar la realidad. El problema aparece, se cuenta, se presenta y se deja que los interrogantes se queden en cada espectador.
»En ese sentido se acerca uno de sus directores preferidos, el gran Anthony Mann, en su ciclo de westerns: El hombre de Laramie, Tierras lejanas, Colorado Jim. O esa obra maestra total que es El hombre del Oeste, donde Gary Cooper ha de resolver un dilema moral de gran calibre en su desenlace. Claro, que en ella la decisión aparece clara, Mann toma partido por lo que Gary Cooper va a elegir.
La escena final de 'El hombre del Oeste', que culmina las inquietudes que atormentan a Gary Cooper: no la veas si no has visto la película.
»Digamos que el cine de Eastwood es más ambiguo en ese aspecto moral , como en Medianoche en el jardín del bien y del mal o en Mystic River, o en sus westerns (Infierno de cobardes, El jinete pálido, Sin perdón).
Una de las escenas más celebradas de 'Mystic River' (2003), con Sean Penn (el padre) y Kevin Bacon (el policía).
-Clint Eastwood no es católico, ni siquiera particularmente religioso. Pero el contrapunto moral suele ponerlo un sacerdote católico con una caracterización muy digna. ¿Cómo lo explica?
-Por lo que hemos descrito antes. Eastwood puede no hacer suyos de forma explícita esos principios, pero no los oculta, los presenta y lo hace con total honestidad. Los sacerdotes de Million dollar baby y Gran Torino (2008) son hombres de fe, conscientes de su misión y su trabajo.
»En Gran Torino tiene además una relevancia considerable y sus escenas con el personaje de Clint son de las mejores de la película. El catolicismo se hace presente desde casi el primer momento de una manera natural, sin estridencias, de la mano de su mujer fallecida y del joven sacerdote a quien ella encargó intentar que su marido volviera a la confesión.
Una escena de 'Gran Torino'.
»Josep Miró i Ardèvol lo resumió a la perfección en su día, al señalar que Gran Torino sólo resulta inteligible bajo una lógica cristiana donde brota el amor a las personas a través de un acontecimiento personal.
-Por cierto, hablando de Million Dollar Baby: ¿cuál es su opinión: es pro-eutanasia o no?
-Ricardo García Manrique [PDF] decía que para entender a una persona que desea morir hay que tener en cuenta todo su periplo vital, y no sólo lo que se nos aparece como su situación actual, y que el mensaje inequívoco de Million Dollar Baby es que, a la hora de la muerte, hemos de permanecer fieles a nuestros compromisos, que son los que dan sentido a nuestra vida.
»En este sentido, los personajes de Million Dollar Baby pueden recordar aquellas escenas que hemos visto en no pocas películas de acción en las que alguien cae herido de gravedad y al no poder ser evacuado pide a sus amigos que le disparen para no caer en poder del enemigo. Pero solo en cierta manera: la verdad es que la película de Eastwood nos muestra la situación límite de quien pide morir por su terrible accidente y el entrenador, fiel como un soldado a su código ético, decide hacer lo que le pide. Es consciente del terrible problema moral y por eso la conversación con el sacerdote.
La encrucijada de 'Million Dollar Baby'. Los sacerdotes que nos presenta Clint Eastwood no son complacientes ni falsamente comprensivos. Saben que su misión es llevar almas al cielo y son exigentes en ello.
»La película no es pro eutanasia en sentido estricto porque rehúye el carácter general y se limita a contar un drama de una persona en una circunstancia determinada. Reconozco no obstante que yo hubiera preferido el desenlace que sin duda Frank Capra, John Ford o Leo McCarey hubieran dado a la historia. La mejor solución, como apuntó en su día el obispo Elio Sgreccia al comentar este punto, era ofrecer razones de esperanza y de sentido para el sufrimiento.
-Los progres pasaron de despreciar a Clint Eastwood por sus "spaghetti western" a desacreditarle como "fascista" por la saga de Harry el Sucio, para acabar rendidos ante su genio...
-Por fortuna, la influencia de los progres en la historia del cine siempre ha sufrido muchos altibajos. No pudieron con Cecil B. DeMille, Alfred Hitchcock, Raoul Walsh o John Ford (todos tachados de fascistas, como Leo McCarey o Henry King) y tampoco impidieron el éxito de Sylvester Stallone con su gran saga de Rocky o el triunfo de la serie Walker, Texas Ranger con Chuck Norris.
El célebre 'Anda, alégrame el día [Go ahead, make my day]' del detective Harry Callahan en 'Impacto súbito' (1983). Es la única de las cinco de la saga de Harry el Sucio que Eastwood dirigió, además de protagonizarla.
»Los westerns de Sergio Leone están lejos de encontrarse entre mis favoritos, pero dejaron huella. Harry el Sucio (1971) es una espléndida película de acción dirigida por Don Siegel, como lo es El justiciero de la ciudad, de Michael Winner, con Charles Bronson (otra de las bestias negras de los progres). Clint Eastwood pasó a dirigir sus propias obras y lo hizo de manera más que notable, así que muchos hubieron de rendirse ante la evidencia. A menudo el tiempo pone las cosas y las personas en su lugar.
-¿Hay paralelismos con la trayectoria de Mel Gibson?
-Mel Gibson ha sido mucho más políticamente incorrecto que Eastwood y por ello ha seguido el camino casi contrario, de estar en la cumbre como actor (y director, recordemos los Oscar de Braveheart) a ser objeto de todas las campañas y ataques de desprestigio. Pero Gibson tiene un gran talento y un valor excepcional y ha sobrevivido. Para 2025 esperamos su Resurrección, otra declaración profunda de fe.
-Clint solo ha rozado la política, dos años como alcalde de Carmel (California)...
-Se ha definido en algunas ocasiones como libertario. En Estados Unidos el partido libertario ha presentado candidatos a las elecciones presidenciales a menudo. Uno de los más populares es Ron Paul. El octogenario congresista y su hijo, el brillante senador Rand Paul, han apoyado en las ultimas convocatorias electorales a Donald Trump.
»Eastwood fue alcalde como candidato independiente y realizó una buena gestión. Y ha colaborado en numerosas iniciativas culturales, políticas y sociales. Ha apoyado públicamente a candidatos republicanos como John McCain o Mitt Romney, y por supuesto a Trump, aunque no se ha involucrado en las campañas electorales más que en muy contados momentos. En los años setenta también se distinguió por su apoyo a Richard Nixon y desde luego a Ronald Reagan.
-Sus principios sociales y culturales encajan en el perfil conservador...
-Clint Eastwood es un hombre independiente, individualista y capaz de pensar por sí mismo al margen de cualquier prejuicio. No es un conservador militante, pero su recia personalidad, sus valores tradicionales de esfuerzo, sacrificio y valentía le separan para siempre de la corrección política o el lamentable pensamiento woke.
»En una ocasión, tras el estreno de Escalofrío en la noche, dijo: "Primero me tildan de derechista. Después de racista. Ahora de machista. Está de moda conseguir que la gente se sienta culpable por diferentes cosas. A mí me da igual, porque sé en qué p*** lugar del planeta estoy y me importa un bledo".
-¿Y qué lugar es ése, si nos guiamos por sus películas?
-Harry el Sucio es un personaje emblemático de la ley y el orden (aunque para obtener el resultado se pueda saltar los márgenes burocráticos de la norma). El sargento de hierro es una visión positiva del militar auténtico, que sin brillantes academias está esculpido con valor, honor y hombría de bien. El intercambio denuncia crímenes de niños que se trataron de ocultar. Gran Torino es una historia emotiva de un hombre bueno -con sus múltiples errores humanos- que mira de frente y es auténtico. Cry Macho insiste en los mismos valores, el ya anciano valiente que cumple su misión.
»Y están esos ciudadanos corrientes, individuales, que en momentos complicados pueden comportarse como héroes. El francotirador (2014), la historia de Chris Kyle, un tirador del Ejército americano. Sully (2014), en la que Tom Hanks interpreta a un piloto de avión que salvó a cientos de personas. 15:17 Tren a París (2018), protagonizada por los mismos jóvenes que en 2015 evitaron un atentado terrorista. Richard Jewell (2019), el vigilante de seguridad que en 1996 impidió una masacre al descubrir una mochila sospechosa en el recinto olímpico de Atlanta...
-Un inciso, porque antes mencionó a Reagan. ¿Qué le parece el biopic?
-Reagan es una magnífica película que ha vuelto a demostrar -como lo hiciera Sound of freedom- que se puede romper la barrera progre del pensamiento woke y triunfar en las taquillas.
»Dirigida por Sean McNamara y escrita por Howard Klausner, está basada en el libro de Paul Kengor El Cruzado. Ronald Reagan y la caída del comunismo y protagonizada por Dennis Quaid como el presidente Ronald Reagan y por Penelope Ann Miller, Robert Davi y Jon Voight. Y estupenda la presencia de la bella y hoy veterana Lesley-Anne Down, que en 1968 protagonizara junto a Raphael la película El golfo de Vicente Escrivá.
-Se estrenó dos meses antes de la barrida de Trump...
-Quaid y Voight son dos de los actores más combativos en apoyo de causas conservadoras y de Trump. Es un síntoma más de lo que ha desembocado en su gran victoria, un motivo de esperanza para nuestro complejo mundo contemporáneo.
-Son la otra cara de Hollywood, en la estela de Charlton Heston o John Wayne, a quienes usted ha biografiado...
-Charlton Heston y John Wayne -un honor haber escrito varios libros biográficos sobre ellos- fueron estrellas, grandes actores y personas comprometidas con su tiempo y con los valores positivos.
»Como lo fueron también Gary Cooper, Robert Taylor, James Stewart, Tyrone Power, Jeanette MacDonald, Ginger Rogers, Barbara Stanwyck y tantos otros (DeMille, Vidor, Ford, Capra, Hawks, McCarey, Walsh, King, Hitchcock). Y en años más recientes Stallone, Arnold Schwarzenegger -hasta hace poco-, Norris, Gibson, Quaid, James Woods, Voigt, Mark Wahlberg, Roseanne Barr, Jim Caviezel, Kristy Swanson o el propio Eastwood, con todos los matices que hemos comentado.
»Heston dijo en una ocasión que conocía a muchos conservadores en Hollywood (nada que ver el contemporáneo con el gran Hollywood clásico) que se escondían “en el armario" por temor a ver hundidas sus carreras.
-¿Eso puede cambiar tras el histórico 5 de noviembre?
-Seguramente el triunfo de Donald Trump, ahora con la experiencia del primer mandato y con muchos más apoyos, pueda servir para romper esa barrera de censura que lo woke impone a quien se opone a sus designios.
-Y desde abajo, ¿qué puede hacerse?
-No hay recetas o pautas, solo la libertad de creación, atreverse a ser uno mismo, tener valor y talento. Y -eso sí- contar con un escenario político favorable puede convertirse en un impulso excepcional.