Veto de Lenín Moreno al aborto, los vientres de alquiler y la ideología de género en Ecuador
“Este es un día histórico porque la vida ha triunfado”, exclamó el arzobispo de Quito, Alfredo José Espinoza, tras el veto del presidente de Ecuador al Código Orgánico de Salud aprobado el 25 de agosto por la Asamblea Nacional, y que abría las puertas al aborto, los vientres de alquiler y el adoctrinamiento infantil en ideología de género.
El veto de Lenín Moreno fue anunciado el viernes por la secretaria jurídica de la Presidencia, que alegó imprecisiones de índole técnica.
Geraldine Weber, de Matrimonios al Rescate, comentó a Aciprensa que agradecía “primero a Dios, al presidente y a todos los grupos provida” ese "triunfo de la vida", y animó a todos a mantener activa la “misión de fortalecer los valores y principios de las familias, defender la vida y la fe”.
También en declaraciones a ACI, el director del Frente Nacional por la Familia, Erwin Ronquillo, señaló que con el veto presidencial había ganado "la sensatez”, porque Lenín Moreno ha sido “sensible a los pedidos de las familias del Ecuador, de cientos de organizaciones de la sociedad civil y decenas de gremios de médicos, psicólogos, psiquiatras, enfermeras, odontólogos, prestadores de salud y empresarios”.
Contra el COS, Faro Films presentó este vídeo que muestra los avances del aborto en América y la ingerencia de los organismos internacionales en su promoción.
El veto presidencial dilata durante un año la posibilidad para la Asamblea de presentarlo de nuevo. Hay elecciones en 2021, por lo cual, según Ronquillo, "los nuevos legisladores van a tener mayor conciencia al preparar un cuerpo legal que defienda los derechos fundamentales del ser humano y que no incluya temas ideológicos como pretendían hacer con este código vetado”.
En los últimos meses la sociedad ecuatoriana se había movilizado intensamente bajo el lema de defender las dos vidas, las del no nacido y la de la madre gestante. Por eso monseñor Espinoza agradeció a las autoridades haber escuchado a la calle para “decir no a un código de muerte”. El 24 de septiembre diversas organizaciones entregaron al gobierno 109.000 firmas pidiendo el veto que finalmente se ha producido.