Nuevo ataque a la Iglesia en Nicaragua: policías de Ortega detienen a un párroco por su homilía
La Iglesia Católica en Nicaragua está viviendo una durísima prueba ante la persecución que está sufriendo por parte del dictador comunista Daniel Ortega. El acoso comenzó cuando en las protestas contra el régimen la Iglesia denunció la enorme represión ejercida. Pero durante las últimas semanas se ha intensificado aún más.
Junto con la expulsión de las Misioneras de la Caridad del país o el cierre de emisoras diocesanas, el régimen sandinista ha comenzado a atacar y detener a sacerdotes e incluso obispos. Es el caso, por ejemplo, del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, que lleva ya dos semanas retenido en el Palacio Episcopal junto a otros sacerdotes, seminaristas y laicos.
El último caso ha sido la arbitraria detención de un sacerdote de la diócesis de Siuna. El obispado ha informado del arresto el pasado domingo del presbítero Óscar Benavídez sin que conozcan las causas oficiales del arresto.
Según medios locales, el párroco del Espíritu Santo de Mulukukú fue subido a una camioneta policial por varios agentes. Desde entonces varias patrullas fuertemente armadas circulan por el municipio.
La causa, ¿una homilía crítica?
Aunque se desconocen las causas por las que fue detenido el padre Benavidez, los vecinos creen que se debe a la homilía del sacerdote del pasado domingo donde habló acerca del profeta Jeremías, quien fue objeto de oprobio por los poderosos de la época, quienes lo acusaron de atentar y crear zozobra entre el pueblo
“La lectura del profeta Jeremías, el padre la basó en la situación actual que vive Nicaragua. El padre dijo que dijo que no iba a callar, que él iba a decir lo que se está viviendo y la manera que se está viviendo”, relatan varios vecinos que piden mantener el anonimato.
“El padre no había sido amenazado anteriormente, ni mucho menos era perseguido, pero ellos —el gobierno de Ortega — mandan a gente de civil a escuchar la homilía. Al parecer no les gustó la prédica y el temple que tuvo al momento de predicar ayer domingo”, añadió este vecino.
Este sacerdote es originario de San Isidro (Matagalpa) y llevaba poco más de tres meses como párroco del Espíritu Santo en Mulukukú.