Pide en Twitter que el deporte no sirva nunca para el odio
El Papa bendice en Río la bandera olímpica y paralímpica de los juegos de Brasil 2016
El Papa Francisco ha recibido las llaves de Río de Janeiro en una ceremonia celebrada en el ayuntamiento de la ciudad, tras la cual bendijo la bandera olímpica y paralímpica Río de Janeiro 2016 desde el balcón del edificio, acto al que asistieron numerosos atletas brasileños.
El Papa fue recibido por el alcalde de a ciudad, Eduardo Paes, y los responsables olímpicos brasileños. Las banderas fueron presentadas a Su Santidad por dos atletas colocados a ambos lados del balcón que da al jardín del ayuntamiento.
Agua bendita para los Juegos Olímpicos
Tras un breve rezo, el Sumo Pontífice esparció el agua bendita, tras lo cual los presentes, entre ellos atletas paralímpicos en silla de ruedas, aplaudieron. También les bendijo, así como a sus familiares, amigos y vecinos y después, en su línea, les pidió que recen por él.
Antes de la bendición, el alcalde de la ciudad le entregó las llaves de la ciudad, que previamente entregó al edil un atleta en sillas de ruedas.
Su Santidad quiere que el deporte sea motivo de paz y reconcialiación, por eso, en su cuenta de Twitter (@pontifex) ha dejado escrito: «Que el deporte sea un instrumento de intercambio y de superación y nunca de violencia y de odio».
Es la primera vez que un Papa toma contacto directo con los Juegos Olímpicos, aunque ya en el pasado otros se interesaron; como el Papa Pío XII que a través de su secretario de estado, el español Rafael Merry del Val, apoyó la iniciativa del barón De Coubertin para establecer los juegos olímpicos de la era moderna.
Deporte en el Vaticano
Pío XII fue el primero en aprobar la práctica deportiva en el Vaticano, permitiendo la construcción de pequeños gimnasios. Juan XXIII saludó a los atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 y Juan Pablo II fue un apasionado deportista y dedicó página de su magisterio al deporte, especialmente durante el Año Jubilar 2000 de la Iglesia Católia.
Benedicto XVI el 22 de julio de 2012 también se refirió a la Olimpiada de Londres y durante el ángelus de ese día abogó para que los JJOO de la ciudad británica fuesen «una verdadera experiencia de hermandad entre los pueblos».
El papa alemán recordó que los JJOO son el mayor evento deportivo mundial, donde participan atletas de numerosas naciones y como tal tiene un fuerte valor simbólico, «por ello, la Iglesia Católica mira a este evento con particular atención y simpatía».
En su mensaje, el Papa Ratzinger también quiso saludar «a los organizadores, atletas y espectadores» y deseó que «en el espíritu de la Tregua Olímpica, la buena voluntad generada por este acontecimiento internacional deportivo de sus frutos, promoviendo la paz y la reconciliación en todo el mundo».
Tras este evento, el Papa se ha trasladado a Varginha, en el complejo de favelas de Manguinhos, lugar hasta finales del pasado año controlado por bandas de narcotraficantes y ahora una zona recuperada para la ciudad.