Santiago Pérez de Camino, del Pontificio Consejo de Laicos
Un español, bisnieto del fundador del Real Madrid, es el «ministro de deporte» en el Vaticano
La oficina encargada de todo lo relacionado con el deporte en la Iglesia Católica y el Vaticano tiene a la cabeza a un joven español.
Desde el pasado mes de abril, casi coincidiendo con la llegada de Francisco, Santiago Pérez de Camino dirige la oficina de Iglesia y Deporte, perteneciente al Consejo Pontificio Consejo para los Laicos.
Un pasado de élite deportiva
Curiosamente, el que será el responsable oficial de todo lo relacionado con el deporte en el Vaticano tiene un pasado y, sobre todo, unos antepasados de lo más deportivos. De hecho, el bisabuelo de Santiago fue Julián Palacios, primer presidente del Real Madrid, poco antes de que el club pasase a denominarse así en 1902. Sin embargo, se le considera primer mandatario del club más laureado de la historia del fútbol.
En este sentido, el joven director de Iglesia y Deporte coincidirá en el Vaticano con Francisco, el Papa que más afición al fútbol ha cosechado entre los últimos Pontífices. Seguidor del San Lorenzo de Almagro, fue además socio y un asiduo al campo. De hecho, ya como Papa, ha recibido numerosas camisetas firmadas por equipos de todo el mundo.
Un "think tank papal" para el deporte
En declaraciones a Libertad Digital, Santiago Pérez de Camino ha explicado que la oficina "Iglesia y Deporte" que ya dirige es una "especie de think tank al servicio del Papa en el mundo del deporte".
De este modo, este madrileño agrega que pretende ayudar "a las instituciones deportivas con un carácter cristiano a salir de la periferia existencial de la gente como dice el Papa por un lado y por otro mostrar al mundo los valores cristianos que defiende la Iglesia a diario y que son los mismos que defiende el deporte: el sacrificio, la generosidad, la deportividad con el contrincante, la santidad en el afán de superación, el cuidado de nuestro cuerpo...En definitiva encontrar a Dios en el deporte".
Una referencia para los jóvenes
Sobre su función, Pérez de Camino nos cuenta que "la Iglesia busca al mismo tiempo ser un referente ético en los problemas que afrontan los deportistas de hoy en día, tanto profesionales como aficionados".
Y estos problemas, a su juicio, pasan por el "dopaje, el poder del dinero, la búsqueda de la victoria a cualquier precio, el culto al cuerpo, el egoísmo o el consumo de alcohol entre los deportistas que muchas veces son una referencia negativa para los jóvenes que crean una nueva forma de religión personal y hacen contemplar la práctica deportiva como un fin en sí mismo en vez de cómo un medio para crecer en las virtudes cristianas".
En conclusión, agrega que "el deporte puede ser un medio que ayude a formar y fortalecer las conductas de los hombres y mujeres que hoy en día viven acosados por una sociedad consumista y egocéntrica".
Santiago Pérez de Camino sustituye en este puesto al sacerdote estadounidense Kevin Lixey, que vuelve a Estados Unidos para desarrollar otras actividades pastorales.
Durante los últimos diez años, Pérez de Camino ha colaborado con la pastoral juvenil de la Archidiócesis de Madrid y también en la formación de entrenadores deportivos y alumnos en diversos colegios y clubes juveniles.
Los papas y el deporte
El deporte es un aspecto fundamental en la sociedad contemporánea y la Iglesia es consciente de ello, motivo por el cual Juan Pablo II quiso dotar de un organismo específico al deporte en el Vaticano.
De hecho, el pontífice polaco fue un gran amante del deporte. Entre otros muchos deportes, a Juan Pablo II le encantaba el esquí y el fútbol y practicó deporte hasta una edad bien avanzada. En su magisterio han quedado 120 discursos destinados al deporte y a los deportistas.
Pero no sólo él ha estado estrechamente unido al deporte. Pio XI escaló el Mont Blanc mientras que Pio XII era conocido como el Papa del deporte. Leon XIII definió el deporte como "un medio de comunicación de masas" y Benedicto XVI dijo que "el deporte enseña disciplina y rigor y da la posibilidad de vencer y recibir libertad". Y qué decir de Francisco, del que poco hay que añadir de su amor por el deporte.