Bergoglio y la cúpula de la Cea van a presionar a Roma
por Marcelo González
A partir de este lunes 7 de febrero de 2011, la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Argentina comienza una visita a diversos dicasterios romanos con el propósito de consolidar su poder y presionar dos sucesiones que son vitales para la permanencia en el poder de los ultraprogresistas obispos de la Argentina: primero la sucesión de Buenos Aires, cuyo titular, severamente cuestionado por innumerables denuncias, prevé una aceptación rápida de su renuncia, cuando la presente a mediados de diciembre de este año, o quizás antes.
Lo normal sería que Roma hubiese nombrado ya un obispo Coadjutor, con derecho a sucesión en la Arquidiócesis de Buenos Aires. De entre los más cercanos a Bergoglio, Mons. Sucunza y Mons. García están manchados por sendos escándalos, de los que dimos cuenta en nuestra web, y en este mismo blog o por mejor decir, hicimos públicos, con gran disgusto para la Curia porteña.
La disputa por la sucesión porteña, y casi seguramente, en el mismo caso, la presidencia de la CEA, que Bergoglio ha acaparado por 8 años, ha llegado a temperaturas altísimas.
Según José Ignacio López, hombre muy cercano al decaído Club de San Isidro, hoy aliado a Bergoglio: “Como de Roma viene lo que a Roma va, según dice el viejo dicho, los obispos argentinos cansados de intrigas, murmuraciones y maledicencias, se disponen a desbrozar esa comunicación y darle mayor fluidez. Bergoglio, los vicepresidentes, los arzobispos Luis Villalba (Tucumán) y José María Arancedo (Santa Fe), y el secretario general, Enrique Eguía, verán al Papa, hablarán con el secretario de Estado, el cardenal Tarsicio Bertone, y con otros cardenales”. Cfr. La Nación. Donde dice “los obispos argentinos”, léase, el sector ultraprogresista de los mismos.
Washinton Uranga, comentarista religioso de Página/12 , menos acotado por el decoro del medio para el que trabaja, se explaya más en detalles: "Acompañado de los miembros de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia, Bergoglio recorrerá la mayoría de los dicasterios (ministerios) vaticanos transmitiendo los resultados de la asamblea –en la que se habló de la colegialidad y la colaboración entre obispos– y tratando también de disipar dudas y críticas que provienen de Roma . En los niveles directivos no se disimula el malestar que causan las interferencias que produce en la relación entre el Vaticano y la cúpula local la permanente intervención del cardenal Leonardo Sandri , prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el único argentino que participa actualmente de la cúpula vaticana. (…)
Sandri, vinculado también al ex embajador menemista en el Vaticano Esteban “Cacho” Caselli, ha sido vocero e impulsor de las críticas que se escuchan en los pasillos vaticanos en contra de la actual cúpula episcopal encabezada por Bergoglio, a la que los conservadores consideran “tibia” frente al Gobierno y poco clara en la defensa de las cuestiones doctrinales. La disputa tiene que entenderse también en el marco de la lucha interna de poder en el Episcopado, donde actualmente se discute la sucesión de Bergoglio al frente de la Conferencia Episcopal. El cardenal de Buenos Aires termina su segundo mandato en noviembre de este año y no podrá presentarse a una nueva reelección. Los ultraconservadores, encabezados por Héctor Aguer, aspiran a una conformación de la nueva cúpula del Episcopado que les permita controlar el organismo episcopal y no descartan la posibilidad de imponer un candidato propio para la presidencia” . Cfr. Página/12.
En conclusión, todo parece indicar que la guerra entre los dos sectores de la CEA, que podríamos llamar ultraprogresistas y conservadores (o progresistas moderados, aunque para Uranga todo lo que suena a católico ya es ultra) se va a dirimir en los próximos meses.
Los progres parecen haber perdido sus figuras carismáticas. El modo opresivo de gobernar la Iglesia que practica el Cardenal Primado ahoga todo surgimiento de personalidades atractivas, y habiendo caído su más sólido candidato, Mons. Maccarone a causa del escándalo sexual por todos conocido, solo le quedan figuras de segundo orden. Y en la práctica, Bergoglio prefiere una de estas para que su influencia no cese, aún cuando se haya retirado de los cargos…
El sector conservador tiene, en cambio algunas personalidades más acordes a los requerimientos romanos: Mons. Aguer, Arzobispo de La Plata, tiene la talla intelectual y los requerimientos de decoro en el lenguaje y la figura, que contrastados con la patética presencia de muchos obispos argentinos, lo ponen en posición expectable para la sucesión.
Mons. Aguer es el líder de un grupo de obispos conservadores con chances de hacerse del poder episcopal. Depende de Roma ahora, neutralizar las contramedidas de los ultraprogresistas, pero Bergoglio tiene amigos en Roma…
La llegada del sector liderado por Aguer sería una notable mejoría en la calidad del espiscopado nacional, aunque su desinterés por la liturgia tradicional y su falta de carisma para ganar la simpatía de los fieles le pondrán obstáculos, tanto entre sectores tradicionales como conservadores.
En su grupo hay otros que han sido más generosos con la Summorum Pontificum. Es de esperar que cuando accedan al poder presten más atención a este creciente e importantísimo sector de la feligresía.