El obispo Joseph Strickland, destituido por Francisco de su sede en Tyler (Texas), rezó el Rosario en Baltimore ante el lugar donde se reúne del 13 al 16 la plenaria de la conferencia episcopal estadounidense. Según declaró, el cardenal y nuncio Christopher Pierre le pidió que no asistiera. Strickland acudió en cualquier caso a la ciudad porque ya lo tenía apalabrado, como también dirigir la oración en ese lugar, al igual que otros años. Las palabras que dirige a los presentes son una meditación para introducir el quinto misterio doloroso, Jesús muere en la Cruz.