Lo explicó él mismo, en inglés, con el característico plural mayestático de las intervenciones pontificias, en la audiencia general del 31 de julio de 1968, una semana después de su publicación: «Hoy quisiéramos hablaros sobre los sentimientos que llenaron nuestro corazón durante el largo periodo de preparación de nuestra encíclica Humanae Vitae. (…) La conciencia de nuestra grave responsabilidad nos causó un sufrimiento no pequeño. Supimos de las acaloradas discusiones en la prensa. También nos afectó la angustia de los implicados en el problema. Estudiamos y leímos todo cuanto pudimos, consultamos a personas eminentes y buscamos en la oraci