El aborto cada vez más acorralado, y el Supremo podría dar la gran estocada
La Marcha por la Vida, en un momento crucial de la lucha en EEUU: «Muchas razones para la esperanza»
Este fin de semana se celebra como cada año en Estados Unidos la Marcha por la Vida, un evento de gran trascendencia que reúne a decenas de miles de personas en Washington, pero también en otros estados del país mostrando el músculo de un fuerte movimiento provida.
La tenacidad de los grupos provida durante las últimas décadas ha logrado ir ganando terreno al aborto y a la multimillonaria industria que tiene detrás. En muchos estados el aborto tiene cada vez más restricciones e incluso numerosos abortorios se han visto abocados a cerrar.
Justo ahora se vive un momento clave que puede suponer un punto de inflexión en la lucha provida. Hace unas décadas parecía imposible, pero el aborto en Estados Unidos, que se legalizó en todo el país en 1973 con la sentencia Roe v. Wade, podría tambalearse limitando o incluso tumbando el aborto en todo EEUU.
Las Sisters of Life, volcadas en la defensa del no nacido, no fallan en las Marchas por la Vid
Se trata del caso 'Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization' y se refiere a una ley de Misisipi de 2019 que prohíbe realizar abortos pasados 15 semanas de embarazo, excepto los que reclamen ser "emergencia médica física" o "graves anormalidades fetales".
Con una Corte Suprema de teórica mayoría provida, gracias a los nombramientos que realizó Trump en su presidencia, el hecho de que este casi llegue tribunal significa que por primera vez se puede examinar y poner límites, e incluso tumbar, la extraña sentencia de 1973 que implantó el aborto en todo el país.
Un movimiento provida con músculo
Pese a la nueva ofensiva abortista de la presidencia de Biden, el movimiento provida ha llegado a esta Marcha por la Vida con fuerza, esperanza y con la creencia de que pueden seguir cosechando victorias.
Este mismo viernes se celebra la multitudinaria marcha en Washington. Allí próvidas católicos, protestantes, agnósticos, ateos y miembros de otras religiones marcharán juntos por la vida. Obispos del país han animado a ir y normalmente siempre acuden a la marcha algunos obispos.
En San Diego, los obispos de la diócesis han realizado unos vídeos para invitar a sus fieles a participar en la marcha por la vida. Monseñor Robert McElroy, obispo titular, lo hace dirigiéndose en inglés y su auxiliar, monseñor Ramón Bejarano, al que podemos ver en este vídeo, lo hace en español.
“Los estadounidenses en todas partes saben que los niños por nacer merecen igualdad de derechos y protección ante la ley... Tenemos la esperanza de que, con Dobbs v. Jackson Women's Health Organization ante la Corte Suprema, 2022 nos acercará mucho más a la construcción de la cultura de la vida por la que todos hemos marchado desde que Roe v. Wade se impusiera trágicamente en nuestra nación hace casi 50 años”, comenta Jeanne Mancini, presidente de la Marcha por la Vida.
Aunque muchas de las miradas estarán puestas en la capital del país habrá marchas por la vida en numerosas ciudades. Una de las más importantes será la que se celebre en Los Ángeles, en la costa oeste. Se celebrará este sábado y una de las personalidades que subirá al escenario a hablar será precisamente el arzobispo de Los Ángeles, monseñor José Gómez, que además es presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, mostrando nuevamente la falta de complejos que muchos prelados tienen en el país para participar e incluso liderar actos provida.
Un testimonio que pone rostro al movimiento
En la marcha de Los Ángeles también dará su experiencia la hermana Bethany Madonna, de las Sisters of Life, unas religiosas cuyo cuarto voto se centra en la defensa y cuidado de toda vida, especialmente la del no nacido.
Monseñor José Gómez, arzobispo de Los Ángeles, en la marcha por la vida de Los Ángeles en 2020
Esta religiosa vive en Phoenix y junto a sus hermanas ayudan a mujeres embarazadas que han decidido no abortar o que tienen dificultades. Desde la primera vez que rezó el Rosario en un centro de abortos de Orlando, Florida, como estudiante de primer año de la universidad, sintió que dedicaría su vida a defender la santidad de la persona humana. Lo que no imaginaba es que acabaría siendo una religiosa cuyo carisma sea la defensa de la vida.
En una entrevista con el National Catholic Register cuenta que “una amiga que había experimentado una conversión radical me invitó a ir con ella a una clínica de abortos. Estaba muy asustado por la perspectiva de ser arrestado... Mi amiga me dijo que estaríamos rezando el Rosario, y me convencí. La acompañé un sábado por la mañana que nunca olvidaré mientras viva: vi salir el sol sobre el edificio, dejando ver toda una fila de mujeres que se preparaban para abortar. Ese día, el aborto se convirtió en mucho más que un tema de debate, una cuestión política, un procedimiento médico o un pecado: era como si el aborto tuviera rostro; y eran las chicas de mis clases, mis amigos y los más pequeños los que no iban a ver la luz de ese día”.
En ese momento asegura que al “verlas tan asustadas y abandonadas y solas, me pareció tan injusto. Esto no es tanto una elección como lo que experimentan cuando sienten desesperación debido a sus circunstancias. Las lágrimas simplemente corrían por mi rostro. Recuerdo haber pensado: ‘Voy a vivir y morir por ellos’, y algo en mi vida tuvo mucho que ver con este momento. No sabía lo que el Señor me pediría, pero estaba claramente puesto en mi corazón que toda mi vida giraría en torno a la santidad de la persona humana”, explica.
"Un momento importante para nuestra nación"
Un año después de aquel acontecimiento conoció a las Sisters of Life (Hermanas de la Vida). La ahora religiosa recuerda que cuando escuchó “sobre el cuarto voto de las Hermanas de proteger y realzar la santidad de la vida humana y sobre su carisma de [proclamar que] cada persona humana única e irrepetible es buena, amada y querida por Dios intencionalmente para un propósito, fue como si estuviera escuchando a mi propio corazón puesto en palabras”.
La hermana Bethania Madonna, de las Sisters of Life, ofrecerá su testimonio en la marcha de Los Ángeles
Sobre su carisma, la hermana Bethania Madonna señala que es una comunidad “contemplativa-activa, por lo que dedicamos cuatro horas al día a la oración. Cuando estás en Su Presencia, cuando lo estás adorando y lo recibes en la Sagrada Comunión, es tan transformador que quieres compartir su vida y amor, y quieres que otros conozcan su misericordia, ternura y poder”.
Acerca del caso que se está tratando en la Corte Suprema y que puede cambiar la realidad del aborto en EEUU la religiosa lo tiene claro: “es un momento importante en nuestra nación”.
Escuchando los argumentos que se están presentando del caso, la hermana Bethania tiene claro que se tiene la oportunidad de escuchar “dónde está la cultura con respecto a la mujer, el niño por nacer y los derechos y la verdadera libertad. Me dolía mucho escuchar a las mujeres presentes porque lo que percibía realmente, a un nivel profundo, era un odio a la mujer, a nuestro cuerpo y a nuestra capacidad de ser madre, como si fuera de alguna manera una carga impuesta”.
Esto le inspiró –asegura- “a querer hablar con claridad, alegría y valentía sobre el preciado don de ser mujer y madre” en esta marcha provida de Los Ángeles”.
A su juicio, el papel de la Iglesia Católica es fundamental en esta lucha, pues de “una manera muy real la Iglesia es madre. Los ojos del mundo miran a la Iglesia y reconocen que ella pertenece a Jesús”.
“Creo que debemos testimoniar cuanto podamos la misericordia de Jesús, su compasión y sus brazos abiertos dispuestos a recibir a quienes se encuentran en crisis y sufren: la Iglesia tiene respuestas sobre la persona humana, nuestra gran dignidad y la sacralidad de cada vida, no importa cuán fuerte o débil, rico o pobre, sano o enfermo”.
Pero además ve todavía más razones para la esperanza en el movimiento provida. La religiosa cree que parece “haber una renovación en la vida familiar y el matrimonio y las parejas se unen para vivir fiel y bellamente su sacramento y testimonio. Veo una renovación en la Iglesia donde los jóvenes se están formando en la teología del cuerpo y en la comprensión de que la vida casta es santa, liberadora, gozosa y por la que vale la pena luchar. Veo especialmente en el campus universitario una sed en los corazones de los jóvenes por escuchar la verdad y tener testigos a quienes seguir para vivir esa verdad. Veo muchos ministerios de sanación surgiendo para ministrar a los que sufren después del aborto y nuevas empresas creativas y alcances a aquellos en crisis. Hay muchas razones para tener esperanza”.