Ryan Anderson, azote de la ideología de género, es uno de los autores
«Desgarrándonos»: un argumentario completo para el día después de la revocación de Roe vs Wade
Los próximos meses prometen ser decisivos para la batalla provida. Éste va a ser el año de la sentencia que, o bien revierta Roe vs Wade (la decisión del Tribunal Supremo que consagró el aborto como un derecho en Estados Unidos), o bien la refuerce de forma casi definitiva.
Pase lo que pase, la lucha por los derechos del no nacido continuará, y por eso Ryan T. Anderson, autor de Cuando Harry se convirtió en Sally (un demoledor análisis de la ideología de género que fue un bestseller hace cuatro años) y Alexandra DeSanctis (periodista provida) han escrito un libro que se publicará en junio, cuando está previsto que se anuncie la sentencia sobre la célebre ley provida del estado de Mississippi.
La finalidad de esta obra es suministrar un argumentario completo sobre los males que el aborto causa a nivel individual y social. Se titula Desgarrándonos. Cómo el aborto lo perjudica todo y no resuelve nada y el propio Anderson lo presenta en National Review (los ladillos son de ReL).
Desgarrándonos. Cómo el aborto lo perjudica todo y no resuelve nada
Nuestra nación rinde homenaje a Martin Luther King Jr. que, en su discurso más famoso, proclamó: "Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo estadounidense iba a ser heredero. Este pagaré era una promesa de que todos los hombres -sí, tanto los negros como los blancos- tendrían garantizados los derechos inalienables de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad".
Lo mismo ocurre hoy en día, cuando los estadounidenses provida trabajan para reivindicar ese pagaré para todas las personas, nacidas y no nacidas. Después de 50 años de sancionar el aborto casi ilimitado, el Tribunal Supremo está a punto de revocar sus decisiones en el caso Roe contra Wade (1973), que se inventó un derecho constitucional al aborto, y en el caso Planned Parenthood contra Casey (1992), que confirmó el "argumento central" de Roe.
En realidad, no hay nada en nuestra constitución que proteja el "derecho a elegir" la violencia letal contra el niño en el útero. Si el Tribunal hace lo correcto en el caso Dobbs contra Jackson Women's Health Organization, los estadounidenses podrán finalmente proteger de los daños del aborto no solo a los niños no nacidos, sino también a las madres embarazadas.
El movimiento provida lleva décadas preparándose para esta oportunidad, pero los provida no deben subestimar el reto que supone. Es imperativo seguir explicando la injusticia fundamental del aborto: que acaba con la vida de seres humanos inocentes en el vientre materno. El caso contra el aborto debe comenzar ahí, pero debe ir más allá.
En nuestro nuevo libro, Desgarrándonos. Cómo el aborto lo perjudica todo y no resuelve nada, argumentamos que el aborto ha dañado todos los elementos de nuestra sociedad. El libro, que se publicará el 28 de junio, coincidiendo con la esperada sentencia del Tribunal en el caso Dobbs, y que ya puede encargarse, pretende preparar a los lectores para este próximo capítulo de la lucha por la vida. Cuando el Tribunal anule finalmente el caso Roe, no terminará el debate sobre el aborto en nuestra nación, sino que simplemente permitirá que comience uno completo y legítimo. Y los provida tendrán mucho trabajo que hacer.
1. Destrucción de la mujer
Desde 1973, el aborto nos ha infligido un sufrimiento indecible a todos nosotros. Ha matado a 65 millones de niños no nacidos. Ha enfrentado a hombres y mujeres y a padres e hijos. Y ha socavado una sólida visión de lo que significa ser humano. Como explicamos en el libro, la suposición implícita de los activistas a favor del aborto es que el cuerpo femenino es de alguna manera una versión defectuosa del cuerpo masculino -que ellos toman como la norma- y que las mujeres pueden ser libres e iguales solo si se les permite matar a sus hijos no nacidos.
En lugar de estructurar nuestras leyes y formar nuestra cultura para fomentar la solidaridad y el apoyo a las mujeres, el movimiento pro-aborto trata al niño como un intruso, un "parásito" y una amenaza que hay que neutralizar. Haciendo hincapié en la "autonomía" y la "elección", los partidarios del aborto rara vez reconocen que muchas mujeres se sienten presionadas para abortar, y que no lo viven como un empoderamiento sino como una derrota. Y muchos de los que se autodenominan pro-decisión [pro-choice] se oponen a los esfuerzos para ayudar a las madres embarazadas a elegir la vida, revelando ser mucho más pro-aborto que pro-decisión.
2. Eugenesia
El aborto también ha corrompido muchos de nuestros valores e instituciones más preciados. Como documentamos en el libro, el movimiento eugenésico de principios del siglo XX dio lugar al movimiento moderno a favor del aborto, un esfuerzo por evitar "poblaciones de las que no queremos tener demasiadas", en palabras de la difunta jueza del Tribunal Supremo Ruth Bader Ginsburg. Mientras celebramos en el Día de Martin Luther King Jr. todos nuestros avances en la lucha por la justicia racial, también debemos reconocer la triste realidad de que el vientre materno es un lugar peligroso para un bebé negro hoy en día; cada año hay más abortos de niños negros que nacimientos.
3. Feminicidio
En muchas partes del mundo, las cosas son poco mejores para las niñas. Citamos investigaciones que demuestran que hoy en día hay 23 millones de niñas desaparecidas en todo el mundo, asesinadas a causa de la discriminación sexual en el útero.
4. Genocidio
Mientras tanto, nuestro libro recoge titulares que alaban la supuesta erradicación del síndrome de Down, como si los médicos hubieran sido pioneros en la cura de esta condición genética, cuando en realidad se ha convertido en costumbre en el mundo occidental utilizar el aborto para erradicar a las personas con síndrome de Down. Estas formas de discriminación letal perpetúan una cultura en la que algunos seres humanos son considerados indignos de la vida.
5. Destrucción de la ética médica
Al mismo tiempo, el aborto ha afectado a nuestro sistema médico, convirtiendo las herramientas de curación en armas y tratando el embarazo como una enfermedad que hay que curar. Documentamos cómo las principales organizaciones médicas han mentido persistentemente sobre la realidad del aborto, transformándose en grupos activistas partidistas. También señalamos cómo las mujeres no suelen recibir la atención médica y el asesoramiento que merecen y a veces sufren consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo después del aborto.
6. Destrucción de la judicatura
Ningún libro sobre el aborto puede dejar de destacar cómo Roe y los últimos 50 años de aborto a demanda impuesto por el Tribunal han socavado el estado de derecho y el autogobierno constitucional. El deseo de preservar Roe y el aborto ilimitado ha convertido los nombramientos judiciales en un partido de fútbol político y ha transformado el proceso de confirmación en un desastre tóxico.
7. Perversión del Partido Demócrata
Debido a que el aborto ha polarizado nuestra política y ha corrompido a los políticos demócratas, muchos ciudadanos se han alejado de uno de nuestros principales partidos políticos y han pasado a depender del otro, aunque no estén de acuerdo con los republicanos en otras cuestiones políticas. Ha llevado a dos generaciones de políticos demócratas a rechazar absurdamente -y de forma directamente contraria a la visión de Martin Luther King- que sus creencias morales y religiosas influyan en las políticas y el derecho, lo que ha llevado a la vergonzosa retórica de estar "personalmente en contra" del aborto pero políticamente a favor de la "elección".
8. Reinado de la injusticia
Este es el tipo de doble lenguaje que Martin Luther King denunció en su Carta desde la cárcel de Birmingham, en la que explicaba cómo la religión y la moral deben desempeñar un papel central en nuestra vida política: "Una ley justa es un código hecho por el hombre que se ajusta a la ley moral o a la ley de Dios. Una ley injusta es un código que no está en armonía con la ley moral. Para decirlo en los términos de Santo Tomás de Aquino, una ley injusta es una ley humana que no está enraizada en la ley eterna y en la ley natural". Y como explicamos en nuestro libro, las leyes de aborto de nuestra nación son profundamente injustas.
9. Censura y corrupción en la cultura
El aborto también ha perjudicado a gran parte de nuestra cultura, lo notemos o no. En el libro tratamos la parcialidad de los medios de comunicación tradicionales, que oscurecen la verdad sobre el aborto y a menudo promueven falsedades. Documentamos la censura en las redes sociales que ha limitado la capacidad de los antiabortistas para compartir informaciones precisas sobre el aborto. Denunciamos el creciente esfuerzo por dar glamour al aborto en la televisión y en el cine, así como la cultura empresarial que acepta y promueve cada vez más el aborto. La respuesta a la lacra del aborto requerirá medidas que sean tanto legales como culturales y también esfuerzos para prohibir la violencia letal en el vientre materno y para ayudar a las madres y familias necesitadas.
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Ninguno de nosotros está mejor en una comunidad política que permite o respalda la violencia letal contra los miembros más vulnerables de la familia humana. Para acabar con el régimen destructivo del aborto habrá que presentar este argumento global contra el asesinato del no nacido, reconociendo que será necesario un cambio tanto político como cultural para que el aborto no solo sea ilegal -el primer paso- sino también impensable. Necesitamos leyes que protejan al niño no nacido y políticas que afirmen la importancia de los matrimonios y las familias fuertes. Y necesitamos fomentar una cultura en la que ninguna madre embarazada vea la vida que lleva dentro como un obstáculo ni ninguna mujer tenga que recorrer sola el camino de la maternidad.
Desgarrándonos. Cómo el aborto lo perjudica todo y no resuelve nada es nuestro esfuerzo por explicar cómo el aborto ha devastado nuestra nación. Esperamos que este libro ayude a los lectores a convertirse en unos defensores más firmes de los niños no nacidos, y a defender leyes y políticas que construyan una cultura de la vida.
Traducido por Verbum Caro.