Ante la cruz de la infertilidad, ante el tonteo en redes... Nacho Tornel tiene las claves
6 crisis matrimoniales y cómo solucionarlas desde la fe: «debes poner a tu familia en su sitio»
La vida de matrimonio es algo muy complicado, o imposible podrían decir algunos, si no se cuenta con una gran ayuda exterior... como puede ser la fe o el Magisterio de la Iglesia. La Revista Misión recoge 6 tipos de crisis matrimoniales que se suelen dar y las pautas para afrontarlas de forma efectiva, por el experto en familia Nacho Tornel.
1. Ante la interferencia de la familia política
A tu pareja tienes que hacerle entender que tiene que ser él el que tiene que cerrar filas con su marido o su mujer: "Eres tú el que tiene que actuar de muro y evitar que le llegue la riada de críticas a tu marido o a tu mujer. Tienes que poner en su sitio a tu familia".
Si es preciso, hay que reducir la presencia en casa de los padres u organizarse para ir a verles solo. Hay que priorizar siempre el matrimonio.
2. Ante la cruz de la infertilidad
Que no desvinculen la unión sexual de la procreación, porque las relaciones sexuales quedarían vacías del sentido real de la entrega, de la búsqueda de la alegría y del placer del otro, incluso de la pasión.
Alguien te diría: "Tú no sabes lo que es estar años esperando concebir…". No lo sabemos, pero adoptar el camino de la reproducción asistida tiene trampa. Hay matrimonios a los que les cuesta recuperar su intimidad sexual porque la han vivido de forma mecánica.
Si se desvincula la unión sexual de la procreación, las relaciones sexuales quedarán vacías.
3. Con familia numerosa, pero agotados
Hay mucha gente que conocemos que llevan 8 o 10 años casados, y tienen 3 o 4 niños… Es importante que prioricen el descanso: conocer lo que a cada uno le descansa (que para uno puede ser una siesta, para otro irse a caminar…).
Que tengan esa mentalidad de apoyarse mutuamente para ayudar al otro a que descanse, porque a veces nos rompemos personalmente por agotamiento. Y, por otro lado, que salgan de vez en cuando tres horas solos a un sitio donde les pongan una buena copa de vino, les atiendan, y disfruten de verdad.
4. Seguir viviendo como si no tuvieras una familia
Es bueno animar a buscar planes que tengan magia y que sean compatibles con su vida familiar, que acabes el día diciendo: "¡Qué bien lo hemos pasado! Hemos hecho ejercicio, hemos ido a un monte, hemos ido a comer, y a tomar un helado en un pueblo…".
Esa emoción, esa inspiración que tienen los planes con amigos, llévala a tu vida matrimonial y familiar. Tenemos que descubrir la belleza de nuestra realidad, que además no será siempre así, es una etapa de la vida.
5. Ante el tonteo en redes sociales…
Aquí entra en juego el gran peligro de la vanidad personal. Se sienten halagados por creer que todavía podrían estar en el 'mercado'… ¡Cuidado! Tú tienes que ser admirado solo en tu entorno personal y familiar, por tu marido, por tu mujer.
Lo demás es tontería y es mentira. Por otro lado, sé prudente: no creas que por ser adulto ese juego a ti no te va a quemar.
6. El matrimonio que ya no mantiene relaciones sexuales
Recordar que la dimensión afectivo-sexual es un valor irrenunciable en el matrimonio. No es la guinda del pastel, es el pastel. Es parte del lenguaje exclusivo del matrimonio. En personas sanas no es una opción renunciar a la sexualidad por cansancio o apatía…
Más allá de la cuestión erógena, está la dimensión unitiva. A fuerza de dejar las relaciones sexuales pierdes el interés en tu relación, y la agilidad para acercarte al otro y para encontraros… Tienes que empezar por ahí para ir de nuevo subiendo peldaños: cuida la ternura, la cercanía, el abrazo, el sentarse juntos, el contacto físico, etc.