Un seminarista que salva vidas en las puertas de los abortorios: David llama a perder el miedo
David Donaghue es un joven seminarista británico que recientemente ha sido ordenado diácono en la diócesis de Northampton, y que tiene un fuerte compromiso como rescatador frente a los abortorios británicos.
En un momento en el que en distintas ciudades de Reino Unido y en países como Canadá tratan de imponer ‘zonas de exclusión’ para que los provida no puedan realizar vigilias frente a los abortorios, este seminarista ha relatado su propia experiencia de por qué es imprescindible que se sigan pudiendo desarrollar.
Una ayuda imprescindible
Explicó que en las vigilias "repartimos folletos a los que pasaban y conversábamos con cualquiera que quisiera hablar". "Un día le ofrecí a un joven un folleto y comenzó a hablarme sobre su situación", dijo Donaghue. "Siendo pobre y con dos hijos ya, su esposa estaba dentro, preparándose para abortar".
Según explica el diácono Donaghue, este joven por primera vez logró encontrar consuelo y pudo abandonar la idea de abortar como única solución posible. Tanto, que hasta convenció a su pareja para seguir adelante con el embarazo.
El diácono y rescatador no se limitó a consolar o animar a esta pareja en la puerta del abortorio sino que buscó y ofreció la ayuda concreta que ellos necesitaban. De ver todo oscuro, de repente veían la luz al final del túnel. Así fue como David les puso en contacto con la asociación provida Good Counsel Network, que lleva años ayudando a madres necesitadas.
"Recientemente tuve el privilegio de conocer al pequeño bebé que se salvó del aborto", agregó. Y también pudo ver la felicidad de aquellos padres jóvenes, encantados y entusiasmados con su bebé.
Algo bueno y además muy útil
Gracias a su ayuda, estos jóvenes padres lograron pagar el alquiler de una casa donde el bebé está pasando sus primeros meses de vida. Tal y como recoge The Catholic Universe, este seminarista ha decidido contar su experiencia personal para así animar a que más personas se unan a las vigilias de oración y a los grupos de rescatadores fuera de los abortorios.
A su juicio, no es sólo bueno hacerlo sino que es útil. Por ejemplo, en España los Rescatadores de Juan Pablo II han rescatado alrededor de 3.000 bebés.
Participar en estas vigilias también da a David una experiencia de la vida muy útil para su próxima vida sacerdotal. “Al llevar años yendo a estos centros veo sobre el terreno las necesidades reales de los hombres y mujeres que vienen conmigo a hablar, a las que a menudo les digo que les amo”.
Sobre el niño al que logró salvar afirma que “es precioso” y asegura estar seguro de que “habrá muchas otras vidas salvadas”. Nunca se podrá saber el número exacto pero ver estos casos concretos es para él un impulso para ser valiente, dejar a un lado los temores y seguir acudiendo a estas vigilias, aunque no sea popular ni parte de lo políticamente correcto.
La historia de su vocación
Donaghue considera además que su historia es como la del hijo pródigo. Habiendo vivido una vida totalmente hedonista, tocaba en varias bandas de músico y quería dedicarse profesionalmente a ello.
Sin embargo, todo cambió cuando uno de sus amigos que era militar fue asesinado en Irak. En aquel momento, “busqué un Rosario que no había usado desde mi niñez, pero gracias a Dios mi abuela me había enseñado y pude recitarlo”. Desde aquel instante, confiesa este joven, “las cosas comenzaron a cambiar”.