Adiós al «nosotras decidimos»: según un estudio, el hombre es «determinante» antes de abortar

Según la principal conclusión del informe publicado recientemente por la organización provida Care Net, la consigna feminista que afirma que el aborto es una decisión exclusiva de la mujer está cerca de ser desmontada por completo. De hecho, el informe muestra que los novios y parejas de las mujeres que van a abortar no son solo a los que primero recurren para tomar la decisión: también son los que más influyen.

El Estudio de hombres cuya pareja ha tenido un aborto ha sido encargado por Care Net a Lifeway Research y se realizó entre febrero y marzo de 2021, consultando a 1000 hombres mayores de 18 años en la situación descrita.

Preguntados por la influencia y decisión que recomendaron tener a su pareja antes de que esta tomase una postura definitiva, el 42% respondió haber recomendado el aborto a sus parejas frente a un 27% que lo desaconsejó.

Sin embargo, al presidente y director ejecutivo de Care Net, Roland Warren, la cifra que le resultó más significativa de esta pregunta es el 31% que no ofreció a su pareja ningún consejo sobre el aborto. Y es que para Warren es factible considerar que ese porcentaje estaría, al menos tácitamente, en contra del aborto.

"Creemos que estos hombres serían más partidarios de la postura provida que de la abortista: si [su pareja] sigue adelante y tiene el hijo y el no quiere  que lo tenga, el riesgo de permanecer en silencio es bastante elevado como para no pronunciarse", explica.

"Por ello, nuestra perspectiva es que si él no dijo nada, no es porque quisiera que ella abortara al niño: la cultura ha afectado tanto a los hombres en los últimos 40 años que aquellos que normalmente ayudarían a su pareja a llevar el embarazo a término, hoy a menudo guardan silencio", añade Warren.

El novio o pareja, por encima del médico

Es por ello, recoge Live Action, que la cifra en la que se centra Care Net es este 31%, especialmente en base a las conclusiones de uno de sus informes de 2015, según el cual las mujeres que habían abortado indicaron que escuchaban más a sus parejas que a ningún otro, ya fuese el médico o miembros de su familia.

"Si una mujer le dice a un chico que está embarazada, lo que él dice a continuación determina la trayectoria de lo que ocurrirá", afirma. Por ello, el directivo incidió en la "gran necesidad y urgencia" de lograr que los hombres participen en estas conversaciones "desde una perspectiva próvida", añadió.

Es el caso de la iniciativa provida Sav-a-Life, dirigida por Lisa Hogan, que atiende a más de 1.000 padres cada año, a los que se asesora e imparte formación de cara al papel activo que tienen respecto de la vida de sus hijos incluso antes de que nazcan.

Entre las razones que ofrecían a sus parejas los hombres partidarios del aborto, un 46%  eran económicas -"no podemos permitirnos un niño en este momento"- y un 39% consideraba "no estar preparado para ser padre".  

Una de las conclusiones más destacadas y uniformes de la estadística es el destacado peso del hombre en la resolución definitiva para abortar o seguir adelante con el embarazo.

Máxima influencia para abortar, mínima para la vida

A la pregunta ¿Con quién discutió esto antes de tomar la decisión?, un 74% de los hombres consultados respondieron "conmigo", quedando los profesionales sanitarios o las madres en unos lejanos 48 y 38%, respectivamente. Después de que sus parejas se sometiesen al aborto, el 38% de los consultados admitió haber sido la mayor influencia en la decisión.

En este sentido, es llamativo que la mayoría de los participantes considera que la decisión de abortar no debería ser tomada de forma unilateral.

Frente a un 21% que considera que "el hombre no juega ningún papel" en esta decisión, el 67% es partidario de que o bien el hombre tenga "alguna" capacidad de decidir en caso afirmativo o bien de que debería ser una decisión consensuada para llevarla a cabo.

Los católicos, a la cabeza en abortos

Según el informe, cuatro de cada diez consultados reconoció que el matrimonio no estaba en sus planes, frente a un 29% que afirmaba que era una idea compartida por ambos.

En torno a la práctica y asistencia religiosa en el momento del primer aborto -uno de los principales objetivos del informe- el 46% reconoció ir, como mínimo, una vez al mes a una iglesia cristiana.

El documento revela también algunos aspectos relativos al síndrome postaborto, en lo referido por ejemplo a la creencia de poder ser perdonados por abortos pasados: un porcentaje superior de hombres (51%) sobre el de mujeres (43%) creía que Dios les perdonaría haber cometido un aborto o colaborado con él.

Es relevante también la confianza que el 62% de los encuestados deposita en las iglesias, al considerarlas instituciones preparadas para apoyar a las parejas en caso de que decidan seguir adelante con un embarazo no deseado.

Sin embargo, se resalta un dato preocupante de cara a la vivencia de la fe: del 68% de los encuestados que confirmó que "el cristianismo" era la creencia de sus parejas en el momento del aborto, el 36% de ellas se adscribían a la fe católica.