Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

María Solano será una de las participantes en el XII Congreso de Educadores de Educatio Servanda

«El problema va mucho más allá del pin parental: no debemos permitir la ideologización de los hijos»

María Solano Altaba.
La decana de la Facultad de Humanidades de la universidad CEU San Pablo y directora de la revista Hacer Familia, María Solano Altaba, considera que ante "la falacia de que existen géneros" solo queda una alternativa: "Recuperar lo que somos".

José María Carrera

Ante los crecientes ataques desatados por la ideología de género sobre la figura paterna, la Fundación Educatio Servanda ultima los preparativos de su XII Congreso Nacional de Familias y Docentes Católicos que tendrá lugar este sábado 26 de marzo. La organización del Congreso, “sin complejos y en clave de batalla cultural” según la Fundación educativa, contará con relevantes personalidades que tratarán de responder una pregunta: ¿Por qué la figura del padre está siendo eclipsada y como responder con éxito a esta agresión?

La decana de la Facultad de Humanidades de la universidad CEU San Pablo y directora de la revista Hacer Familia, María Solano Altaba, es una de las voces más autorizadas que participarán en este congreso. Horas antes de su celebración, ha anticipado a Religión en Libertad la respuesta a la pregunta sobre la que se articulará la jornada de educadores.

-En el próximo congreso de educadores católicos hablará sobre la belleza de la paternidad, ¿dónde reside esta belleza?

-En que padre y madre son imprescindibles y ambas figuras tienen sus signos distintivos. La belleza del conjunto reside en que complementan la vida de los hijos. El concepto de padre está ligado al concepto de hijo, no hablamos solo de hombre y mujer, sino sobre todo de dadores de vida. La belleza esta precisamente en la complementariedad.

-El Congreso de Educadores Católicos de este año se centrará en la defensa y promoción de la paternidad, concretamente desde la figura del padre, hoy atacada continuamente por el feminismo, la ideología de género e incluso las instituciones. ¿Cuáles son las raíces de este ataque?

-El gran problema se sustenta sobre la falacia de que existen géneros. Genero tienen las palabras y las personas tienen sexo. La distopía de los sexos se produce porque es necesaria, es un bien en sí mismo. El problema de la ideología de género es que surge en un momento de la posmodernidad en el que parece que lo que prima es el individuo y en ese individualismo parece que todo lo podemos elegir. Lo cierto es que, al tratar de convertir al individuo en un elemento aislado del conjunto, le estamos provocando una dificultad para desarrollarse en comunidad. En esa comunidad, el género no es lo que la naturaleza está pidiendo, y al final acabamos viendo realidades que se someten a lo biológico.

-¿Podría mencionar un ejemplo que lo ilustre?

-En los últimos meses se ha desatado un conflicto en los Estados Unidos a raíz de la participación de un nadador transgénero en la liga universitaria americana. Es un varón, se desarrolló como un varón y pasado un año de cambio de sexo con hormonas para solicitar comenzar la competición femenina [como Lia Thomas]. Ha sido dantesco porque esta persona que compitiendo como varón no tenía una buena posición, está batiendo todos los récords al competir contra mujeres. Ese ejemplo pone de manifiesto cómo al ir contra la naturaleza, por mucho que  nos empeñemos como sociedad en que podemos construirla a nuestro antojo, se topa de bruces con realidades que no podemos cambiar.

-¿Cómo explicaría esas diferencias complementarias a las que alude entre el padre y la madre respecto de la educación de los hijos?

-Normalmente, la madre tiende al cuidado. Biológicamente, es la que ha tenido al niño en su seno, una vez nace es al alimentadora natural del niño y tiende a su protección. Tradicionalmente el padre, el varón, ejerce el papel de hacer que ese bebé-niño-adolescente-joven adquiera una mayor independencia del seno de la madre.

Una imagen gráfica es la forma enseñar a montar en bicicleta. Suele ser los padres  los que, cuando el niño deja los ruedines, acompaña al niño cogiendo el sillín para lanzarlo a una libertad incierta, al equilibrio que tiene que aprender. Ese proceso a veces engendra caídas. Es curioso que, si por las madres fuera, tenderían a proteger al niño y posiblemente perpetuarían los ruedines.  Este ejemplo demuestra la belleza de la maternidad y de la paternidad, donde cada uno tiene su papel: la madre va a ejercer de protectora y de nido donde se siente segura y el padre es imprescindible para dar a los hijos esa capacidad para salir del nido, que también es necesario.

Congreso de educadores católicos de Educatio Servanda.

Uno de los congresos de educadores católicos organizado por la Fundación Educatio Servanda, en sus instalaciones del Colegio Juan Pablo II en Madrid. 

-¿Cuáles son algunos de los daños que está provocando el ataque de género a la figura del padre, cada vez más ausente?

-Se percibe una menor capacidad de independencia, hay vínculos con mayor delincuencia entre los niños que falta figura paterna posiblemente porque conocen menos los limites, menos capacidad para enfrentarse mundo exterior y les cuesta asumir lo que se encuentran fuera.

-Planteando la pregunta en un sentido inverso, ¿cuáles son los principales beneficios que la figura concreta del padre genera en el hijo y la educación?

-El padre genera una enorme confianza en los hijos. Los hace autónomos, capaces de valerse por sí mismos, eso es importantísimo para la autoestima de los niños, evita una sobreprotección. Ayuda muchísimo a colocar cada problema en su medida, relativiza los problemas de los hijos. Los límites que establece el padre son marcados, más trascendentes en la vida del niño, que suelen ser pocos pero muy claros. El padre permite un apego fundamental del niño en tanto que persona que pertenece a la familia y que al mismo tiempo tiene que crecer hacia la sociedad, hacia fuera.

-¿Cómo defender la paternidad de los ataques a los que se ve sometida?

-Recuperando lo que somos. Lo que tenemos que pensar es la sociedad no puede ser la constructora de un modelo impuesto que choca contra una realidad natural. Si salimos a un parque vamos a seguir viendo padres enseñar niños montar en bici. Este ejemplo demuestra que hay una ideología de género que vuela en el aire pero al enfrentarnos a la realizad "tozuda" por naturaleza de paternidad y maternidad descubrimos que sigue habiendo ese dimorfismo sexual que es importantísimo también en la crianza de los hijos. Cuando dejamos hablar a la naturaleza todo fluye con naturalidad.  

-De acuerdo a la identidad sexual, que hoy parece arbitraria y sujeta a la elección del sentimiento y momentos concretos, ¿qué papel tiene la figura del padre en torno a la correcta comprensión de la identidad natural?

-Es muy importante pensar que padre y madre tienen un valor enorme, idéntico y absoluto para el niño. No vale más la figura de la madre que la del padre otra. El gran daño que ha hecho el feminismo que estamos viviendo, con buena parte de culpa en la cancelación del padre, es pensar los valores femeninos son superiores  a los femeninos. Y no es así. Sencillamente son diferentes, necesarios y complementarios. Cuando crecemos en entornos donde se comprende bien esa diferenciación, necesidad y complementariedad entre hombre y mujer, a los niños les es más fácil entender su propia diferenciación y entender que aquello a lo que les lleva la naturaleza no es ni malo ni bueno, sino distinto.

-¿Cree que el pin parental puede ser una buena herramienta para una sana educación de los hijos?

-El problema va mucho más allá. No debemos detenernos en ello porque si no caemos en una argumentación baladí que es una solución a un problema previo que debería a verse evitado, la vulneración del derecho de los padres a educar moralmente a los hijos como consideren oportuno. No debemos considerar que los padres sean subsidiarios, al revés, son los actores principales.

La solución no lo es adoctrinar a todos los hijos porque algunos padres no lleven a cabo esa educación. Permitir cualquier forma de adoctrinamiento en la escuela proporciona una herramienta a cualquier persona q quisiera abusar de la formación de los niños. No debemos permitir que haya una herramienta que permita que la familia deje de ser la célula fundamental de la socialización de los hijos y de su formación moral.

Hoy pensamos en la ideología de género, pero supongamos que mañana acabáramos en manos de cualquier otra ideología. Les habríamos dado la herramienta para conquistar la mente de nuestros hijos. No debemos permitir la ideologización de nuestros hijos, en ningún sentido.

-¿Y cómo podemos evitarlo?

-Es muy necesario que se hable de estos temas para que haya una conciencia social sobre la trascendencia de q en las familias  nos preocupemos de la educación de nuestros hijos en todos los ámbitos y que al mismo tiempo la clase dirigente tome nota de la preocupación que se está dando en la sociedad por estas cuestiones. Es fundamental que la sociedad civil sea consciente del problema, de lo contrario corremos el riesgo de que no se tome en consideración.

Puedes ver aquí el Congreso de Educadores Católicos de 2021, que contó con Emilio Calatayud, Gregorio Luri y Gabriele Kuby, entre otros. 

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