Sábado, 02 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

El junio francés ha sido tan activo como mayo

Francia pone en celda de aislamiento al joven pro-familia Nicolas B y se multiplican las protestas

Las protestas pro-familia han seguido en junio, como en mayo o más
Las protestas pro-familia han seguido en junio, como en mayo o más

J. J. Esparza / La Gaceta

Trasladan a una celda de aislamiento al joven Nicolas B, encarcelado por manifestarse contra el ‘matrimonio’ homosexual. Se han convocado manifestaciones de apoyo.

Desde el pasado lunes 24 de junio, los transeúntes que circulaban por el palacio del Ministerio de Justicia, en el centro de París, podían observar a siete jóvenes plantados en la plaza frente al edificio, perfectamente inmóviles, ataviados con jerseys con las siglas LMPT (la Manif pour Tous), el movimiento ciudadano contra la ley Taubira del matrimonio homosexual.

Los siete jóvenes se habían propuesto permanecer ahí día y noche, ocasionalmente relevados por otros compañeros, hasta que sea liberado Nicolas Bernard-Busse, el estudiante de veintitrés años condenado a dos meses de prisión firme por manifestarse contra la citada ley.

A los jóvenes que participan en las veladas colectivas contra la ley Taubira en toda Francia les llaman los “veilleurs”. Estos de la plaza de la Justicia son los “veilleurs debout”, los que velan de pie. Han tomado la idea del “hombre en pie” que permanece en la plaza Taksim de Turquía.

La policía contra los jóvenes pacíficos
El martes 25, a las seis y media de la tarde, un destacamento de la policía obligaba a los siete manifestantes –y a un nutrido grupo de gente que les acompañaba- a desalojar la plaza. El primer día de su protesta, otro destacamento de ocho CRS –las compañías republicanas de seguridad- ya les había instado a abandonar el lugar. Ellos se negaron: no estaban alterando el orden público –arguyeron-, permanecían silenciosos y pacíficos y, por tanto, sería ilegal dispersarlos.

Desde ese momento, la nueva atracción de los ciudadanos opuestos a la ley Taubira era acudir a la plaza del Ministerio de Justicia para compartir unos minutos de protesta –en pie, en silencio, en perfecta inmovilidad- contra la prisión de Nicolas. En nombre de la seguridad del edificio oficial, los que velaban en pie han sido desalojados y un cordón policial con vehículos impide ahora el paso a los viandantes a la plaza.

Celda de aislamiento
Como ha informado LA GACETA, el joven Nicolas Bernard-Busse fue condenado a cuatro meses de arresto, dos de prisión firme, e inmediatamente internado en la cárcel de Fleury-Mérogis, uno de los mayores centros penitenciarios de Europa. Ayer la novedad era que Nicolas había sido trasladado a una celda de aislamiento. ¿Por qué? Según la versión oficial, “por su propia seguridad”.




Las condiciones en la celda de aislamiento son particularmente severas: no hay posibilidad de hablar con los familiares, sólo su abogado puede visitarle, el reo se encuentra separado de las zonas comunes por una docena de puertas vigiladas y la comida se le sirve a través de una trampilla.

Lo que sí puede recibir el joven es correo postal. Y de hecho, son centenares las cartas de apoyo que Nicolas recibe a diario. Porque el joven Bernard-Busse, primer preso político del movimiento ciudadano contra la ley Taubira, se ha convertido en un mártir a ojos de millones de franceses. Su dirección postal es esta:

M. Nicolas Bernard Buss.
404 247 // D-4.
M.A de Fleury.
7, avenue des peupliers.
91 700 Fleury-Merogis.

La situación de Nicolas es objetivamente tan absurda, y la pena tan desproporcionada, que el asunto ha levantado un tenso debate en Francia, y ello a pesar de que la mayoría mediática ha intentado condenar el caso al silencio.

El pasado domingo, en las concentraciones de apoyo a Nicolas, el cofundador de Reporteros sin Fronteras, Robert Ménard, se preguntaba: “¿A cuántos sindicalistas de la CGT se ha metido en prisión por negarse a hacer una prueba de ADN, como ha sido el caso de Nicolas?”. Evidentemente, a ninguno.

Pero en el caso Nicolas no sólo es un ejemplo del sistema “dos pesos, dos medidas” –así lo llama Ménard- vigente en la Justicia francesa, sino que además viene a devolver al primer plano la polémica sobre este tipo de sanciones de reclusión, cortas y sumarias.



(En la foto: manifestantes pro-familia en el Tour de Francia, a su paso por Córcega)

El semanario de centro-izquierda Le Nouvel Observateur ha rescatado unas interesantes declaraciones de hace menos de un año. Dicen así: “Hace años que se sabe que la prisión, en penas cortas, genera reincidencia, es casi mecánico. ¡Hay que parar esto! Esto desocializa, esto cuesta caro y esto hace nuevas víctimas”.

Lo interesante de estas palabras es que las pronunció la actual ministra de Justicia, Christiane Taubira, impulsora de la ley del matrimonio homosexual por la que Nicolas está en la cárcel. Por supuesto, madame Taubira se ha guardado muy mucho de recordar estas declaraciones.

Presión policial
Ante la oleada de disidencias, el Gobierno socialista francés intenta proveer de argumentos a los medios de comunicación cercanos.

Primero fue que Nicolas venía de participar en un asalto a un domicilio, cosa que enseguida se demostró falsa, pues el atestado policial no lo recogía. Después trató de poner el foco sobre el homicidio de un joven de ultraizquierda a manos de un supuesto ultraderechista en un centro comercial de Paris.

Pronto se supo que todo se limitaba a una pelea entre bandas, sin relación con las manifestaciones contra la ley Taubira, pero hay más: ayer salía el vídeo de los hechos y lo que se ve es que es el grupo del muerto, Clement Méric, el que ataca al grupo de skins; uno de ellos, Esteban Morillo, se defiende con un puñetazo y Méric cae al suelo con la mala fortuna de que el golpe lo mata.

El semanario de centro-derecha Le Point ha añadido un dato importante: el grupo de Méric, una “plataforma antifascista”, había colgado en Internet las fotos de Morillo y de su novia, y ayer martes aún podían verse en la web. En todo caso, nada que ver con las movilizaciones contra el matrimonio homosexual.

La presión policial sobre el movimiento sigue siendo intensa. Este fin de semana, después de las manifestaciones de apoyo a Nicolas, un grupo de CRS interceptó a un joven en la avenida Charles de Gaulle de París en Neuilly Sur Seine.

El joven traía una bandera francesa desplegada. La policía le instó a guardarla. El joven preguntó si le permitían sacar el móvil para grabar la escena, pues lo que le estaban pidiendo era tan increíble, además de ilegal, que merecía ser compartido en las redes sociales.

Los CRS le dejaron marchar con la tricolor desplegada, aunque con una sumaria advertencia: “No hagas el idiota con la bandera”. “No es mi costumbre”, repuso el joven.

Más convocatorias
Para los próximos días hay convocadas nuevamente concentraciones de apoyo a Nicolas que son, al mismo tiempo, movilizaciones contra el matrimonio homosexual. El miércoles 26 de junio fue en trece ciudades distintas, desde París hasta Aix-en Provence pasando por Nantes y Grenoble.

El jueves 27, en otras once localidades, desde Nancy hasta Versalles. Para el viernes 28,  quince convocatorias, desde Burdeos hasta Le Havre y, por cierto, una en Londres. Hay ciudades como Nantes, en Bretaña, donde se celebran todos los días.

Y no hay que descartar que vuelvan los “veladores en pie” al Ministerio de Justicia.
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