Los obispos irlandeses critican la decisión del Gobierno de reformar la ley del aborto

Los cuatro arzobispos de Irlanda, -el de Armagh, el cardenal Seán Brady; el de Dublín, Diarmuid Martin; el de Cashel & Emly, Dermot Clifford; y el de Tuam, Michael Neary-, han hecho público un comunicado en el que critican la propuesta del Gobierno irlandés que anunció este martes que reformará la Ley del Aborto para aclarar en qué circunstancias es legal la supresión del embarazo, actualmente, solo permitida en caso de que la vida de la madre corra peligro evidente.

Los arzobispos indican que "si lo que se ha propuesto se convierte en ley, el delicado equilibrio entre la igualdad del derecho a la vida de una madre y de su hijo por nacer en la legislación vigente y la práctica médica en Irlanda sería modificado fundamentalmente" y "allanaría el camino hacia la muerte directa e intencionada de los no nacidos", algo que, a su juicio, "nunca puede ser moralmente justificado en ninguna circunstancia".

Según recuerdan, la dignidad de la persona y el bien común de la humanidad "dependen del respeto al derecho a la vida de cada persona desde el momento de la concepción hasta la muerte natural" y "el derecho a la vida es el más fundamental de todos los derechos, la base misma de todos los demás derechos".

Además, apuntan que las vidas de "un número incalculable" de niños no nacidos en Irlanda "ahora dependen de la elección que realizarán los representantes públicos: ¿Elegiré defender y reivindicar la igualdad de derechos a la vida de la madre y el niño en su seno, en todas las circunstancias u optaré por permitir la muerte directa e intencional de la bebé inocente en el seno materno?".

Así, los prelados defienden que cada representante público tenga derecho al "completo respeto a la libertad de conciencia" pues, según remarcan, "nadie tiene el derecho de forzar o coaccionar a alguien a actuar contra su conciencia".

"Todos los representantes involucrados, especialmente los públicos, deben tener en cuenta las profundas cuestiones morales que surgen en respuesta al anuncio de ayer por el Gobierno. Animamos a todos a orar para que nuestros representantes públicos se les dé la sabiduría y el coraje para hacer lo que es correcto", concluyen.

Contra el deseo de los irlandeses
Por su parte, el obispo de Cork y Ross, John Buckley, ha recordado que en 1983 el pueblo irlandés votó a favor de enmendar la Constitución para proporcionar una protección explícita para los no nacidos y que, por tanto, no hay un "mandato democrático" en Irlanda para introducir el aborto "en contra de los deseos de las personas".

Para el obispo Buckley, las personas que apoyan el aborto "están difuminando la distinción entre la intervención médica y el aborto, que es la muerte directa e intencional de los no nacidos" cuando, según ha precisado el prelado, Irlanda "es el líder mundial en seguridad para las mujeres embarazadas".

Además, Buckley ha apoyado el llamamiento hecho por los arzobispos de un "voto libre" para que cada representante público pueda votar "de acuerdo con su conciencia" y, en este sentido, ha recordado a Santo Tomás Moro, que murió "como buen siervo del Rey, pero primero de Dios".

Finalmente, Buckley ha señalado que resulta "irónico" que el referéndum más reciente, aprobado por todas las partes en Irlanda, se refiriese a los derechos de los niños. "Ahora parece que el niño no nacido puede ser privado del derecho más fundamental de todos, el derecho a la vida", ha remarcado.