El cardenal Ouellet defiende el celibato y advierte de las corrientes «liberales» y «protestantes»
El cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, presentó este martes en Roma su libro Sacerdotes, amigo del esposo. Para una visión renovada del celibato, donde defiende el celibato sacerdotal precisamente unos días antes de que dé comienzo el Sínodo de la Amazonia y en el que la posible ordenación de los ‘viri probati’ estará entre las discusiones.
El purpurado canadiense, también presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, se mostró “escéptico” ante la idea de considerar la ordenación de hombres mayores casados como sacerdotes en el Amazonas. Y además, tal y como recoge Aciprensa, dejó un mensaje al afirmar que “alguien por encima de mí es escéptico” sobre este asunto.
"Testigo de la divinidad de Cristo"
“No estoy en contra del hecho de que haya un debate, pero creo que en este momento de la historia y de la Iglesia hay una necesidad de reflexión”, dijo Ouellet, que afirmó que ante estas propuestas “sigo siendo escéptico por las convicciones y el conocimiento de la tradición católica en el rito latino, por lo que creo que esto debe tenerse mucho en cuenta en el debate”.
En una entrevista con EWTN, el prefecto vaticano recalcó que “el celibato sacerdotal, pero también la consagración religiosa, es un poderoso testimonio de la divinidad de Jesucristo y de su llamado a seguirlo y dejar todo para estar con Él y hacer lo que Él nos pide que hagamos. Entonces, para mí, ese es el primer significado del celibato, y del celibato sacerdotal, es ser testigo de la divinidad de Cristo”.
Con este libro, el cardenal Ouellet quiere mostrar “la sacramentalidad de la Iglesia como un signo de la comunión trinitaria en la que participan los fieles y los creyentes”.
El celibato, "una realidad muy viva"
De este modo, enseñó que “el vínculo entre el celibato y el sacerdocio en la Iglesia latina provine de los apóstoles y se ha mantenido a través de los siglos a pesar de los tiempos de decadencia, de dificultades, de rechazo… Siempre ha sido difícil, pero sigue siendo un testigo extraordinario de la divinidad de Cristo y ante la presencia del Señor resucitado entre nosotros para que le demos una respuesta, porque Él está allí, llamándonos a la comunión”.
Por ello, el purpurado cree que “el celibato es una realidad muy viva. Y, obviamente, se nos pide que seamos coherentes con nuestros compromisos y que seamos fieles a nuestros votos. Pienso que con la oración, con la fraternidad y con un sentido de la Palabra de Dios podemos lograr eso”.
Según consideró, “se renovará el celibato si el sacerdote tiene una mejor idea de su propio sacerdocio. El fundamento de este vínculo muy estrecho entre el celibato y el sacerdocio es el hecho de que el sacerdote está a cargo de un ministerio escatológico, es decir, de proclamar y dar la Palabra definitiva de Dios al mundo”.
Las corrientes "liberales" y "protestantes"
Así, advirtió que “algunos aspiran a la rápida adopción de la solución pastoral del viri probati” y dijo tener en cuenta “los elementos de ideología y estrategia” que “están entrelazados para lograr resultados más ambiciosos e importantes a nivel universal”.
De hecho, Ouellet citó que algunas corrientes “liberales” o “protestantes” están resurgiendo para aprovechar esta situación y proponer una reforma que va más allá de las intenciones y orientaciones del Papa.
Para acabar, el prefecto de los Obispos asegura que “los nuevos caminos del futuro darán frutos evangélicos si son consistentes con una proclamación completa del Evangelio, sine glosa, que no sacrifica nada de los valores permanentes de la tradición cristiana”.