El cardenal Sardi ayudó a formular el mensaje moral de Juan Pablo II, recuerda Bertone en su funeral

Este lunes se celebró en la basílica de San Pedro el funeral por el cardenal Paolo Sardi, fallecido el sábado a los 84 años de edad.

En su homilía, el cardenal Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado vaticano, destacó que "la muerte tan repentina del cardenal Paolo Sardi nos afecta íntima y profundamente y se convierte en motivo de meditación y examen de conciencia sobre el sentido de la vida, sobre la grandeza y la fragilidad de nuestra vida... Fragilidad porque cuelga de un hilo de tiempo y un fragmento de materia que es nuestro maravilloso cuerpo”. La muerte nos coloca "frente el misterio de la muerte, que no mira a la cara a nadie, sea cual sea la edad de la vida y sea cual sea el cargo que ocupemos o la tarea que desempeñamos”, añadió.

El cardenal Sardi fue patrono de la Orden de Malta entre 2009 y 2014.

Según recoge Vatican News, Bertone recordó que el cardenal Sardi fue un maestro de la teología moral que contribuyó decisivamente “a la formulación y difusión de la enseñanza moral del Papa San Juan Pablo II”, entre cuyos documentos destaca la encíclica Veritatis splendor. Él la “ilustró y explicó en sus numerosas comunicaciones a los fieles, demostrando que los términos Verdad, Libertad, Conciencia y Ley solo se entienden completamente dentro del horizonte cristiano apropiado, es decir, cuando la Verdad se convierte en Rostro en Cristo, la Libertad es concebida como un don de Dios, la Conciencia se convierte en la del Hijo ante el Padre y la Ley es considerada expresión del nuevo mandamiento del amor”.

Entre las obras del cardenal Sardi destaca su libro El aborto, ayer y hoy, publicado en 1975, cuando el debate en Italia era candente, y de hecho fue despenalizado tres años después. La obra recoge la historia del pensamiento católico en torno a la cuestión.

Sardi fue elevado a la púrpura en 2010 por Benedicto XVI, tras varios años de servicio en la Curia. Ordenado sacerdote en 1958, era teólogo y canonista y fue profesor de Teología Moral en Turín hasta 1976, cuando fue llamado a prestar servicio en la Secretaría de Estado, realizando en varias ocasiones funciones de nuncio.