Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

¿Qué dice el Compendio de Doctrina Social sobre los derechos de los pueblos y la autodeterminación?

P.J.Ginés/ReL

Los derechos de los pueblos, y su ligazón con la paz de las naciones, es un tema de la Doctrina Social de la Iglesia
Los derechos de los pueblos, y su ligazón con la paz de las naciones, es un tema de la Doctrina Social de la Iglesia

La nota de la Conferencia Episcopal Española sobre "la situación en Cataluña" pide un "diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado". 

Pero, ¿cuáles son, según la Doctrina Social de la Iglesia, los "derechos propios de los diferentes pueblos"? ¿Qué enseña el pensamiento sociopolítico del Magisterio católico moderno sobre esto?

La forma más rápida de abordar el tema es acudir al Compendio de Doctrina Social de la Iglesia Católica (aquí en Vatican.va) . Ahí leemos lo que dice en el apartado 157.

Derechos de los pueblos y de las Naciones
»El campo de los derechos del hombre se ha extendido a los derechos de los pueblos y de las Naciones, [nota 325] pues « lo que es verdad para el hombre lo es también para los pueblos »[nota 326].

»El Magisterio recuerda que el derecho internacional « se basa sobre el principio del igual respeto, por parte de los Estados, del derecho a la autodeterminación de cada pueblo y de su libre cooperación en vista del bien común superior de la humanidad »[nota 327].

»La paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en el de los derechos de los pueblos, particularmente el derecho a la independencia. [Nota 328].

»Los derechos de las Naciones no son sino « los “derechos humanos” considerados a este específico nivel de la vida comunitaria ». [Nota 329]. La Nación tiene « un derecho fundamental a la existencia »; a la « propia lengua y cultura, mediante las cuales un pueblo expresa y promueve su “soberanía” espiritual »; a « modelar su vida según las propias tradiciones, excluyendo, naturalmente, toda violación de los derechos humanos fundamentales y, en particular, la opresión de las minorías »; a « construir el propio futuro proporcionando a las generaciones más jóvenes una educación adecuada ».[Nota 330]

»El orden internacional exige un equilibrio entre particularidad y universalidad, a cuya realización están llamadas todas las Naciones, para las cuales el primer deber sigue siendo el de vivir en paz, respeto y solidaridad con las demás Naciones.



La fuente de esta doctrina: Juan Pablo II y el caso polaco
Cuando repasamos (con las citas de notas) la fuente de estas afirmaciones vemos que es siempre el Papa San Juan Pablo II. Hay dos citas de 1988 (el año antes de caer el Muro de Berlín), dos citas de 1990 (el año después de caer el Muro de Berlín) y dos de 1995 (ya con el hundimiento de la URSS confirmado y con muchos nuevos países independizados, y con una cruenta guerra civil en Yugoslavia desde 1991). 

Citas usadas por el Compendio
325 Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 33: AAS 80 (1988) 557-559; Id., Carta enc. Centesimus annus, 21: AAS 83 (1991) 818-819.
326 Juan Pablo II, Carta con ocasión del 50º aniversario del comienzo de la Segunda Guerra mundial, 8: AAS 82 (1990) 56.
327 Juan Pablo II, Carta con ocasión del 50º aniversario del comienzo de la Segunda Guerra mundial, 8: AAS 82 (1990) 56.
328 Cf. Juan Pablo II, Discurso al Cuerpo Diplomático (9 de enero de 1988), 7-8: AAS 80 (1988) 1139.
329 Juan Pablo II, Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 8, Tipografía Vaticana, p. 11.
330 Juan Pablo II, Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 8, Tipografía Vaticana, p. 12.

La experiencia polaca
Juan Pablo II era un polaco, miembro de una nación católica que durante siglos se vio troceada entre el Imperio Alemán (más bien protestante), el zarista (ortodoxo) y el austriaco (católico), con fronteras siempre cambiantes.

Lo que mantuvo a los polacos unidos como pueblo durante siglos, pese a estar repartidos en varios imperios, fue su lengua y su catolicismo. El mismo Juan Pablo II, en su juventud, vio su nación ocupada primero por los nazis y después por los soviéticos, que la repartieron y reestructuraron como quisieron. El joven Juan Pablo II formó parte de grupos de resistencia cultural polaca que escribían y representaban teatro patriótico clandestino en polaco cuando estaba prohibido por los nazis. 

Todo eso influye mucho en su pensamiento, las palabras que usa (y que adopta el Compendio) y los conceptos que formula. Además, los pronuncia cuando varios países se están separando del yugo de la Unión Soviética y la amenaza de violencia y de guerras étnicas parece muy cercana. La cruenta guerra yugoslava a partir de 1991 podría aportar muchos matices. 

El discurso de 1989 y la Guerra Mundial
Cuando Juan Pablo II habla de "derecho a la autodeterminación" está pensando en Polonia y la Guerra Mundial (país troceado por potencias) y en Líbano (país que quieren repartirse facciones manejadas desde el extranjero). Él mismo lo indica en ese discurso de 1989: 

"Conmemorar los acontecimientos de 1939 es recordar además que el último conflicto mundial tuvo por causa la destrucción de los derechos de los pueblos así como de las personas. Lo recordaba ayer, al dirigirme a la Conferencia episcopal polaca. ¡No hay paz si los derechos de todos los pueblos —y particularmente de los más vulnerables— no son respetados! Todo el edificio del derecho internacional se basa sobre el principio del igual respeto, por parte de los Estados, del derecho a la autodeterminación de cada pueblo y de su libre cooperación en vista del bien común superior de la humanidad. Hoy es esencial que situaciones como la de Polonia de 1939, asolada y dividida según las preferencias de invasores sin escrúpulos, no vuelvan a producirse más. No se puede evitar, a este respecto, pensar en los países que todavía no han obtenido su plena independencia, así como en aquellos que corren el riesgo de perderla. En este contexto y en estos días hay que recordar el caso del Líbano, donde fuerzas aliadas, siguiendo sus propios intereses, no dudan en poner en peligro la existencia misma de una nación".

Los años de la Caída del Muro
Dos años después de ese discurso, hundido ya el Muro de Berlín, varios pueblos expresaban en referendos su separación de la Unión Soviética. 

Referéndum de independencia del 17 de marzo de 1991 en Georgia: 99% de votos a favor de la independencia con participación del 90,5%.

Referéndum de independencia en Lituania del 9 de febrero de 1991: A favor, 2 millones (93%); en contra 147.000 (7%). Participación del 85%.

Referéndum de independencia de Letonia (3 de marzo de 1991): a favor, 1,2 millones (75%); en contra, 411.000 (25%); Participación 87%.

Referéndum de independencia de Estonia el 3 de marzo de 1991: a favor 79% (737.000 votos); en contra 21% (203.000). Participación del 83%.

Hay que recordar que los países bálticos habían sido conquistados por los tanques soviéticos (y su población deportada y su religión prácticamente prohibida) en 1939. Pasados 52 años recuperaban su libertad.

Pero ¿qué es un pueblo? ¿Y una nación?
Por supuesto, el tema de "los derechos de los pueblos" debería ser mucho más claro.

¿Qué es exactamente -si se puede dar alguna exactitud- un "pueblo" o "una nación"? ¿Tiene la Iglesia autoridad para decidirlo o definirlo? ¿Se puede pertenecer a muchos pueblos y naciones de forma concéntrica, a varios a la vez? ¿Depende de la voluntad de un hombre o le viene dado?

¿Y son aplicables reflexiones que parecen muy centradas en la historia polaca a la enorme variedad de agrupaciones étnicas, tribales, culturales, históricas, postmodernas, en que se organizan los seres humanos, hoy, en el pasado, en el futuro, en Asia, en América, en África? 

¿Cuántos significados tiene la palabra "autodeterminación"? Autonomías, provincias, regiones, federaciones... ¿pueden ser expresión de "autodeterminación"?

Son temas para tratar en frío y de forma reflexiva. 

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