Tras 18 meses preso, el padre Tom reza y se confiesa con los salesianos del Vaticano
El Papa recibe al padre Tom: cautivo de yihadistas, le cuenta, rezaba mentalmente la misa cada día
El sacerdote salesiano Thomas Uzhunnalil, que estuvo secuestrado 18 meses en Yemen por terroristas yihadistas, ha sido recibido por el Papa Francisco en un encuentro lleno de emoción inmediatamente después de la audiencia general de este miércoles 13 de septiembre. Estaba presente el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai, India, que acudía a la reunión de cardenales consejeros del Papa Francisco. El encuentro tuvo lugar en la Casa Santa Marta, donde reside el Pontífice.
El salesiano indio se arrodilló ante él y besó sus pies. El Papa, emocionado, lo ayudó a levantarse y besó sus manos. Después abrazó al misionero secuestrado, ahora libre, y le dijo que seguiría rezando por él, como hizo durante su etapa de cautiverio, según explica L'Osservatore Romano.
Rezaba la misa mentalmente
El salesiano dijo al Papa que aunque siendo un cautivo no le dejaban celebrar misa, "cada día me repetía, en mi corazón, todas las palabras de la celebración".
También dijo el misionero salesiano que él sigue rezando por las personas espiritualmente cercanas a él, especialmente por las cuatro Misioneras de la Caridad y las otros doce personas que fueron asesinadas por los yihadistas el día de su secuestro en un hogar para ancianos y enfermos en Adén, Yemen.
"La verdad es que cada día sentía a Jesús cerca de mí", dijo el padre Uzhunnalil. "Siempre supe y sentí en mi corazón que nunca estuve solo".
Acogido por sus hermanos salesianos
El día anterior, martes 12 de septiembre, el salesiano liberado fue acogido fraternalmente por los salesianos de Roma, egún explica el servicio de prensa de la congregación. En ese reencuentro estaban el padre Francesco Cereda, Vicario del Rector Mayor (el superior mundial de los salesianos, el español Ángel Fernández, estaba en Malta), algunos hermanos salesianos de la Comunidad del Vaticano, Salesianos de la Casa Generalicia, y el padre Thomas Anchukandam, ex profesor de Uzhunnalil y quien lo envió como misionero a Yemen.
Al padre Uzhunnalil se le colocó la “ponnada”, un signo tradicional de bienvenida que se entrega a los huéspedes distinguidos. Luego todos lo abrazaron. El misionero indio dio gracias a Dios y a la Virgen y pidió poder rezar en la capilla salesiana del Vaticano y celebrar misa. Pudo rezar un poco, pero los médicos le pidieron aplazar la misa. Antes de llegar los médicos aprovechó, sin embargo, para confesarse, algo que no había podido hacer durante estos 18 meses de cautiverio.
Comida de la India y relato de cautiverio
Los salesianos ofrecieron a su hermano de congregación comida tradicional de la India y hablaron con él. El padre Tom les explicó cómo recitaba mentalmente, de memoria, todas las plegarias de la misa cada día. Confirmó que cuando los asaltantes lo secuestraron él se encontraba en la capilla de las Misioneras de la Caridad en Adén.
Dice que no fue maltratado, pero aún así perdió mucho peso. Los secuestradores le hicieron llegar medicamentos para su diabetes.
Añadió que aunque los secuestradores hablaban árabe entre ellos, con él se comunicaban en inglés. Durante este año y medio ha estado usando solo la misma ropa. Fue transferido a otro lugar en un par de ocasiones, pero siempre con los ojos vendados.
Las que murieron y la que se salvó...
“Nunca he tenido miedo de morir”, enfatizó el misionero, quien también recordó un incidente el 3 de marzo de 2016, la noche antes de la matanza: la superiora de la casa de las Misioneras de la Caridad de Adén, al comentar sobre la difícil situación en la que se encontraban como religiosas en el territorio de la guerra, había manifestado que sería bueno ser martirizadas todas juntos por Cristo. Pero la más joven de las religiosas -que luego sobrevivió al ataque- respondió: "Quiero vivir por Cristo".
Tom Uzhunnalil se quedará hospedado una temporada en con los salesianos del Vaticano: su congregación ha decidido que es el lugar más adecuado para asegurar su protección y permitir su plena recuperación.
El Vaticano da gracias al Sultán de Omán
Por su parte, la Santa Sede ha difundido un comunicado agradeciendo el papel del Sultán de Omán, Qabus bin Said al Said, en la liberación del sacerdote.
“La Santa Sede agradece vivamente a cuantos se han dedicado a hallarlo, y en particular, a Su Majestad el Sultán de Omán y a las autoridades competentes del Sultanato”: dice el comunicado breve.
La agencia AsiaNews detalla que la acción de las autoridades omaníes fue decisiva. El padre Tom fue secuestrado el 4 de marzo de 2016, pero el secuestro (junto con el asesinato de las 4 religiosas y otras 12 personas) jamás fue reivindicado por ningún grupo, ni siquiera por las franquicias de Al-Qaeda en la península arábiga.
Según Ona, la agencia de prensa de Omán, las autoridades omaníes lograron liberar al sacerdote (al que llaman “empleado del Vaticano”) coordinándose "con algunos partidos yemenitas”. Las operaciones de búsqueda del padre Tom fueron emprendidas bajo las “instrucciones del sultán Qabus” y a pedido del Vaticano.
Omán cultiva relaciones equilibradas con todas las partes en conflicto en Yemen, y en todos estos años ha logrado obtener la liberación de varias personas que fueron raptadas o desaparecidas en la guerra.
Alegría en la India
El Gobierno indio también se esforzó en colaborar en la liberación durante meses y así lo agradeció el superior de los salesianos de Kerala, la región india del padre Tom, Joyce Thonikuzhiyil. El mismo superior dio gracias en una nota a la familia del sacerdote “por su fuerza en la fe y por la perseverancia”. Y propuso que este miércoles, en todas las casas salesianas, se celebrada una misa en acción de gracias y media hora de adoración eucarística.