El Papa acepta finalmente la renuncia del cardenal Barbarin: fue absuelto de encubrir abusos
El Papa Francisco ha aceptado finalmente la renuncia del cardenal Philippe Barbarin, de 69 años, como arzobispo de Lyon. El purpurado francés la presentó en un primer momento a Francisco en pleno proceso judicial en el que había sido acusado y condenado por encubrir abusos, y volvió a hacerlo tras haber sido absuelto de esos delitos.
En una rueda de prensa tras la absolución, Barbarin dijo que volvería a ir a Roma a pedir al Papa que aceptase la renuncia. “Esta decisión judicial me permite pasar página y que la Iglesia de Lyon abra un nuevo capítulo”, dijo el cardenal.
Finalmente, el Papa ha decidido aceptar el parecer del hasta ahora arzobispo de Lyon, que desde hoy ha pasado a ser emérito.
El pasado 30 de enero, un tribunal de apelación francés dictaminó que Philippe Barbarin no encubrió abusos del sacerdote Bernard Preynat: el tribunal absolvió al cardenal de una sentencia previa que le habría condenado a 6 meses de prisión.
El caso se remonta a 2014 y 2015, cuando Alexandre Hezez, que siendo niño en los años 70 y 80 fue víctima de los abusos de este sacerdote, descubrió que aún continuaba trabajando con acceso a menores de edad. Hezez acudió a informar al arzobispo Barbarin y, pareciéndole que no actuaba, denunció los hechos ante la justicia.
En 2017 el cardenal admitió en Le Monde que aunque él no escondió las acusaciones contra Preynat, su respuesta a ellas había sido "inadecuada". Dice que abrió una investigación contra Preynat después de conocer las acusaciones, y que lo retiró del ministerio en 2015.
Un tribunal francés condenó en 2019 a Barbarin por no denunciar los casos de pederastia de Bernard Preynat, pero Barbarin apeló y ha ganado ahora la apelación. Fue en ese momento cuando Barbarin presentó su dimisión como arzobispo de Lyon, pero el Papa Francisco no la aceptó y le mantuvo en el cargo, aunque él decidió mantenerse alejado de las funciones de gobierno diocesano.
André Soulier, uno de los abogados de Barbarin, señaló que la absolución en la apelación confirma que no era correcto usar a Barbarin como chivo expiatorio para que purgue “todos los pecados de una institución”.