El Papa recibe a los jugadores del Villarreal, un equipo con 19.000 socios en una ciudad de 50.000

El Villarreal Club de Fútbol es un equipo modesto de la liga española, que ha llegado este jueves a Roma, para jugar contra el Roma un partido de la Liga Europea, y ha sido recibido en audiencia por el Papa Francisco.

El club presume de ser el que tiene más afiliados en relación a la población de su ciudad (19.000 afiliados, cuando Villarreal como localidad, cerca de Castellón, tiene solo 50.000 habitantes; sin salir de la Comunidad Valenciana ya hay 14 poblaciones con más población).  En ese sentido, es un ejemplo de implicación y vinculación local.



Usar el deporte para fomentar valores
El Papa animó a jugadores y directivos del equipo a transmitir valores en el campo como el compañerismo o el esfuerzo personal. ”Cuando ustedes juegan al fútbol están al mismo tiempo educando y transmitiendo valores. Muchas personas, especialmente los jóvenes, los admiran y los observan”, les dijo el Pontíce, cuya afición al fútbol es bien conocida. 

Francisco apuntó que con su profesionalidad transmiten “un modo de ser a aquellos que les siguen”, lo que consideró “una responsabilidad” que debería motivar a los futbolistas a “dar lo mejor” sobre el terreno de juego. "Esos valores que en el fútbol tienen que ser palpables: el compañerismo, el esfuerzo personal, la belleza del juego y el juego en equipo”, puntualizó.

El fútbol es imagen de la sociedad
Francisco añadió que el fútbol “es imagen de la vida y de la sociedad”. "Ustedes en el campo se necesitan unos a otros. Cada jugador pone su profesionalidad y habilidad en beneficio de un ideal común, que es jugar bien para ganar. Para lograr esa afinidad se necesita mucho entrenamiento”, recordó. 



Y agregó que “también es importante invertir tiempo y esfuerzo en fortalecer el espíritu del equipo, para lograr esa conexión de movimientos”. ”Una simple mirada, un simple gesto, una expresión comunican tantas cosas en el campo. Esto es posible si se actúa con espíritu de compañerismo, dejando de lado el individualismo o las aspiraciones personales. Si se juega pensando en el bien del grupo, entonces es más fácil obtener la victoria”, dijo.

Un submarino de cerámica
Tras las palabras, el presidente del club, Fernando Roig Negueroles, entregó al Sumo Pontífice un submarino de cerámica (como otras ciudades de Castellón, Villarreal es famosa por sus cerámicas de la construcción y azulejeras; el "submarino" alude al sobrenombre de ser "submarino amarillo", por el color de su camiseta). También le la insignia de oro del club y una camiseta del Villarreal con el nombre de Papa Francisco en la espalda. Por su parte, este obsequió a los presentes con un rosario bendecido.

Los miembros del cuerpo técnico y los jugadores mostraron su emoción por esta audiencia. Así, el entrenador, Fran Escribá, ha admitido que para un “club humilde como el Villarreal es un orgullo ser recibido por el Papa”. Mientras, Roberto Soldado, ha indicado que “es una de las cosas más emocionantes de mi vida y siempre lo recordaré” y Mateo Musacchio, argentino, ha admitido que “es un orgullo saludar a una persona tan importante como el Papa Francisco, que además es un compatriota”.

Recuerdos de infancia en Argentina
También acudieron a la audiencia algunos familiares de consejeros, cuerpo técnico y jugadores, como la esposa de Roig Negueroles, la novia de Santos Borré –uno de los que más se emocionó-, el padre de Musacchio, los padres de Manu Trigueros y los de Escribá. Todos ellos pudieron comprobar la cercanía del Sumo Pontífice, al igual que el jefe de prensa del club, Hernán Sanz, que bromeó con el Papa Francisco, puesto que en su niñez vivía a escasos 300 metros de la residencia de Jorge Mario Bergoglio, cuando este era el sacerdote de la iglesia de la Misericordia en el barrio de Flores en Buenos Aires.

Junto a los miembros del club amarillo también han asistido a la audiencia con el Papa Francisco el alcalde de Vila-real, José Benlloch, y el párroco de la iglesia Santa Sofía y cura oficial de la entidad amarilla desde hace más de una veintena de años, mosén Guillermo Sanchís. 

Devoción a San Pascual Bailón, que era de Villarreal
El alcalde aprovechó la recepción del pontífice para entregarle un cordonet de Sant Pasqual (San Pascual Bailón, franciscano del siglo XVI que vivió y murió en la ciudad), así como varios libros relacionados con el santo y una carta de la Fundación Pro-Monasterio y Basílica de Sant Pasqual, en la que se le invita a asistir, el próximo 17 de mayo, a la misa dedicada a este santo, del que este año se cumple el centenario de su patronazgo en la ciudad.


  El párroco de Villarreal, mosén Guillermo Sanchís, en una foto de hace diez años

El párroco y aficionado, por primera vez en Roma
El párroco, mosén Guillermo, de 78 años, admitió que era la primera vez que visitaba Roma y el Vaticano, según la prensa local. Dijo que era "ilusionante viajar a Roma a ver al Papa por primera vez y hacerlo con el club de tu vida".

Mosén Guillermo es "el cura del Villarreal" desde la década de los años 60, cuando a su llegada a la localidad se aficionó al club, que por aquella época militaba en categorías de Preferente y Tercera División. El cura reconoce que le sorprendió la llamada del presidente, que le pidió que "acompañara al equipo en un día tan bonito como el de visitar al Papa". Guillermo es además hijo adoptivo de la ciudad de Vila-real, como reconocimiento por todo su esfuerzo y colaboración con la comunidad y los más desfavorecidos.