En Asís oraron por la paz al mismo tiempo, pero cada religión en un sitio distinto, según su rito
El Encuentro de Asís 2016 "Sed de Paz" ha sido un encuentro de oración de las diversas religiones del mundo.
Han rezado a la vez, pero cada una en un espacio distinto, según su comprensión de lo que es la oración y del trato con la Divinidad, buscando todas, eso sí, el don de la Paz.
Durante esta fase del encuentro, los delegados judíos rezaron en un espacio, los musulmanes en otro y las religiones orientales en otros lugares.
Se buscaba así evitar toda idea de sincretismo (una crítica que sufrió el formato usado en Asís 30 años antes con Juan Pablo II), mientras se mantenía un mensaje de unidad en el deseo de paz.
Los cristianos, cerca de la tumba de San Francisco
Los cristianos de las distintas tradiciones y denominaciones se reunieron para orar en la basílica inferior de San Francisco, cerca de la tumba del santo. En esta oración ecuménica se fueron nombrando países en conflicto y por cada uno de ellos se encendió una vela. Se encendieron casi 30: por Siria e Irak, por México, víctima del narcotráfico y la criminalidad, por la crisis política en Venezuela...
Presidían el encuentro el Papa Francisco con el Patriarca Bartolomé de Constantinopla, "primero entre iguales" de los Patriarcas greco-ortodoxos (con un primado de honor entre unos 250 millones de fieles) y el Patriarca Ignacio Efrén II, pastor de los 2 millones de fieles ortodoxos siríacos, muy probados por la violencia en Siria e Irak.
La súplica angustiada de Cristo... y de los pobres
Francisco recordó que en el ‘Tengo sed’ de Jesús en la cruz, "podemos escuchar la voz de los que sufren, el grito escondido de los pequeños inocentes a quienes se les ha negado la luz de este mundo, la súplica angustiada de los pobres y de los más necesitados de paz".
"Imploran la paz las víctimas de las guerras, las cuales contaminan los pueblos con el odio y la Tierra con las armas; imploran la paz nuestros hermanos y hermanas que viven bajo la amenaza de los bombardeos o son obligados a dejar su casa y a emigrar hacia lo desconocido, despojados de todo", añadió el Pontífice.
Por dinero, miedo a los extranjeros
El principal líder honorífico de la Comunión Anglicana, el arzobispo de Westminster, Justin Welby, en su meditación indicó que “todos tenemos que beber cada día de la misericordia de Dios, para vencer nuestro pecado, nuestra rabia, para expresar la misericordia hacia los otros".
Ilustró la riqueza como un dinero falso en un juego de los niños, porque en la economía divina el dinero no vale nada y señaló que a pesar del progreso en Europa, existe miedo de los extranjeros y dificultades económicas. Precisó que en cambio Dios nos ofrece riquezas reales, que dan verdadera satisfacción.
“Somos llamados a ser la voz de Cristo –concluyó– para los que no tienen esperanza, en un mundo de sequía y desesperación, dando con magnífica generosidad lo que hemos recibido en su misericordia llena de gracia”.
Palabras de paz... en comunión con Cristo
El patriarca de Constantinopla, Bartolomé, señaló en su meditación la necesidad de “escuchar el grito de Dios hacia la humanidad y escuchar el grito de nuestro prójimo”. “¿Qué palabra de paz podremos ofrecer al otro, al diverso, al lejano, al desconocido si aquella palabra de paz no será una real experiencia de comunión con la Luz Radiante de la Mañana?”, dijo.
Señaló la necesidad de convertirnos, la capacidad de cambiar ruta, que no puede haber conversión si no se escucha, y de la necesidad de que el testimonio cristiano sea profético, y para ello debe realizarse en comunión.
A la salida de esta ceremonia ecuménica para cristianos tuvo lugar el acto final del encuentro, en unión con los representantes de las confesiones no cristianas, que se celebró en la plaza san Francisco.
Lea aquí el documento completo firmado en Asís 2016 por los líderes de las religiones
Resumen del viaje del Papa a Asís en un vídeo de 80 segundos, aquí
Han rezado a la vez, pero cada una en un espacio distinto, según su comprensión de lo que es la oración y del trato con la Divinidad, buscando todas, eso sí, el don de la Paz.
Durante esta fase del encuentro, los delegados judíos rezaron en un espacio, los musulmanes en otro y las religiones orientales en otros lugares.
Se buscaba así evitar toda idea de sincretismo (una crítica que sufrió el formato usado en Asís 30 años antes con Juan Pablo II), mientras se mantenía un mensaje de unidad en el deseo de paz.
Los cristianos, cerca de la tumba de San Francisco
Los cristianos de las distintas tradiciones y denominaciones se reunieron para orar en la basílica inferior de San Francisco, cerca de la tumba del santo. En esta oración ecuménica se fueron nombrando países en conflicto y por cada uno de ellos se encendió una vela. Se encendieron casi 30: por Siria e Irak, por México, víctima del narcotráfico y la criminalidad, por la crisis política en Venezuela...
Presidían el encuentro el Papa Francisco con el Patriarca Bartolomé de Constantinopla, "primero entre iguales" de los Patriarcas greco-ortodoxos (con un primado de honor entre unos 250 millones de fieles) y el Patriarca Ignacio Efrén II, pastor de los 2 millones de fieles ortodoxos siríacos, muy probados por la violencia en Siria e Irak.
La súplica angustiada de Cristo... y de los pobres
Francisco recordó que en el ‘Tengo sed’ de Jesús en la cruz, "podemos escuchar la voz de los que sufren, el grito escondido de los pequeños inocentes a quienes se les ha negado la luz de este mundo, la súplica angustiada de los pobres y de los más necesitados de paz".
"Imploran la paz las víctimas de las guerras, las cuales contaminan los pueblos con el odio y la Tierra con las armas; imploran la paz nuestros hermanos y hermanas que viven bajo la amenaza de los bombardeos o son obligados a dejar su casa y a emigrar hacia lo desconocido, despojados de todo", añadió el Pontífice.
Por dinero, miedo a los extranjeros
El principal líder honorífico de la Comunión Anglicana, el arzobispo de Westminster, Justin Welby, en su meditación indicó que “todos tenemos que beber cada día de la misericordia de Dios, para vencer nuestro pecado, nuestra rabia, para expresar la misericordia hacia los otros".
Ilustró la riqueza como un dinero falso en un juego de los niños, porque en la economía divina el dinero no vale nada y señaló que a pesar del progreso en Europa, existe miedo de los extranjeros y dificultades económicas. Precisó que en cambio Dios nos ofrece riquezas reales, que dan verdadera satisfacción.
“Somos llamados a ser la voz de Cristo –concluyó– para los que no tienen esperanza, en un mundo de sequía y desesperación, dando con magnífica generosidad lo que hemos recibido en su misericordia llena de gracia”.
Palabras de paz... en comunión con Cristo
El patriarca de Constantinopla, Bartolomé, señaló en su meditación la necesidad de “escuchar el grito de Dios hacia la humanidad y escuchar el grito de nuestro prójimo”. “¿Qué palabra de paz podremos ofrecer al otro, al diverso, al lejano, al desconocido si aquella palabra de paz no será una real experiencia de comunión con la Luz Radiante de la Mañana?”, dijo.
Señaló la necesidad de convertirnos, la capacidad de cambiar ruta, que no puede haber conversión si no se escucha, y de la necesidad de que el testimonio cristiano sea profético, y para ello debe realizarse en comunión.
A la salida de esta ceremonia ecuménica para cristianos tuvo lugar el acto final del encuentro, en unión con los representantes de las confesiones no cristianas, que se celebró en la plaza san Francisco.
Lea aquí el documento completo firmado en Asís 2016 por los líderes de las religiones
Resumen del viaje del Papa a Asís en un vídeo de 80 segundos, aquí
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