Días de playa para los «sin techo» de Roma... y la pizza corre por cuenta del Papa
Gracias a una iniciativa de la Limosnería Apostólica de la Santa Sede, el Vaticano viene invitando desde hace dos semanas a los "sin techo" que viven en Roma y en las inmediaciones de la plaza de San Pedro a pasar una tarde en las playas romanas de Passoscuro. El día acaba con una visita a la pizzería... y la cuenta la paga Francisco.
Según lo cuenta Andrea Tornielli en La Stampa, Roma en agosto se vacía; algunos comedores para pobres cierran; muchos voluntarios se van de vacaciones. Una posibilidad que no tienen las personas sin hogar, acostumbrados a vivir en la calle. Por esta razón, el obispo Konrad Krajevski, limosnero pontificio, organizó para los pobres que duermen en la zona de San Pedro excursiones al mar.
«Seguimos, con los guardias suizos y los gendarmes, llevando comida a las estaciones romanas —explica a Vatican Insider el prelado—, pero por la tarde, usando nuestro camioncito, acompaño a grupos de diez u once “sin hogar” a que se bañen en el mar». La localidad elegida es Passoscuro, en el litoral que se encuentra a unos 30 kilómetros de Roma, cerca de Fregene.
Después de reunir a las personas sin hogar, Monseñor Krajevski maneja en persona el caminito. Sus huéspedes reciben trajes de baño, toallas para secarse y para acostarse sobre la arena. «Somos un grupo “sui generis” —confía el obispo—, porque los que viven en la calle tienen la cara muy oscura por el sol, pero el cuerpo es blanco como la leche». Y así, estas personas pueden disfrutar un poco de playa a orillas del mar.
«Siempre acabamos el paseo en la pizzería —explica Krajevski—, como muchas personas que están de vacaciones en este periodo. No salvamos el mundo con estas iniciativas, ni resolvemos los problemas de los “sin techo” de Roma, pero, por lo menos, les volvemos a dar un poco de dignidad. Me sorprendió mucho ver cómo se comportan en estas ocasiones. Saben estar juntos y, cuando estamos en la mesa, si uno está hablando y contando algo, todos los demás lo escuchan en silencio. Incluso quien normalmente está agitado se tranquiliza». Al final del día, la pizza para todos los miembros de la comitiva la paga Papa Francisco.
Hasta hoy, los «sin techo» que han participado en estas excursiones guiadas por Krajevski son unos cien. «Ayer había dos albaneses, un afgano, un ucraniano, un georgiano, un hindú y tres italianos —explicó. Durante el viaje cantamos, escuchando la radio. Para estos hermanos nuestros que viven en necesidades y acostumbrados a la precariedad, son ocasiones que permanecen en la memoria, tienen la posibilidad de sentirse como todos los demás. Más de uno, al volver a verme, me ha preguntado: “Padre, ¿cuándo nos lleva al mar?”».
Como se recordará, Papa Francisco mandó instalar duchas y un servicio de barberos bajo la columnata de San Pedro para las personas sin hogar. También se han activado servicios médicos y consultas de especialistas.
Según lo cuenta Andrea Tornielli en La Stampa, Roma en agosto se vacía; algunos comedores para pobres cierran; muchos voluntarios se van de vacaciones. Una posibilidad que no tienen las personas sin hogar, acostumbrados a vivir en la calle. Por esta razón, el obispo Konrad Krajevski, limosnero pontificio, organizó para los pobres que duermen en la zona de San Pedro excursiones al mar.
«Seguimos, con los guardias suizos y los gendarmes, llevando comida a las estaciones romanas —explica a Vatican Insider el prelado—, pero por la tarde, usando nuestro camioncito, acompaño a grupos de diez u once “sin hogar” a que se bañen en el mar». La localidad elegida es Passoscuro, en el litoral que se encuentra a unos 30 kilómetros de Roma, cerca de Fregene.
Después de reunir a las personas sin hogar, Monseñor Krajevski maneja en persona el caminito. Sus huéspedes reciben trajes de baño, toallas para secarse y para acostarse sobre la arena. «Somos un grupo “sui generis” —confía el obispo—, porque los que viven en la calle tienen la cara muy oscura por el sol, pero el cuerpo es blanco como la leche». Y así, estas personas pueden disfrutar un poco de playa a orillas del mar.
«Siempre acabamos el paseo en la pizzería —explica Krajevski—, como muchas personas que están de vacaciones en este periodo. No salvamos el mundo con estas iniciativas, ni resolvemos los problemas de los “sin techo” de Roma, pero, por lo menos, les volvemos a dar un poco de dignidad. Me sorprendió mucho ver cómo se comportan en estas ocasiones. Saben estar juntos y, cuando estamos en la mesa, si uno está hablando y contando algo, todos los demás lo escuchan en silencio. Incluso quien normalmente está agitado se tranquiliza». Al final del día, la pizza para todos los miembros de la comitiva la paga Papa Francisco.
Hasta hoy, los «sin techo» que han participado en estas excursiones guiadas por Krajevski son unos cien. «Ayer había dos albaneses, un afgano, un ucraniano, un georgiano, un hindú y tres italianos —explicó. Durante el viaje cantamos, escuchando la radio. Para estos hermanos nuestros que viven en necesidades y acostumbrados a la precariedad, son ocasiones que permanecen en la memoria, tienen la posibilidad de sentirse como todos los demás. Más de uno, al volver a verme, me ha preguntado: “Padre, ¿cuándo nos lleva al mar?”».
Como se recordará, Papa Francisco mandó instalar duchas y un servicio de barberos bajo la columnata de San Pedro para las personas sin hogar. También se han activado servicios médicos y consultas de especialistas.
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