Francisco dicta sentencia sobre los abusos: «Prometo que todos los responsables rendirán cuentas»
Antes de su encuentro con los obispos asistentes al Encuentro Mundial de las Familias 2015 en Filadelfia, Francisco les desveló que se había reunido esta mañana del domingo con algunas víctimas de abuso sexual en Estados Unidos "ayudadas y acompañadas con un especial cariño por el arzobispo monseñor Charles Chaput".
“Llevo grabados en mi corazón las historias, el sufrimiento y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes", empezó el Papa: "Continúa abrumándome la vergüenza de que personas que tenían a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños les violaran y les causaran grandes daños. Lo lamento profundamente. Dios llora”.
Expresando su determinación de acabar con esa lacra, el Santo Padre afirmó que "los crímenes y pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo. Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuentas”.
En cuanto a las víctimas, afirmó que "se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza y ministros de misericordia. Humildemente le debemos a cada uno de ellos y a sus familias nuestra gratitud por su inmenso valor para hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal".
El encuentro con las víctimas tuvo lugar en compañía del cardenal Sean O´Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión para la Tutela de los Menores creada por el Papa, y duró media hora. Eran cinco personas adultas, tres mujeres y dos hombres, que sufrieron abusos cuando eran menores de edad, y cada uno estaba acompañado por un miembro de su familia o alguien que los ayuda.
Francisco les dirigió unas palabras y luego saludó a cada uno individualmente. Rezó con ellos y, según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, les manifestó que compartía "su sufrimiento, su dolor y su vergüenza”, y reiteró que continuarán los esfuerzos "para que todas las víctimas sean escuchadas y tratadas con justicia, los culpables sean castigados y los crímenes de abusos sean combatidos con una eficaz obra de prevención en la Iglesia y la sociedad”.
“Llevo grabados en mi corazón las historias, el sufrimiento y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes", empezó el Papa: "Continúa abrumándome la vergüenza de que personas que tenían a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños les violaran y les causaran grandes daños. Lo lamento profundamente. Dios llora”.
Expresando su determinación de acabar con esa lacra, el Santo Padre afirmó que "los crímenes y pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo. Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuentas”.
En cuanto a las víctimas, afirmó que "se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza y ministros de misericordia. Humildemente le debemos a cada uno de ellos y a sus familias nuestra gratitud por su inmenso valor para hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal".
El encuentro con las víctimas tuvo lugar en compañía del cardenal Sean O´Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión para la Tutela de los Menores creada por el Papa, y duró media hora. Eran cinco personas adultas, tres mujeres y dos hombres, que sufrieron abusos cuando eran menores de edad, y cada uno estaba acompañado por un miembro de su familia o alguien que los ayuda.
Francisco les dirigió unas palabras y luego saludó a cada uno individualmente. Rezó con ellos y, según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, les manifestó que compartía "su sufrimiento, su dolor y su vergüenza”, y reiteró que continuarán los esfuerzos "para que todas las víctimas sean escuchadas y tratadas con justicia, los culpables sean castigados y los crímenes de abusos sean combatidos con una eficaz obra de prevención en la Iglesia y la sociedad”.
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