El Papa visitó un hospital infantil en Asunción y pidió ser «humildes y espontáneos» como los niños
El Papa Francisco hizo un especial llamado a ser “como los chicos”, humildes, alegres, espontáneos, a la salida de su visita al Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñú, en su primer acto público en la capital paraguaya.
Luego de visitar y saludar de forma privada a los pequeños, médicos, y el personal que sirve en este centro de salud, el Santo Padre salió del recinto y dirigió unas palabras improvisadas a la gran cantidad de personas que lo esperaban en las afueras del lugar.
El Papa recordó el pasaje del Evangelio en el que el Señor se enoja porque los apóstoles no dejaron que los niños se acercaran a él: “¿Qué quería decirnos Jesús con eso? Hacernos humildes como los chicos, espontáneos como los chicos. Los chicos son simples, son alegres, eso es lo que quiere Jesús, que nos hagamos como los chicos. Aprendamos de este enojo de Jesús, para que no se enoje con nosotros como se enojó con los apóstoles”.
El Pontífice se dirigió luego a los padres de los niños enfermos: “Quiero decirles a ustedes mamás y papás que rezo por ustedes, por sus hijos, para que los acompañe la Virgen, para que Jesús les dé la salud y para que ustedes tengan esa fuerza y esa constancia que solo tienen los padres y las madres. También quiero agradecer a todos los que trabajan en este hospital, al personal sacrificado: médicos, enfermeros, enfermeras, empleados. Todo para que un chico se cure… ¡Es tan importante un chico en la vida!”.
Luego de agradecer al capellán, bendijo a todos. A uno de los niños que lo acompañaba y que le dio un fuerte abrazo, el Papa señaló: “Te regalo mi credencial para que me recuerdes. Eso quiere Jesús, que seamos sencillos como los niños”.
Para concluir sus palabras el Papa Francisco rezó con los presentes un Ave María a la Virgen de Caacupé, Patrona de Paraguay, para luego dirigirse a su santuario en donde presidirá una multitudinaria Misa.
Luego de visitar y saludar de forma privada a los pequeños, médicos, y el personal que sirve en este centro de salud, el Santo Padre salió del recinto y dirigió unas palabras improvisadas a la gran cantidad de personas que lo esperaban en las afueras del lugar.
El Papa recordó el pasaje del Evangelio en el que el Señor se enoja porque los apóstoles no dejaron que los niños se acercaran a él: “¿Qué quería decirnos Jesús con eso? Hacernos humildes como los chicos, espontáneos como los chicos. Los chicos son simples, son alegres, eso es lo que quiere Jesús, que nos hagamos como los chicos. Aprendamos de este enojo de Jesús, para que no se enoje con nosotros como se enojó con los apóstoles”.
El Pontífice se dirigió luego a los padres de los niños enfermos: “Quiero decirles a ustedes mamás y papás que rezo por ustedes, por sus hijos, para que los acompañe la Virgen, para que Jesús les dé la salud y para que ustedes tengan esa fuerza y esa constancia que solo tienen los padres y las madres. También quiero agradecer a todos los que trabajan en este hospital, al personal sacrificado: médicos, enfermeros, enfermeras, empleados. Todo para que un chico se cure… ¡Es tan importante un chico en la vida!”.
Luego de agradecer al capellán, bendijo a todos. A uno de los niños que lo acompañaba y que le dio un fuerte abrazo, el Papa señaló: “Te regalo mi credencial para que me recuerdes. Eso quiere Jesús, que seamos sencillos como los niños”.
Para concluir sus palabras el Papa Francisco rezó con los presentes un Ave María a la Virgen de Caacupé, Patrona de Paraguay, para luego dirigirse a su santuario en donde presidirá una multitudinaria Misa.
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