«Los cristianos tibios, sin memoria del primer amor, corren gran peligro, pobrecitos», avisa el Papa
La custodia de la memoria del primer amor y la esperanza en el encuentro con Cristo fueron los dos temas principales de la homilía del Papa Francisco en la Misa de Santa Marta del último viernes de enero, en la que alertó a los fieles del peligro de convertirse en cristianos tibios.
El Obispo de Roma comentó la Epístola a los Hebreos de la liturgia que invita a recordar “aquellos días primeros, cuando, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos”. Para el Papa este es “el día del encuentro con Jesús” que nunca se olvida porque es el día de “una alegría grande”, de “un deseo de hacer cosas grandes”.
“La memoria es muy importante para recordar la gracia recibida, porque si nosotros expulsamos este entusiasmo que viene de la memoria del primer amor, este entusiasmo que viene del primer amor, llega un peligro grande para los cristianos: la tibieza. Los cristianos ´tibios´”.
“Eh, pero están ahí, quietos, y sí, son cristianos, pero perdieron la memoria del primer amor. Y, sí, han perdido el entusiasmo. Además, han perdido la paciencia, ese ´tolerar´ las cosas de la vida con el espíritu de amor de Jesús; aquel ´tolerar´, que ´lleva sobre sus hombros´ las dificultades... Los cristianos tibios, pobrecitos, están en grave peligro”.
Sobre el mismo tema, Francisco puso dos ejemplos. Por un lado, la epístola de San Pedro donde se dice que “el perro vuelve a su vómito”, y por otro que hay personas que en la decisión de seguir el Evangelio han echado de ellos al demonio, pero cuando éste regresa con fuerza, le abren la puerta sin estar en guardia y así el demonio “toma posesión de aquella casa”.
A diferencia, “el cristiano tiene estos dos parámetros: la memoria y la esperanza”.
“Reclamar la memoria para no perder aquella experiencia tan bella como la del primer amor, que alimenta la esperanza. Muchas veces es oscura, la esperanza, pero va hacia adelante. Cree, va, porque sabe que la esperanza no decepciona para encontrar a Jesús. Estos dos parámetros son, precisamente, el marco en el que podemos mantener esta salvación de los justos que viene del Señor”.
Por último, subrayó que es una salvación que va protegida “para que el pequeño grano de mostaza crezca y de su fruto”.
“Dan pena, hacen mal al corazón de muchos cristianos, ¡de muchos cristianos! A mitad de camino, muchos cristianos fracasan en este camino hacia el encuentro con Jesús, partiendo del encuentro con Jesús. Este camino en el que han perdido la memoria del primer amor y no tienen esperanza”.
El Obispo de Roma comentó la Epístola a los Hebreos de la liturgia que invita a recordar “aquellos días primeros, cuando, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos”. Para el Papa este es “el día del encuentro con Jesús” que nunca se olvida porque es el día de “una alegría grande”, de “un deseo de hacer cosas grandes”.
“La memoria es muy importante para recordar la gracia recibida, porque si nosotros expulsamos este entusiasmo que viene de la memoria del primer amor, este entusiasmo que viene del primer amor, llega un peligro grande para los cristianos: la tibieza. Los cristianos ´tibios´”.
“Eh, pero están ahí, quietos, y sí, son cristianos, pero perdieron la memoria del primer amor. Y, sí, han perdido el entusiasmo. Además, han perdido la paciencia, ese ´tolerar´ las cosas de la vida con el espíritu de amor de Jesús; aquel ´tolerar´, que ´lleva sobre sus hombros´ las dificultades... Los cristianos tibios, pobrecitos, están en grave peligro”.
Sobre el mismo tema, Francisco puso dos ejemplos. Por un lado, la epístola de San Pedro donde se dice que “el perro vuelve a su vómito”, y por otro que hay personas que en la decisión de seguir el Evangelio han echado de ellos al demonio, pero cuando éste regresa con fuerza, le abren la puerta sin estar en guardia y así el demonio “toma posesión de aquella casa”.
A diferencia, “el cristiano tiene estos dos parámetros: la memoria y la esperanza”.
“Reclamar la memoria para no perder aquella experiencia tan bella como la del primer amor, que alimenta la esperanza. Muchas veces es oscura, la esperanza, pero va hacia adelante. Cree, va, porque sabe que la esperanza no decepciona para encontrar a Jesús. Estos dos parámetros son, precisamente, el marco en el que podemos mantener esta salvación de los justos que viene del Señor”.
Por último, subrayó que es una salvación que va protegida “para que el pequeño grano de mostaza crezca y de su fruto”.
“Dan pena, hacen mal al corazón de muchos cristianos, ¡de muchos cristianos! A mitad de camino, muchos cristianos fracasan en este camino hacia el encuentro con Jesús, partiendo del encuentro con Jesús. Este camino en el que han perdido la memoria del primer amor y no tienen esperanza”.
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