«El amor de Dios no es de telenovela sino concreto y eterno», dice Francisco en misa en Santa Marta
“A través del amor al prójimo llegamos a conocer a Dios”, afirmó este jueves el Papa Francisco en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, en la que recordó que el amor de Dios no es como el de las telenovelas, sino que es concreto y eterno, tal como lo manifestó al enviar a su Hijo Jesucristo para salvar al hombre.
“Quien ama conoce a Dios; quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Pero no amor de telenovela. ¡No, no! Amor sólido, fuerte; amor eterno, amor que se manifiesta – la palabra de estos días, manifestación – su Hijo, que ha venido para salvarnos. Amor concreto; amor de obras y no de palabras. Para conocer a Dios se necesita toda una vida; un camino, un camino de amor, de conocimiento, de amor por el prójimo, de amor por los que nos odian, de amor por todos”, afirmó el Santo Padre.
En su homilía, Francisco dijo que en estos días después de Navidad, la palabra clave en la liturgia es “manifestación”. Jesús se manifiesta: en la fiesta de la Epifanía, en el Bautismo y también en las bodas de Caná. Pero “¿cómo podemos conocer a Dios?”, preguntó.
El Santo Padre afirmó que es precisamente éste el tema del que parte el Apóstol Juan en la Primera Lectura de hoy, subrayando que para conocer a Dios nuestro “intelecto”, “la razón” es “insuficiente”. A Dios “se conoce totalmente en el encuentro con Él y para este encuentro la razón no basta”, sino que se necesita algo más.
“¡Dios es amor! Y sólo por el camino del amor tú puedes conocer a Dios. Amor razonable, acompañado por la razón. ¡Pero amor! ‘¿Y cómo puedo amar lo que no conozco?´; ´Ama a aquellos que tienes cerca´”.
“Y ésta es la doctrina de dos Mandamientos: El más importante es amar a Dios, porque Él es amor; Pero el segundo es amar al prójimo, pero para llegar al primero debemos subir por los escalones del segundo: es decir a través del amor al prójimo llegamos a conocer a Dios, que es amor. Sólo amando razonablemente, pero amando, podemos llegar a este amor”, afirmó.
Francisco dijo que las personas deben amarse unas a otras porque “el amor es de Dios” y “quien ama ha sido generado por Dios”.
Explicó que no han sido los hombres, sino “Él quien nos ha amado a nosotros y ha enviado a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados”. En la persona de Jesús “podemos contemplar el amor de Dios” y siguiendo su ejemplo “llegamos – escalón por escalón – al amor de Dios, al conocimiento de Dios que es amor”.
Asimismo, refiriéndose al profeta Jeremías, recordó que Dios ama primero aún antes que los seres humanos lo busquen. El amor de Dios es como “la flor del almendro”, que es el primer árbol que florece en primavera. “Cuando nos acercamos a Dios a través de las obras de caridad, la oración, en la Comunión, en la Palabra de Dios”, “vemos que Él está allí primero, esperándonos, así nos ama”.
Luego, al reflexionar sobre el pasaje del Evangelio de la multiplicación de panes y peces, afirmó que Jesús “tuvo compasión” de la muchedumbre que había ido a escucharlo, porque “eran ovejas desorientadas, que no tenían pastor”.
Hoy, advirtió, hay mucha gente “desorientada” en nuestras ciudades y naciones. Por esta razón Jesús les enseña la doctrina y la gente lo escucha. Después, cuando se hace tarde y pide que les den de comer, los discípulos responden “un poco nerviosos”. Una vez más – comentó el Papa – Dios ha llegado “primero y los discípulos no habían entendido nada”.
“Así es el amor de Dios: Siempre nos espera, siempre nos sorprende. Es el Padre, es nuestro Padre que nos ama tanto, que siempre está dispuesto a perdonarnos. ¡Siempre! No una vez, setenta veces siete. ¡Siempre!”.
“Como un padre lleno de amor y para conocer a este Dios que es amor, debemos subir por el escalón del amor hacia el prójimo, por las obras de caridad, por las obras de misericordia, que el Señor nos ha enseñado. Que el Señor, en estos días en que la Iglesia nos hace pensar en la manifestación de Dios, nos de la gracia de conocerlo por el camino del amor”, concluyó.
“Quien ama conoce a Dios; quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Pero no amor de telenovela. ¡No, no! Amor sólido, fuerte; amor eterno, amor que se manifiesta – la palabra de estos días, manifestación – su Hijo, que ha venido para salvarnos. Amor concreto; amor de obras y no de palabras. Para conocer a Dios se necesita toda una vida; un camino, un camino de amor, de conocimiento, de amor por el prójimo, de amor por los que nos odian, de amor por todos”, afirmó el Santo Padre.
En su homilía, Francisco dijo que en estos días después de Navidad, la palabra clave en la liturgia es “manifestación”. Jesús se manifiesta: en la fiesta de la Epifanía, en el Bautismo y también en las bodas de Caná. Pero “¿cómo podemos conocer a Dios?”, preguntó.
El Santo Padre afirmó que es precisamente éste el tema del que parte el Apóstol Juan en la Primera Lectura de hoy, subrayando que para conocer a Dios nuestro “intelecto”, “la razón” es “insuficiente”. A Dios “se conoce totalmente en el encuentro con Él y para este encuentro la razón no basta”, sino que se necesita algo más.
“¡Dios es amor! Y sólo por el camino del amor tú puedes conocer a Dios. Amor razonable, acompañado por la razón. ¡Pero amor! ‘¿Y cómo puedo amar lo que no conozco?´; ´Ama a aquellos que tienes cerca´”.
“Y ésta es la doctrina de dos Mandamientos: El más importante es amar a Dios, porque Él es amor; Pero el segundo es amar al prójimo, pero para llegar al primero debemos subir por los escalones del segundo: es decir a través del amor al prójimo llegamos a conocer a Dios, que es amor. Sólo amando razonablemente, pero amando, podemos llegar a este amor”, afirmó.
Francisco dijo que las personas deben amarse unas a otras porque “el amor es de Dios” y “quien ama ha sido generado por Dios”.
Explicó que no han sido los hombres, sino “Él quien nos ha amado a nosotros y ha enviado a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados”. En la persona de Jesús “podemos contemplar el amor de Dios” y siguiendo su ejemplo “llegamos – escalón por escalón – al amor de Dios, al conocimiento de Dios que es amor”.
Asimismo, refiriéndose al profeta Jeremías, recordó que Dios ama primero aún antes que los seres humanos lo busquen. El amor de Dios es como “la flor del almendro”, que es el primer árbol que florece en primavera. “Cuando nos acercamos a Dios a través de las obras de caridad, la oración, en la Comunión, en la Palabra de Dios”, “vemos que Él está allí primero, esperándonos, así nos ama”.
Luego, al reflexionar sobre el pasaje del Evangelio de la multiplicación de panes y peces, afirmó que Jesús “tuvo compasión” de la muchedumbre que había ido a escucharlo, porque “eran ovejas desorientadas, que no tenían pastor”.
Hoy, advirtió, hay mucha gente “desorientada” en nuestras ciudades y naciones. Por esta razón Jesús les enseña la doctrina y la gente lo escucha. Después, cuando se hace tarde y pide que les den de comer, los discípulos responden “un poco nerviosos”. Una vez más – comentó el Papa – Dios ha llegado “primero y los discípulos no habían entendido nada”.
“Así es el amor de Dios: Siempre nos espera, siempre nos sorprende. Es el Padre, es nuestro Padre que nos ama tanto, que siempre está dispuesto a perdonarnos. ¡Siempre! No una vez, setenta veces siete. ¡Siempre!”.
“Como un padre lleno de amor y para conocer a este Dios que es amor, debemos subir por el escalón del amor hacia el prójimo, por las obras de caridad, por las obras de misericordia, que el Señor nos ha enseñado. Que el Señor, en estos días en que la Iglesia nos hace pensar en la manifestación de Dios, nos de la gracia de conocerlo por el camino del amor”, concluyó.
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