Conversaciones secretas en Canadá y el Vaticano
El Papa jugó un papel fundamental en el establecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos
Estados Unidos y Cuba han decidido restablecer relaciones diplomáticas, suspendidas por Washington desde enero de 1961, después de que quedara clara la adscripción comunista del régimen establecido en La Habana con la victoria en 1959 de la revolución liderada por Fidel Castro.
El paso, que se venía madurando en los últimos meses, ha podido darse con la liberación del ciudadano estadounidense Alan Gross, que llevaba cinco años en una prisión cubana. La próxima celebración de la Cumbre de las Américas, convocada para el 15 de abril en Panamá, a la que se ha invitado a Cuba, suponía una presión en el calendario.
Las negociaciones se han mantenido en los últimos 18 meses, con conversaciones secretas en Canadá y el Vaticano. Fuentes estadounidenses indican que el Papa Francisco ha ayudado a dar un impulso a los contactos, con cartas dirigidas a Obama y Raúl Castro.
El acuerdo se cerró este martes, con una conversación telefónica de 45 minutos entre Obama y el presidente cubano. En las negociaciones, Fidel Castro no ha sido interlocutor en ningún momento.
Washington restablecerá su embajada en La Habana y tiene previsto aumentar el rango diplomático en las conversaciones que hasta ahora mantenían ambos Gobiernos en una serie limitada de temas.
El anuncio lo hará Obama este martes desde la Casa Blanca, en una intervención en la que también dará a conocer otras medidas, entre ellas posiblemente la intención de retirar a Cuba de la lista del Departamento de Estado de naciones que patrocinan el terrorismo. Fuentes de la Casa Blanca califican el anuncio de «paso histórico».
Ya en su campaña electoral de 2008, Obama se mostró contrario al embargo aplicado por EE.UU. contra Cuba. Al llegar a la presidencia suavizó el régimen la restricción de viajes y envío de paquetes a la isla, si bien durante estos seis años en la Casa Blanca no ha promovido la eliminación del embargo, algo que es competencia del Congreso.
Aunque una amplia encuesta publicada este año indicaba que por primera vez los estadounidenses, también los de origen cubano, eran partidarios de normalizar las relaciones con Cuba, de momento buena parte de los republicanos y una parte de los demócratas sigue oponiéndose a levantar las sanciones impuestas al país comunista.
El paso, que se venía madurando en los últimos meses, ha podido darse con la liberación del ciudadano estadounidense Alan Gross, que llevaba cinco años en una prisión cubana. La próxima celebración de la Cumbre de las Américas, convocada para el 15 de abril en Panamá, a la que se ha invitado a Cuba, suponía una presión en el calendario.
Las negociaciones se han mantenido en los últimos 18 meses, con conversaciones secretas en Canadá y el Vaticano. Fuentes estadounidenses indican que el Papa Francisco ha ayudado a dar un impulso a los contactos, con cartas dirigidas a Obama y Raúl Castro.
El acuerdo se cerró este martes, con una conversación telefónica de 45 minutos entre Obama y el presidente cubano. En las negociaciones, Fidel Castro no ha sido interlocutor en ningún momento.
Washington restablecerá su embajada en La Habana y tiene previsto aumentar el rango diplomático en las conversaciones que hasta ahora mantenían ambos Gobiernos en una serie limitada de temas.
El anuncio lo hará Obama este martes desde la Casa Blanca, en una intervención en la que también dará a conocer otras medidas, entre ellas posiblemente la intención de retirar a Cuba de la lista del Departamento de Estado de naciones que patrocinan el terrorismo. Fuentes de la Casa Blanca califican el anuncio de «paso histórico».
Ya en su campaña electoral de 2008, Obama se mostró contrario al embargo aplicado por EE.UU. contra Cuba. Al llegar a la presidencia suavizó el régimen la restricción de viajes y envío de paquetes a la isla, si bien durante estos seis años en la Casa Blanca no ha promovido la eliminación del embargo, algo que es competencia del Congreso.
Aunque una amplia encuesta publicada este año indicaba que por primera vez los estadounidenses, también los de origen cubano, eran partidarios de normalizar las relaciones con Cuba, de momento buena parte de los republicanos y una parte de los demócratas sigue oponiéndose a levantar las sanciones impuestas al país comunista.
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