Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Más que reforma administrativa -la hay- cambió el lenguaje

12 claves para 12 meses: lo que Francisco ha revolucionado en su año de Pontificado

Francisco en Rio de Janeiro cuando proclamó ante los jóvenes argentinos que esperaba de los jóvenes que hagan lío
Francisco en Rio de Janeiro cuando proclamó ante los jóvenes argentinos que esperaba de los jóvenes que hagan lío

Pablo J. Ginés/ReL

El Papa Francisco cumple este 13 de marzo su primer año como Pontífice de la Iglesia Católica y portador de las Llaves del Reino que Cristo entregó a Pedro hace dos mil años. El primer papa hispanoamericano sorprendió y conquistó a la opinión pública.

Los que pensaban que el entusiasmo por Francisco acabaría en tres meses llevan un año esperando sentados y la tormenta de afecto popular no amaina.

Los que pensaban que el nuevo Papa, con su estilo a menudo informal, cambiaría la doctrina católica y le arrancaría páginas al Catecismo, le han oído repetir, simplemente: "yo soy hijo de la Iglesia".

"Las reformas van lentas", titula en este aniversario cierta prensa que querría que la Iglesia Católica dejase de enseñar las verdades católicas y empieza a impacientarse.

Lo cierto es que en este año se han producido al menos 12 cambios importantes, muchos de ellos en lo gestual y simbólico, pero lo gestual y simbólico es poderoso y real en la sociedad de la imagen y la comunicación, y en el ministerio petrino, que llega a todo el mundo.

1. Poner a rezar
Se supone que los curas no sólo rezan sino que animan a rezar. En el caso de Francisco, es su "leit motiv": salió al balcón en el momento de su elección y puso a toda la muchedumbre a rezar unos instantes en silencio. "Recen por mí", les dijo.

Y se lo dice a cada parroquia que visita. Se lo dice con un mensaje improvisado en el móvil a una asamblea de pastores pentcostales. Se lo dice a los líderes judíos que le visitan. Se lo pide a cada persona a la que escribe para consolar o animar.

El "rece por mí" es una de sus grandes herramientas para cambiar el mundo (publicábamos en ReL que un 40% de católicos en EEUU dicen que este año con Francisco han rezado más).



2. "Que se ponga al teléfono, que soy el Papa"
Ya lo hacía como obispo: llamadas y cartas personalizadas, a quienes piden consuelo y oración, palabras de ánimo, y a su quiosquero, peluquero, vecino de enfrente...

Desde la primera semana, Francisco mismo tomaba el teléfono, sin secretarios intermedios, y llamaba a quien le parecía. A veces deja mensajes en el contestador automático, como a aquellas religiosas en España: "dónde estarán estas monjitas, tan ocupadas, que no se ponen al teléfono", grabó con humor. También envía cartas a enfermos, presos, familias en apuros, personas que han perdido un ser querido... y muchas de ellas terminan llegando a la prensa.

3. Improvisando con periodistas... también de TV

Entrevistas largas y detalladas las habían concedido Juan Pablo II a Vittorio Messori y Benedicto XVI al alemán Peter Seewald. Benedicto XVI había aparecido también en televisión respondiendo algunas preguntas de fieles, previamente seleccionadas. Y ambos respondían preguntas de periodistas en el avión en sus viajes.

Pero Francisco ha roto los protocolos periodísticos. En la JMJ de Brasil concedió una entrevista larga, abierta, a una TV brasileña: lo nunca visto. Después departió sin preguntas pactadas con los periodistas en el vuelo de vuelta.

Y después empezó a conceder entrevistas largas, fluidas e incluso improvisadas, a diversos periódicos italianos.

Eso no ayuda a una exposición matizada de la teología católica, y hay periodistas que han aumentado la confusión haciendo glosas muy libres de lo hablado, pero ha colocado el sentir papal (parte de él) en formato periodístico al alcance de todos.

4. Un boom en Internet
Benedicto XVI fue el primer papa "tuitero" de la historia, pero Francisco ha convertido la cuenta Pontifex de Twitter en un micro-púlpito de audiencias millonarias, que llega a más gente que casi cualquier medio de comunicación: 12 millones de seguidores en Twitter, y subiendo. Con miles y miles de retuits, que le convierten en el líder más "reenviado" de Internet. Si Francisco manda un tuit felicitando una Marcha por la Vida, la da a conocer a más gente -y con más influencia- que muchas cadenas de televisión. Por no hablar de las webs y perfiles creados en otras redes con sus mensajes, frases, imágenes, etc... Eso sí, él dice "no tengo móvil ni lo quiero tener".

5. Gestos de simplicidad
Desde su nombre ("Francisco", el pobrecillo de Asís, que ni siquiera usa el numeral "Francisco I") busca la simplicidad. La foto de las instalaciones austeras donde duerme cuando viaja; usar coches pequeños en la JMJ y otros desplazamientos, incluso un viejo "Cuatro Latas" en Italia; recibe una moto Hartley-Davidson con simpatía, pero la subasta para financiar un comedor de Cáritas.

No duerme en los apartamentos pontificios, sino en la residencia de Santa Marta, una hospedería por donde pasan clérigos de todo el mundo. Sus vestimentas, las butacas que usa... todo busca transmitir una mayor sencillez en una sociedad de la imagen. Le gusta pasear a pie entre la gente y los enfermos en la Plaza de San Pedro. Ha negado el rumor de que vaya disfrazado a visitar enfermos de incógnita por Roma.

6. Fotos impactantes
Un "selfie" con unos jóvenes católicos; fotos rodeado de novios; fotos imponiendo manos a enfermos por los que ora... y que no falten las recepciones a líderes de la cultura y la sociedad, especialmente latinoamericana.

Su cercanía y espontaneidad necesitan de estas fotos: la primera fue la de él, vestido de blanco, volviendo de San Pedro a la residencia en un sencillo autobús con los demás obispos... tomada con un móvil. Eso ha marcado la tónica. Luego Internet lo difunde hasta el último rincón.



7. La misa de Santa Marta
Francisco es un predicador sencillo y directo, más exhortativo que analítico. Despliega esa capacidad en su misa matinal en la residencia de Santa Marta, que recoge la prensa vaticana y a la que acuden los distintos invitados que la Santa Sede recibe y su personal laboral.

Así, anclado en la Palabra de Dios que marca la lectura de la liturgia va desarrollando sus enseñanzas. Muchas de ellas pronto se convierten en eslóganes o frases populares difundidas en Internet.

8. Hablar mucho del demonio
Cuando Juan Pablo II o Benedicto XVI hablaban del demonio o el infierno, la prensa mundana se escandalizaba y les dedicaba portadas. Pero ahora que lo hace Francisco, y mucho más, la prensa tiende a ignorarlo.

El diario "La Vanguardia", por ejemplo, en un recopilatorio larguísimo de "claves de Francisco" del pasado fin de semana, no mencionaba para nada el tema del demonio. Pero Francisco habla muchísimo del demonio, en las homilías de Santa Marta y en otros ambientes. La prensa mundana, que no sabe encajarlo, no suele hacerse eco.

Para hablar del anticristo, por ejemplo, Francisco recomendó la novela "Señor del Mundo", de R.H.Benson.

Pero lo que rompió precedentes fue su oración de liberación, imponiendo las manos, por un hombre mexicano con problemas de posesión o actividad demoníaca, oración realizada ante las cámaras de televisión y que -no tenían más remedio- se emitió y comentó en telenoticiarios del mundo entero.



9. Vocabulario propio
"La cultura del descarte", "ir a las periferias existenciales", "hagan lío", "pastores con olor a oveja", "pecadores sí, pero corruptos no", "la Iglesia es como un hospital de campaña", "mejor accidentados en la calle que enfernos por no salir", "la confesión no es una sala de torturas"...

Como toda expresión popular e informal, estas frases son a la vez evocadoras, potentes, sugestivas, exhortativas, sin buscar definir las cosas con exactitud teológica, lo cual puede llevar a alguna confusión.

Pero en una sociedad que se mueve por eslóganes más que por argumentaciones elaboradas, llegan a muchas personas.

10. Benedicto, como abuelo al que consultar
Lo verdaderamente único de este último año de la Iglesia es que hay dos papas (y se llevan bien, no como en el s.XV con los conflictos del cisma de Occidente). Benedicto XVI dijo que quería retirarse a una vida de oración, pero el Papa Francisco ha querido tenerlo cerca y lo consulta con cierta frecuencia.

Francisco es el Papa y decide lo que hacen sus colaboradores, y Benedicto es ahora uno de ellos. Francisco dice que Benedicto "es como mi abuelo, mi papá", y pone el ejemplo de los abuelos que viven con sus familias aportando sabiduría, consejo y otra visión de las cosas.

11. El factor hispanoamericano
El primer factor que se señaló de Francisco, ser hispanoamericano, aún no se ha desplegado en toda su fuerza. Sí se dio un primer destello en su encuentro con los jóvenes argentinos en la JMJ de Río de Janeiro con su famoso "hagan lío". Y es evidente que el Papa se sigue con pasión y cercanía desde Hispanoamérica.

Pero Francisco aún no ha viajado a los países de lengua hispana, donde puede improvisar y predicar a su estilo. Está por llegar (aún no hay fechas para un viaje así) y puede ser arrollador.



12. La reforma de la Curia
El tema más importante para la prensa, la reforma curial, lo asume paso a paso y evitando estridencias. Su decisión más importante fue marcar a 8 cardenales de distintos países como un consejo especialmente cercano para guiar las reformas con una visión menos "romanocéntrica". Como "número dos" en el Vaticano ha puesto al ahora cardenal Parolin, que antes era nuncio en Venezuela.

Del grupo de los 8, destaca el cardenal australiano Pell, un "conservador dinámico", desde hace una semana supervisando los asuntos económicos.

En el segundo año de Francisco se verá si una reforma en estructuras puede apoyar lo que él busca, que es sobre todo una renovación espiritual. Un ejemplo: por primera vez, los ejercicios cuaresmales del personal vaticano y la Curia se celebran fuera del Vaticano, en un retiro "de verdad", y no con meras charlas de mañana o tarde en medio de la vorágine diaria. Y el Papa fue con ellos. En autobús.
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