Se distribuyó en la plaza de San Pedro
Le contamos cómo surgió la idea de distribuir «Misericordina», la medicina que publicita el Papa
“Misericordina” (misericordium):
- 59 gránulos para el corazón.
- 50% Corona Divinae Misericordiae
- y 50% Imago Iesu Misericordis.
La cajita es blanca con el dibujo de un corazón humano con espinas y un diagrama de los latidos del corazón.
Dentro se encuentra la hoja con las instrucciones de uso.
La Divina Misericordia, en "gránulos"
Así, en forma de medicina proponían los seminaristas de Gdansk, en Polonia, el mensaje sobre la Divina Misericordia, la devoción difundida por Santa Faustina Kowalska, con famoso cuadro del Jesús que apunta a su corazón, del que salen un rayo rojo (la sangre, la Eucaristía) y otro pálido (el agua, el bautismo, el Espíritu Santo).
La Corona de la Divina Misericordia a la que alude el prospecto es una oración repetitiva, más breve que el Rosario, que se suele rezar a las tres de la tarde, hora de la muerte de Jesús: "Por tu dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero", alternada en ciertos momentos con el trisagio griego: "Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros".
Recomendada por el Papa con humor
Y el domingo 17 de noviembre por la mañana, en el Ángelus en la Plaza de San Pedro, esta “medicina polaca” fue distribuida a los fieles.
Es una iniciativa en la vigilia del Año de la Fe, con una invitación a dirigirse al Señor por los problemas del mundo.
Bromeando, el Papa dijo: “Es una medicina especial para concretar los frutos del Año de la Fe”.
E invitó a todos: “No os olvidéis de tomarla porque hace bien ¡al corazón, al alma y a toda la vida!”
Seminaristas polacos y guardias suizos
Esta insólita iniciativa en la Plaza de San Pedro fue querida por monseñor Konrad Krajewski, que durante 14 años ha sido uno de los ceremonieros del Papa y que desde agosto es limosnero de Su Santidad.
La “medicina” fue traída por el arzobispo de Gdansk, Slawoj Leszek Glodz. Krajewski la presentó al Papa Francisco, quien quedó entusiasmado y pidió que se ofreciera a la gente para la clausura del Año de la Fe.
Todo comenzó en Gdansk en otoño de 2011 por la idea del seminarista Blazej Kwiatkowski para realizar un recuerdo para los jóvenes con ocasión de la jornada-retiro de la juventud que propone regularmente el seminario, al que acuden cientos de personas.
“Como cada año, necesitábamos algún regalo-recuerdo – explica Blazej – y así pensamos proponer la Coronilla de la Divina Misericordia de un modo insólito, metiéndola en una cajita con un nombre que recuerda el de un verdadero medicamento de la farmacia. Añadimos una pequeña imagen de Jesús Misericordioso y una hoja ilustrativa con explicaciones de cómo usarla, cómo recitar la Coronilla, de forma parecida a un prospecto en una medicina normal.
“Añadimos algunos extractos del Diario de Santa Faustina. Todo está pensado de modo que se pueda regalar sin muchas explicaciones, porque todo está escrito dentro. Es una “medicina” para las personas en dificultad que combaten con el pecado, con las tentaciones, para los que tienen problemas en perdonar, y también para aquellos que quieren dar gracias y alabar a Dios, Su Misericordia. Está escrito también que este “medicamento” no tiene fecha de caducidad, ni contraindicaciones. En caso de duda, hay que consultar un sacerdote o una monja o un catequista.”
“Salió una cosa muy hermosa. Incluso el nombre “misericordina gránulos para el corazón” tiene un sentido particular. En latín, ”misericordium” significa Misericordia y por otra parte es una referencia al “cor” – el corazón”.
"La hemos llamado medicina espiritual, porque precisamente la oración y la Divina Misericordia son para el alma del hombre como la medicina para el cuerpo. Aquí hay también una referencia al corazón en sentido espiritual y moral”.
Quien compuso la cajita con los rosarios fue la Guardia Suiza Pontificia bajo la guía del sargento Marcel Riedi y con la ayuda de las familias de los guardias y de las Monjas Albertinas (que se ocupan de la cocina de la Guardia) y trabajadores laicos vaticanos.
Muchos guardias trabajaban después de los turnos de noche o hasta las primeras horas del alba. El trabajo se realizó en el mes de octubre, mes del Rosario, en una atmósfera de oración con el rezo del Rosario.