El Papa Francisco pide la máxima transparencia para el IOR, el banco vaticano
"El Papa está dedicando su atención y sus fuerzas a las prioridades de mayor interés del gobierno de la Iglesia especifica el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi. Anche, aunque, por supuesto, alienta la continuación del compromiso de transparencia en las actividades administrativas y financieras la Santa Sede y las diferentes instituciones del Vaticano ".
Francisco quiere las cuentas claras en el IOR. Antes de tomar cualquier decisión (reforma o cese), el Papa Bergoglio pretende desentrañar los mecanismos del Instituto y, según lo que se dice en los Palacios Sacros, habría pedido la documentación necesaria a la dirección del “banco del Vaticano”.
Los nombres de los que se esconden tras las cuentas cifradas del Ior es uno de los secretos mejores conservados en el Vaticano, y en el pasado se apeló al “secreto bancario” en momentos en los que se hipotizaba una redefinición de las finanzas vaticanas. Por ejemplo, Juan Pablo I, quien como patriarca de Venecia se opuso a Marcinkus en la controvertida historia sobre la clausura de un instituto católico véneto, pretendía esclarecer la titularidad de los fondos depositados en la Curia, en vista de una drástica reforma de los organismos internos.
Ahora es posible que, en el ámbito de la reforma de la Curia romana que llegará con el nuevo Papa, también cambie el IOR. Lo han dicho tanto el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga (uno de los ocho “sabios” que aconsejarán al Papa), como el cardenal Francesco Coccopalmerio, autor del primer borrador de reforma. El Papa Bergoglio difícilmente cerrará el instituto, que sirve, por ejemplo, para financiar a las Iglesias de los países más pobres del planeta y que viven en situaciones de enormes dificultades económicas.
Pero los escándalos del IOR han pesado demasiado tiempo en la situación del Vaticano. En cuanto a las utilidades obtenidas, estas no corresponden a accionistas (que no existen) sino que son devueltar a favor de las obras de religión y de caridad de la Iglesia.
¿Cómo cambiar la percepción de que le banco del Vaticano recicla el dinero de la mafia? «Efectivamente, es una percepción que puede responder o menos a la realidad», respondió recientemente monseñor Marcelo Sánchez Sorondo en una entrevista con el periódico “El Clarín”. «Es cierto que reciclan dinero los italianos ricos. Creo que el Papa Benedicto fue muy riguroso y están trabajando para limpiar todo y cambiarlo. Creo que Bergoglio será todavía más riguroso, muy práctico y poco “italiano”».
El ex-vocero de Bergoglio en Buenos Aires, Federico Wals, citó en una entrevista con el vaticanista estadounidense John Allen el precedente de cuando el entonces cardenal decidió renunciar a la participación de la diócesis en diferentes bancos, para garantizar un mayor rigor en las cuentas de la Iglesia y encomendándose a institutos de crédito más seguros.
Se podría, pues, pensar en una transformación del IOR en una especie de banco ético. Lo que es cierto es que las decisiones sobre el IOR forman parte del conjunto de reformas del sector dinanciero del Vaticano, que podría llevar a la fusión de los dicasterios económicos (la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, que posee una “cajafuerte” propia, y la prefectura de los Asuntos Económicos, que fue transformada por Bertone en una especie de ministerio de cuentas) bajo la única guía del Gobernatorado.
Francisco quiere las cuentas claras en el IOR. Antes de tomar cualquier decisión (reforma o cese), el Papa Bergoglio pretende desentrañar los mecanismos del Instituto y, según lo que se dice en los Palacios Sacros, habría pedido la documentación necesaria a la dirección del “banco del Vaticano”.
Los nombres de los que se esconden tras las cuentas cifradas del Ior es uno de los secretos mejores conservados en el Vaticano, y en el pasado se apeló al “secreto bancario” en momentos en los que se hipotizaba una redefinición de las finanzas vaticanas. Por ejemplo, Juan Pablo I, quien como patriarca de Venecia se opuso a Marcinkus en la controvertida historia sobre la clausura de un instituto católico véneto, pretendía esclarecer la titularidad de los fondos depositados en la Curia, en vista de una drástica reforma de los organismos internos.
Ahora es posible que, en el ámbito de la reforma de la Curia romana que llegará con el nuevo Papa, también cambie el IOR. Lo han dicho tanto el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga (uno de los ocho “sabios” que aconsejarán al Papa), como el cardenal Francesco Coccopalmerio, autor del primer borrador de reforma. El Papa Bergoglio difícilmente cerrará el instituto, que sirve, por ejemplo, para financiar a las Iglesias de los países más pobres del planeta y que viven en situaciones de enormes dificultades económicas.
Pero los escándalos del IOR han pesado demasiado tiempo en la situación del Vaticano. En cuanto a las utilidades obtenidas, estas no corresponden a accionistas (que no existen) sino que son devueltar a favor de las obras de religión y de caridad de la Iglesia.
¿Cómo cambiar la percepción de que le banco del Vaticano recicla el dinero de la mafia? «Efectivamente, es una percepción que puede responder o menos a la realidad», respondió recientemente monseñor Marcelo Sánchez Sorondo en una entrevista con el periódico “El Clarín”. «Es cierto que reciclan dinero los italianos ricos. Creo que el Papa Benedicto fue muy riguroso y están trabajando para limpiar todo y cambiarlo. Creo que Bergoglio será todavía más riguroso, muy práctico y poco “italiano”».
El ex-vocero de Bergoglio en Buenos Aires, Federico Wals, citó en una entrevista con el vaticanista estadounidense John Allen el precedente de cuando el entonces cardenal decidió renunciar a la participación de la diócesis en diferentes bancos, para garantizar un mayor rigor en las cuentas de la Iglesia y encomendándose a institutos de crédito más seguros.
Se podría, pues, pensar en una transformación del IOR en una especie de banco ético. Lo que es cierto es que las decisiones sobre el IOR forman parte del conjunto de reformas del sector dinanciero del Vaticano, que podría llevar a la fusión de los dicasterios económicos (la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, que posee una “cajafuerte” propia, y la prefectura de los Asuntos Económicos, que fue transformada por Bertone en una especie de ministerio de cuentas) bajo la única guía del Gobernatorado.
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