Valora el «recogimiento» del Pontífice
«El Papa que busqué, lo comenté con algunos, era un nuevo san Francisco», dice Cañizares
El cónclave en el que eligieron al papa Francisco fue el primero del cardenal español Antonio Cañizares, prefecto para la Congregación del Culto Divino.
Vivió con intensidad los días de Sede Vacante pero a partir del traslado a la Casa Santa Marta el ambiente lo impresionó.
“Allí entramos en una especie de gran silencio, de oración, de encontrarse ante Dios. La responsabilidad ante Dios y ante la Iglesia. Y por tanto se dejaban de lado otras cuestiones para entrar en lo fundamental, estar en sintonía con Dios para elegir a aquel que Dios ya había elegido”, recuerda.
Durante el cónclave hablaban por los pasillos y en las comidas y expresaban libremente lo que cada uno de ellos estaba buscando.
“El Papa que yo buscaba, lo había comentado con algunos, era un nuevo San Francisco que reproduzca el encuentro y la visión que tuvo en la Iglesia de San Damián: reconstruir, rehacer de nuevo la Iglesia, un hombre de las bienaventuranzas, evangélico, sencillo, pobre, humilde, que amase mucho a la Iglesia y que se sintiese al lado de los hombres y que tuviese una gran alegría”, señala.
Visto el resultado de las cinco votaciones se siente muy satisfecho con el nuevo Papa.
“Creo que es el Papa que la Iglesia necesita. Después del pontificado tan extraordinario de Juan Pablo II, el pontificado tan hondo, tan firme de tanta sabiduría de Benedicto XVI, necesitamos un pontificado donde esa nueva evangelización, esa sabiduría, se plasmase en que los pobres son evangelizados que es el signo de la presencia del Señor, del Salvador en medio de los hombres”.
El estilo sencillo del papa Francisco también se nota en las celebraciones litúrgicas. El cardenal Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino considera que la actitud del Papa ayuda a vivir las ceremonias con profundidad.
“Tenemos un hombre de Dios que vive la experiencia de Dios y la presencia de Dios y consiguientemente la expresa en ese gesto de adoración, de recogimiento, que es no solamente en el momento de la consagración sino que es también al escuchar la Palabra, al recitar el salmo, en los silencios que guarda, todo eso me parece que nos hace pensar en una Iglesia que no pierde hondura, al contrario”.
El cardenal Antonio Cañizares considera que las primeras semanas del Pontificado del Papa, demuestran que acertaron: era lo que esperaban los creyentes, y también los no creyentes.