Armando Puente, autor de «Papa Francisco»
«Francisco entiende su trabajo como una parroquia, pero no rebajará su poder de Papa»
El periodista argentino destaca la condición de «jesuita hasta el tuétano» de Jorge Mario Bergoglio: acción y racionalidad.
“El Papa es el párroco de un gran urbe, lo que para él significaba, según sus propias palabras, tener contacto directo con todos sus fieles hasta saber los nombres de sus perros”. Así define a Armando Rubén Puente, periodista argentino de la agencia católica Aica, que acaba de editar Papa Francisco (LibrosLibres), un libro que reúne los principales textos del nuevo obispo de Roma. Añade, eso sí, que el contacto directo no significaba ejercer de relaciones públicas. “Se presentaba sin avisar en las parroquias para saber si la gente estaba trabajando o no”.
Como buen porteño no se considera de Buenos Aires sino de su barrio, que es del Flores.
El pensamiento de Jorge Mario Bergoglio a través de sus textos y homilías.
Exactamente. En Buenos Aires los Barrios tienen unas características muy definidas: ser de Flores es como ser de Carabanchel en Madrid. El Papa tiene el acento y los rasgos de ese barrio aunque nació en el de Almagro: por eso, y porque también lo era su padre, es hincha del San Lorenzo. Con 5 o 6 años se fue a vivir a Flores.
Más que el cambio de barrio, llama la atención el de químico a seminarista.
A los 17 Bergoglio tiene un encuentro -o experiencia personal- con Jesucristo. El es un chico corriente que juega al fútbol, baila y hace vida con sus amigos. Un día de primavera sintió la necesidad de ir a la parroquia para confesarse. Justo después, se da cuenta que quiere ser sacerdote. Recibe el impacto que no se olvida nunca.
A pesar de lo cuál, sigue su carrera…
… termina técnico químico y trabaja durante un tiempo en un laboratorio. Cuatro años después entra en el seminario.
¿Por qué la Compañía de Jesús?
Cuando entra en el seminario diocesano, los profesores eran jesuitas. Al año siguiente decide ser jesuita, justo cuando los jesuitas dejan el seminario.
¿Cómo ha configurado esa elección su espiritualidad?
El Papa es jesuita hasta el tuétano. Su mentalidad y modo de actuar son los de un hijo de San Ignacio. Los jesuitas son más activos que contemplativos, racionales…
Una actividad que no impide que el pilar de su espiritualidad sea la misericordia.
"Me miró misericordiosamente y me eligió": esa frase de San Mateo figura en su escudo. La misericordia es una mirada de ternura. Ojo: es una palabra que el Papa emplea y que va a repetirse mucho. En su opinión, hay que acercarse a las personas con ternura y entiende la misericordia como el amor con ternura. El Amor de Dios es un amor tierno, el mismo de una madre que coge a su niño entre brazos.
¿De qué forma se ha manifestado en su actividad pastoral?
De todas.
¿Un ejemplo?
Cuidó y acompañó hasta la muerte a un sacerdote enfermo de sida, que estaba abandonado por los otros sacerdotes; acogió a una embarazada de 14 años y la acompañó a dar a luz, frenando de paso un aborto; lava los pies todos Jueves Santo en un lugar pobre después de celebrar la misa ...
Una bondad que compatibiliza con severas advertencias sobre el demonio. El hoy Papa era de los pocos cardenales que lo mencionaba con frecuencia...
“Donde no está Dios está el demonio”, suele decir. Cree que el demonio existe y lo dice. Es una reminiscencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, de la primera semana además.
Otro rasgo jesuítico, sin embargo, es la reticencia a aceptar cargos de poder. Bergoglio ha sido arzobispo, cardenal y ahora Papa. ¿Es la excepción que confirma la regla?
Ya ejerció cargos de poder en el seno de la Compañía. Es cierto que las normas de esta última no aconsejan aceptar cargos cardenalicios pero la verdad es que al Papa no le interesa el poder por el poder: entiende su trabajo como una parroquia y como un servicio. Rebaja el poder teniéndolo: se despoja de ropajes papales y se pone al mismo nivel que los cardenales.
Desde que fue elegido Papa, abundan las anécdotas en ese sentido.
El otro día, una persona -cuyo nombre no viene a cuento- que ha estado con el Papa me contó su encuentro con él. Francisco le cedió el paso al entrar en su propio despacho. Al final, le acompañó a la salida y volvió a abrirle la puerta.
¿No hay un riesgo de banalización de la institución pontificia con tanta cercanía?
El Papa cree que no, es consciente de lo que es y no rebajará su poder de Papa. Lo veremos. Pero interpreta el poder de una manera más franciscana. El haber elegido el nombre de Francisco es una señal de humildad. En esta Semana Santa introducirá signos franciscanos.
Humildad pero no debilidad. Es el libro deja claro que la Iglesia “es, ha sido y será perseguida”. ¿Está el Papa preparado para lo peor?
Lo está. Sabe que dentro de poco, pasado esta inicio de pontificado, le van a disparar con bazooka tanto desde la derecha como desde la izquierda; por delante y por detrás, como a san Pablo
¿Cómo se va a defender?
Quizá no se defienda.
Algo tendrá que hacer.
Ya lo hacen otros por él: la campaña de Kirchner y su maquinaria propagandística contra el Papa en los primeros días fue tan torpe cayó por su propio peso. Pero seguirán golpeando por el mismo sitio. Por eso, voy a reunir documentación de primera mano y muy importante que demuestra que no colaboró con la dictadura. Unos documentos que tiene el Gobierno y no lo saca.
Eso es muy importante para defender a la persona del Papa. Pero ¿qué hará el Papa para defender a la Iglesia de la persecución? ¿Tiene algún método?
No creo que, para defender a la Iglesia, los Papas tengan un método; tiene una fe que les empuja a defenderla hasta el último día porque la promesa de Jesucrisro se cumplirá hasta el último día. Luego, emplean los argumentos del momento.
Para defender a la Iglesia el Papa apuesta mucho por los laicos, llegando a denunciar los riesgos del clericalismo. ¿Habrá novedades en este aspecto?
Las habrá porque es algo que tiene muy claro: antes de dejar Buenos Aires, aprobó una iniciativa de evangelización de calle. ¿Significa que es neocatecumenal? No. Le parece bien que los laicos salgan a la calle. Nada más.
¿Y que ejerzan más responsabilidades en el seno de la Iglesia?
Creo que sí. A la gente como Guzmán Carriquiry -secretario del Pontificio Consejo para Laicos- los ascenderá. Carriquiry es el primer laico que ejerció un cargo importante en el Vaticano. Habrá más.
Lo que no habrá es barra libre y el Papa sabe también ponerse firme: a los divorciados vueltos a casar le sugiere integrarse en la vida parroquia. Vamos, que no va a hacer un Magisterio a la carta.
Eso es. También aplica el mismo patrón de apertura y firmeza con los homosexuales: es un firme opositor del ´matrimonio´ gay pero permitió que una pareja de homosexuales volviese a impartir catequesis tras reunirse con ellos y comprobar que su fe era sincera. Pero no permitió otros aspectos: comulgar, por ejemplo. Misericordia, pero sin faltar a las reglas y a la doctrina de la Iglesia: no cederá ni en el aborto ni en la eutanasia.