Segunda sesión del juicio
El exmayordomo del Papa se declara «inocente» pero «culpable de traicionar la confianza»
El exmayordomo del Papa, Paolo Gabriele, se declaró este martes "inocente" de la acusación de robo con agravante de documentos reservados del Pontífice, pero se declaró "culpable de haber traicionado la confianza puesta en él" por Benedicto XVI.
Gabriele, de 46 años, fue interrogado hoy martes en la segunda audiencia del juicio que se sigue contra él en el Vaticano, en la que también prestó declaración el secretario particular de Benedicto XVI, George Ganswein, quien dijo que nunca sospechó del mayordomo hasta ver publicado el 19 de mayo en el libro "Sua Santita" documentos que nunca habían salido de su despacho.
No se descarta que puedan ser llamados también algunos de los trece testigos convocados, entre ellos el secretario privado de Benedicto XVI, el sacerdote alemán George Ganswein, de cuyo despacho sacó Paoletto los documentos que luego filtró a la prensa y publicados en el libro-escándalo "Sua Santitá", del italiano Gianluiggi Nuzzi, que desvela enfrentamientos e intrigas vaticanas.
Al juicio están también convocados como testigos Cristina Cernetti, una de las laicas que forman parte de la llamada "Familia Pontificia", que cuida el apartamento papal, y el jefe de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani. También el sacerdote de la Secretaria de Estado Carlo María Polvani, y el vicecomandante de la Guardia Suiza, William Kloter.
El resto de los testigos son agentes de la Gendarmería Vaticana. Gabriele, que el primer día de juicio mantuvo una actitud impasible, ausente y fría y sólo en un momento de descanso del mismo se le vio sonreír, está defendido por la abogada italiana Cristiana Arru.
Junto con Paoletto, casado y padre de tres hijos, también será juzgado el técnico informático Claudio Sciarpelletti, de 48, acusado de encubrimiento, pero ya en la primera audiencia el tribunal decidió separar ambos casos.
Sciarpelletti, que puede ser condenado hasta un año de prisión, será juzgado una vez concluido el juicio a Gabriele.
El tribunal espera concluir el juicio a "Paoletto" a finales de esta semana, tras celebrar cuatro sesiones. Aunque Gabriele ya se ha declarado culpable, eso no influirá en los jueces, ya que quien se confiesa culpable (según precisaron fuentes judiciales vaticanas) puede estar en realidad encubriendo a otras personas.
El exmayordomo, que fue detenido el 24 de mayo y pasó 53 días arrestado en una celda del Vaticano, cerca de la casa donde vive con su esposa y tres hijos, aseguró a los investigadores que robó y filtró los documentos para ayudar a Benedicto XVI.
"Viendo mal y corrupción por todas partes en la Iglesia, estaba convencido de que un impacto mediático (la publicación de los documentos) podía ser bueno para llevar de nuevo a la Iglesia por el buen camino", afirmó. Y no quedó ahí, "Paoletto" agregó que se sentía "infundido por el Espíritu Santo", que le pedía eso.
Las declaraciones que hicieron la treintena de personas interrogadas por la Comisión Cardenalicia creada por el papa para investigar el escándalo, presidida por el cardenal español Julián Herranz, no será utilizadas en el juicio.
Ello se debe, según decidió el tribunal, a que esa Comisión Cardenalicia fue creada según el Código de Derecho Canónico y sólo puede responder ante el Pontífice, mientras que el juicio se desarrolla según el Código Penal del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Este escándalo, conocido como Vatileak, se desató a principios de 2012, cuando una televisión italiana sacó a la luz unas cartas enviadas a Benedicto XVI por el nuncio en EE. UU., el arzobispo Carlo María Viganò, en las que denunciaba la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.
El 19 de mayo se publicó el libro "Sua Santità", con un centenar de nuevos documentos filtrados desde el Vaticano y el día 24 de mayo fue detenido Gabriele. Además de la sustracción de documentos, entre el material retenido a "Paoletto" se encontró un cheque a nombre de Benedicto XVI por un valor de 100.000 euros, regalo de la Universidad Católica de Murcia (España).
Durante la primera audiencia el Promotor de Justicia (fiscal) del Vaticano, Nicola Piccardi, precisó que el cheque fue entregado al papa en La Habana, durante la visita que realizó en marzo a Cuba. Con este juicio no concluyen las investigaciones sobre la sustracción de documentos ni tampoco se excluye la posibilidad de que el mayordomo tuviera cómplices y su eventual rogatoria internacional.
Gabriele, de 46 años, fue interrogado hoy martes en la segunda audiencia del juicio que se sigue contra él en el Vaticano, en la que también prestó declaración el secretario particular de Benedicto XVI, George Ganswein, quien dijo que nunca sospechó del mayordomo hasta ver publicado el 19 de mayo en el libro "Sua Santita" documentos que nunca habían salido de su despacho.
No se descarta que puedan ser llamados también algunos de los trece testigos convocados, entre ellos el secretario privado de Benedicto XVI, el sacerdote alemán George Ganswein, de cuyo despacho sacó Paoletto los documentos que luego filtró a la prensa y publicados en el libro-escándalo "Sua Santitá", del italiano Gianluiggi Nuzzi, que desvela enfrentamientos e intrigas vaticanas.
Al juicio están también convocados como testigos Cristina Cernetti, una de las laicas que forman parte de la llamada "Familia Pontificia", que cuida el apartamento papal, y el jefe de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani. También el sacerdote de la Secretaria de Estado Carlo María Polvani, y el vicecomandante de la Guardia Suiza, William Kloter.
El resto de los testigos son agentes de la Gendarmería Vaticana. Gabriele, que el primer día de juicio mantuvo una actitud impasible, ausente y fría y sólo en un momento de descanso del mismo se le vio sonreír, está defendido por la abogada italiana Cristiana Arru.
Junto con Paoletto, casado y padre de tres hijos, también será juzgado el técnico informático Claudio Sciarpelletti, de 48, acusado de encubrimiento, pero ya en la primera audiencia el tribunal decidió separar ambos casos.
Sciarpelletti, que puede ser condenado hasta un año de prisión, será juzgado una vez concluido el juicio a Gabriele.
El tribunal espera concluir el juicio a "Paoletto" a finales de esta semana, tras celebrar cuatro sesiones. Aunque Gabriele ya se ha declarado culpable, eso no influirá en los jueces, ya que quien se confiesa culpable (según precisaron fuentes judiciales vaticanas) puede estar en realidad encubriendo a otras personas.
El exmayordomo, que fue detenido el 24 de mayo y pasó 53 días arrestado en una celda del Vaticano, cerca de la casa donde vive con su esposa y tres hijos, aseguró a los investigadores que robó y filtró los documentos para ayudar a Benedicto XVI.
"Viendo mal y corrupción por todas partes en la Iglesia, estaba convencido de que un impacto mediático (la publicación de los documentos) podía ser bueno para llevar de nuevo a la Iglesia por el buen camino", afirmó. Y no quedó ahí, "Paoletto" agregó que se sentía "infundido por el Espíritu Santo", que le pedía eso.
Las declaraciones que hicieron la treintena de personas interrogadas por la Comisión Cardenalicia creada por el papa para investigar el escándalo, presidida por el cardenal español Julián Herranz, no será utilizadas en el juicio.
Ello se debe, según decidió el tribunal, a que esa Comisión Cardenalicia fue creada según el Código de Derecho Canónico y sólo puede responder ante el Pontífice, mientras que el juicio se desarrolla según el Código Penal del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Este escándalo, conocido como Vatileak, se desató a principios de 2012, cuando una televisión italiana sacó a la luz unas cartas enviadas a Benedicto XVI por el nuncio en EE. UU., el arzobispo Carlo María Viganò, en las que denunciaba la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.
El 19 de mayo se publicó el libro "Sua Santità", con un centenar de nuevos documentos filtrados desde el Vaticano y el día 24 de mayo fue detenido Gabriele. Además de la sustracción de documentos, entre el material retenido a "Paoletto" se encontró un cheque a nombre de Benedicto XVI por un valor de 100.000 euros, regalo de la Universidad Católica de Murcia (España).
Durante la primera audiencia el Promotor de Justicia (fiscal) del Vaticano, Nicola Piccardi, precisó que el cheque fue entregado al papa en La Habana, durante la visita que realizó en marzo a Cuba. Con este juicio no concluyen las investigaciones sobre la sustracción de documentos ni tampoco se excluye la posibilidad de que el mayordomo tuviera cómplices y su eventual rogatoria internacional.
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