Josep Ignasi Saranyana y Alfonso Bailly-Bailliere
Expertos del Opus Dei creen que una buena gestión de la crisis del Vatileaks traerá cosas positivas
Puede redundar en "una mayor adhesión al Santo Padre y clarificar algunas situaciones hasta ahora demasiado turbias".
La filtración de documentos confidenciales del Papa no tiene por qué dañar ni debilitar la imagen de Benedicto XVI y puede incluso ser positivo para aclarar cuestiones o resolver "divisiones" en el Vaticano, según han explicado el catedrático emérito de Historia de la Teología de la Universidad de Navarra, Josep Ignasi Saranyana, y el profesor de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, Alfonso Bailly-Bailliere.
En este sentido, Josep Ignasi Saranyana ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que el escándalo de la filtración de documentos, custodiados en el archivo papal, afecta negativamente a la curia vaticana pero ha apuntado que la imagen del Papa "no está dañada" y que, si la crisis se gestiona bien, puede redundar en "una mayor adhesión al Santo Padre y clarificar algunas situaciones hasta ahora demasiado turbias".
"Daña sobre todo a la curia vaticana y al funcionamiento de los dicasterios romanos, al revelar rivalidades y luchas por el poder en el gobierno de la Iglesia, que pueden escandalizar a los fieles", ha subrayado.
En relación a los asuntos "turbios", se ha referido a la gestión del banco vaticano, el IOR, donde, a su juicio, "se han vivido acontecimientos extraños y surrealistas, como la fulminante destitución de su director, economista honesto y capaz, por parte del consejo de administración". "También la fiscalía de la República italiana entiende que hay maniobras oscuras", ha añadido.
Saranyana ha precisado que la filtración de documentos "no es una buena noticia" y que esos papeles revelan "no sólo pluralidad de opiniones, como se ha dicho, sino verdaderas tensiones, una sorda lucha subterránea, que, al parecer, viene de tiempo atrás".
Además, ha apuntado que es evidente que el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, "no ha actuado solo" porque si no, según ha explicado, "nadie le habría comprado los papeles" que, según ha precisado, parece que han sido adquiridos por distintos medios, aunque no se sabe a qué precio, ni si se ha pagado en especie, en favores o en dinero.
"Estamos ante un asunto ético de gran calado, es decir, si es lícito publicar papeles reservados, cuya publicidad puede dañar a instituciones y personas. Esto no vale solo para el Vaticano sino también para otras filtraciones masivas de documentación secreta, patrimonio de distintos gobiernos, expuesta al público en redes sociales. Es obvio que hay un vacío legal que habrá que colmar cuanto antes", ha insistido.
En cuanto a las afirmaciones que han realizado los denominados ´cuervos´ sobre que tales filtraciones se han hecho por el bien del Pontífice, Saranyana ha remarcado que "decir eso es, por lo menos, una ´boutade´ (en francés), una broma de mal gusto". "No se han filtrado los papeles por el bien del Papa, sino para perjudicarlo", ha puntualizado.
Saranyana ha señalado que la sustracción de documentos del Papa es "una traición de la confianza depositada en el Papa por una serie de personas, que en su día se dirigieron al Pontífice con confianza filial, exponiendo sus puntos de vista sobre cuestiones delicadas. "No me gustan estas cosas, no van a ninguna parte", ha concluido.
Por su parte, Alfonso Bailly-Bailliere ha insistido en que la sustracción de documentos "no debilita la imagen del Papa como Pastor" aunque opina que "en la percepción de la opinión pública, de la gente, es un pequeño golpe, una fisura".
Además, ha subrayado que, si se consigue encontrar "los problemas que aparentemente resquebrajan la unidad" y se realiza una investigación seria con valentía", esta situación "puede generar efectos positivos a largo plazo" y "beneficiará a la Iglesia para reconstruir, si hay realmente situaciones que crean divisiones, también en la opinión pública".
En esta línea, ha afirmado que el Papa está "empeñado" y confía en su coraje, el mismo que tuvo "para enfrentar la situación de la pedofilia, para realizar limpieza a fondo".
En cualquier caso, Bailly-Bailliere considera que este escándalo ofrece "una imagen distorsionada de la realidad, de lo que sucede dentro del Vaticano" y ha precisado que Benedicto XVI es una persona "tranquila, serena" y que, aunque esta situación "le supone un sacrificio, no es su preocupación número uno".
"El Papa está por encima de estas situaciones, no es que no le preocupe pues, como Pastor de la Iglesia, las situaciones que afectan a las personas cercanas le entristece, pero sobrenaturaliza la situación", ha precisado.
Concretamente, ha señalado que es importante "distinguir" entre cómo afecta a "las personas católicas con formación media" que, según ha precisado, "saben discernir y no minusvaloran", de los que no son católicos o no profesan a los que, a su juicio, "afecta más".
"La gente se aprovecha de esta situación para comparar a la Iglesia con un gobierno, pero la Iglesia no es una multinacional, no es un partido político, es una institución de otro nivel, sobrenatural, fundada por Cristo", ha concluido.
En este sentido, Josep Ignasi Saranyana ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que el escándalo de la filtración de documentos, custodiados en el archivo papal, afecta negativamente a la curia vaticana pero ha apuntado que la imagen del Papa "no está dañada" y que, si la crisis se gestiona bien, puede redundar en "una mayor adhesión al Santo Padre y clarificar algunas situaciones hasta ahora demasiado turbias".
"Daña sobre todo a la curia vaticana y al funcionamiento de los dicasterios romanos, al revelar rivalidades y luchas por el poder en el gobierno de la Iglesia, que pueden escandalizar a los fieles", ha subrayado.
En relación a los asuntos "turbios", se ha referido a la gestión del banco vaticano, el IOR, donde, a su juicio, "se han vivido acontecimientos extraños y surrealistas, como la fulminante destitución de su director, economista honesto y capaz, por parte del consejo de administración". "También la fiscalía de la República italiana entiende que hay maniobras oscuras", ha añadido.
Saranyana ha precisado que la filtración de documentos "no es una buena noticia" y que esos papeles revelan "no sólo pluralidad de opiniones, como se ha dicho, sino verdaderas tensiones, una sorda lucha subterránea, que, al parecer, viene de tiempo atrás".
Además, ha apuntado que es evidente que el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, "no ha actuado solo" porque si no, según ha explicado, "nadie le habría comprado los papeles" que, según ha precisado, parece que han sido adquiridos por distintos medios, aunque no se sabe a qué precio, ni si se ha pagado en especie, en favores o en dinero.
"Estamos ante un asunto ético de gran calado, es decir, si es lícito publicar papeles reservados, cuya publicidad puede dañar a instituciones y personas. Esto no vale solo para el Vaticano sino también para otras filtraciones masivas de documentación secreta, patrimonio de distintos gobiernos, expuesta al público en redes sociales. Es obvio que hay un vacío legal que habrá que colmar cuanto antes", ha insistido.
En cuanto a las afirmaciones que han realizado los denominados ´cuervos´ sobre que tales filtraciones se han hecho por el bien del Pontífice, Saranyana ha remarcado que "decir eso es, por lo menos, una ´boutade´ (en francés), una broma de mal gusto". "No se han filtrado los papeles por el bien del Papa, sino para perjudicarlo", ha puntualizado.
Saranyana ha señalado que la sustracción de documentos del Papa es "una traición de la confianza depositada en el Papa por una serie de personas, que en su día se dirigieron al Pontífice con confianza filial, exponiendo sus puntos de vista sobre cuestiones delicadas. "No me gustan estas cosas, no van a ninguna parte", ha concluido.
Por su parte, Alfonso Bailly-Bailliere ha insistido en que la sustracción de documentos "no debilita la imagen del Papa como Pastor" aunque opina que "en la percepción de la opinión pública, de la gente, es un pequeño golpe, una fisura".
Además, ha subrayado que, si se consigue encontrar "los problemas que aparentemente resquebrajan la unidad" y se realiza una investigación seria con valentía", esta situación "puede generar efectos positivos a largo plazo" y "beneficiará a la Iglesia para reconstruir, si hay realmente situaciones que crean divisiones, también en la opinión pública".
En esta línea, ha afirmado que el Papa está "empeñado" y confía en su coraje, el mismo que tuvo "para enfrentar la situación de la pedofilia, para realizar limpieza a fondo".
En cualquier caso, Bailly-Bailliere considera que este escándalo ofrece "una imagen distorsionada de la realidad, de lo que sucede dentro del Vaticano" y ha precisado que Benedicto XVI es una persona "tranquila, serena" y que, aunque esta situación "le supone un sacrificio, no es su preocupación número uno".
"El Papa está por encima de estas situaciones, no es que no le preocupe pues, como Pastor de la Iglesia, las situaciones que afectan a las personas cercanas le entristece, pero sobrenaturaliza la situación", ha precisado.
Concretamente, ha señalado que es importante "distinguir" entre cómo afecta a "las personas católicas con formación media" que, según ha precisado, "saben discernir y no minusvaloran", de los que no son católicos o no profesan a los que, a su juicio, "afecta más".
"La gente se aprovecha de esta situación para comparar a la Iglesia con un gobierno, pero la Iglesia no es una multinacional, no es un partido político, es una institución de otro nivel, sobrenatural, fundada por Cristo", ha concluido.
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