Se titula "El Evangelio y el arte"
Publican un libro con escritos inéditos del obispo Wojtyla dirigido a escritores y artistas
Fueron escritos por el futuro Papa en 1962, y sus destinatarios son los artistas con los que tenía relación por su pasión al teatro.
Se titula “El Evangelio y el arte” el libro que acaba de salir en Cracovia con las conferencias inéditas que ofreció justamente hace 50 años el entonces joven obispo Karol Wojtyla.
Se trata de textos que preparó para los ejercicios espirituales de artistas y escritores que se llevaron a cabo del 16 al 18 de abril de 1962 en una de las Iglesias de Cracovia. El mensaje principal de estas conferencias, según la presentación del libro que hizo el actual cardenal de Cracovia Stanislaw Dziwisz, sigue siendo actual para los creyentes: Dios es la fuente de la belleza, que como un «arroyo atraviesa la vida de cada hombre».
En una de las conferencias, Wojtyla se preguntó si el arte ayuda a los artistas a ser más seres humanos; en otra, trata de describir la belleza de la consciencia, de los sacramentos y de la oración.
La publicación, preparada por la Fundación Juan Pablo II y el Instituto del Diálogo Intercultural de Cracovia, demuestra, según los comentarios, que ya desde entonces el futuro Papa se preocupaba particularmente por los problemas culturales.
Se trata de textos que preparó para los ejercicios espirituales de artistas y escritores que se llevaron a cabo del 16 al 18 de abril de 1962 en una de las Iglesias de Cracovia. El mensaje principal de estas conferencias, según la presentación del libro que hizo el actual cardenal de Cracovia Stanislaw Dziwisz, sigue siendo actual para los creyentes: Dios es la fuente de la belleza, que como un «arroyo atraviesa la vida de cada hombre».
En una de las conferencias, Wojtyla se preguntó si el arte ayuda a los artistas a ser más seres humanos; en otra, trata de describir la belleza de la consciencia, de los sacramentos y de la oración.
La publicación, preparada por la Fundación Juan Pablo II y el Instituto del Diálogo Intercultural de Cracovia, demuestra, según los comentarios, que ya desde entonces el futuro Papa se preocupaba particularmente por los problemas culturales.
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