La «escuela de oración» de Benedicto XVI
El Papa enseña a rezar con los Salmos y asegura que ante el sufrimiento Dios siempre responde
La catequesis de la audiencia de los miércoles la dedicó al libro de los salmos, al que llamó el libro de oración por excelencia.
Benedicto XVI dijo hoy que ante la desolación y el dolor, "Dios responde", ya que es fuente de consuelo para los hombres, "criaturas inevitablemente marcadas por la muerte".
Ante varias decenas de miles de fieles, que llenaron la plaza de San Pedro en una mañana muy calurosa, Benedicto XVI celebró la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó al libro de los salmos, el libro de oración por excelencia, como le llamó.
El Obispo de Roma señaló que los 150 salmos que lo componen, con distintas temáticas y géneros literarios, expresan la riqueza de la experiencia humana.
El Pontífice subrayó que en los salmos se pueden distinguir dos ideas centrales, la súplica y la alabanza, pero que ambas están profundamente unidas, ya que cuando el orante se lamenta, describe su situación de angustia, de peligro y desolación, o cuando expresa agradecimiento y alabanzas, confiesa a Dios su propia condición como "criatura inevitablemente marcada por la muerte, que necesita ser salvada".
El papa agregó que el rezo está animado por la certeza de que ante el sufrimiento o la contrición "Dios responderá".
Benedicto XVI manifestó que en los Salmos, los fieles aprenden a rezar con las palabras de Dios y que de la misma manera que el niño aprende a expresar sus sentimientos con palabras que recoge de sus padres, los creyentes se apropian de las palabras de Dios "para poder alabarle como desea".
A la audiencia asistieron fieles procedentes de España, Colombia, Venezuela y otros países latinoamericanos, a los que exhortó, hablando en español, a aprender de los salmos "a hablar con Dios" y a abrirle sus corazones.
Benedicto XVI anunció al final de la audiencia que mañana, como todos los años, se trasladará a la basílica romana de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, para oficiar la misa solemne con motivo de la festividad del Corpus Christi y que después presidirá la tradicional procesión por las calles del centro de la Ciudad Eterna.
Ante varias decenas de miles de fieles, que llenaron la plaza de San Pedro en una mañana muy calurosa, Benedicto XVI celebró la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó al libro de los salmos, el libro de oración por excelencia, como le llamó.
El Obispo de Roma señaló que los 150 salmos que lo componen, con distintas temáticas y géneros literarios, expresan la riqueza de la experiencia humana.
El Pontífice subrayó que en los salmos se pueden distinguir dos ideas centrales, la súplica y la alabanza, pero que ambas están profundamente unidas, ya que cuando el orante se lamenta, describe su situación de angustia, de peligro y desolación, o cuando expresa agradecimiento y alabanzas, confiesa a Dios su propia condición como "criatura inevitablemente marcada por la muerte, que necesita ser salvada".
El papa agregó que el rezo está animado por la certeza de que ante el sufrimiento o la contrición "Dios responderá".
Benedicto XVI manifestó que en los Salmos, los fieles aprenden a rezar con las palabras de Dios y que de la misma manera que el niño aprende a expresar sus sentimientos con palabras que recoge de sus padres, los creyentes se apropian de las palabras de Dios "para poder alabarle como desea".
A la audiencia asistieron fieles procedentes de España, Colombia, Venezuela y otros países latinoamericanos, a los que exhortó, hablando en español, a aprender de los salmos "a hablar con Dios" y a abrirle sus corazones.
Benedicto XVI anunció al final de la audiencia que mañana, como todos los años, se trasladará a la basílica romana de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, para oficiar la misa solemne con motivo de la festividad del Corpus Christi y que después presidirá la tradicional procesión por las calles del centro de la Ciudad Eterna.
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