El Papa advierte del mal uso de internet y las redes, «un escaparate donde exhibir el narcisismo»
De cara a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Papa Francisco ha publicado un mensaje en el que habla mucho de internet y las redes sociales. Titulado Somos miembros unos de otros afirma que “Internet representa una posibilidad extraordinaria de acceso al saber; pero también es cierto que se ha manifestado como uno de los lugares más expuestos a la desinformación y a la distorsión consciente y planificada de los hechos y de las relaciones interpersonales, que a menudo asumen la forma del descrédito”.
Por ello, Francisco advierte que tanto internet como las redes sociales en vez convertirse en una “ventana abierta al mundo” lo están haciendo en “un escaparate en el que exhibir el propio narcisismo”.
El amén frente al like
Sin embargo, en contraposición a este narcisismo el Papa habla de una Iglesia que “es una red tejida por la comunión eucarística, en la que la unión no se funda sobre los ‘like’ sino sobre la verdad, sobre el ‘amén’ con el que cada uno se adhiere al cuerpo de Cristo acogiendo a los demás”.
Acerca de las redes sociales, Francisco asegura que hay que reconocer que “sirven para que estemos más en contacto, nos encontremos y ayudemos los unos a los otros; pero por otro, se prestan también a un uso manipulador de los datos personales con la finalidad de obtener ventajas políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona y a sus derechos”.
La metáfora de la red
Esta falta de respeto a la persona se traduce en episodios de acoso cibernético, del que el Papa afirma que las estadísticas dicen que entre los más jóvenes lo han sufrido uno de cada cuatro. Por ello, el Pontífice quiso hablar de la “metáfora de la red”.
“La metáfora de la red trasladada a la dimensión antropológica, nos recuerda otra figura llena de significados: la comunidad. Cuanto más cohesionada y solidaria es una comunidad, cuanto más está animada por sentimientos de confianza y persigue objetivos compartidos, mayor es su fuerza. La comunidad como red solidaria precisa de la escucha recíproca y del diálogo basado en el uso responsable del lenguaje”, explica en su mensaje.
La contraposición frente al otro
En gran medida, advierte el Papa, “la identidad en las redes sociales se basa demasiadas veces en la contraposición frente al otro, frente al que no pertenece al grupo: este se define a partir de lo que divide en lugar de lo que une, dejando espacio a la sospecha y a la explosión de todo tipo de prejuicios (étnicos, sexuales, religiosos y otros)”.
“Esta tendencia alimenta grupos que excluyen la heterogeneidad, que favorecen, también en el ambiente digital, un individualismo desenfrenado, terminando a veces por fomentar espirales de odio”, agrega. El Papa quiso insistir en que “la red constituye una ocasión para favorecer el encuentro con los demás, pero puede también potenciar nuestro autoaislamiento, como una telaraña que atrapa”.
Precisamente son los jóvenes “los más expuestos a la ilusión de pensar que las redes sociales satisfacen completamente en el plano relacional; se llega así al peligroso fenómeno de los jóvenes que se convierten en 'ermitaños sociales', con el consiguiente riesgo de apartarse completamente de la sociedad”.
“Si una familia usa la red para estar más conectada y luego se encuentra en la mesa y se mira a los ojos, entonces es un recurso. Si una comunidad eclesial coordina sus actividades a través de la red, para luego celebrar la Eucaristía juntos, entonces es un recurso. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme a historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de mí, para rezar juntos y buscar juntos el bien en el redescubrimiento de lo que nos une, entonces es un recurso”, agrega.