Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

El padre Jeffry Grob, experto en el ritual, repasa todos los elementos fundamentales

Todo lo que hay que saber sobre los exorcismos (sin amarillismo): lo efectivo, cómo actúa Satanás...

Javier Lozano / ReL

Tras décadas en las que el demonio consiguió que mucha gente creyera que no existía, incluso en el seno de la Iglesia Católica, de nuevo se va tomando conciencia del mal pese a que ministerios como el de exorcista sigan siendo caricaturizados y víctimas de los estereotipos. Hollywood ha creado además una imagen de lo que es la actuación de Satanás, que en la gran mayoría de los casos no se corresponde con la realidad.

Para evitar el morbo que rodea a los exorcismos, explicar realmente qué es y cómo surgió esta práctica, conocer los diferentes grados de influencia demoniaca, el verdadero papel del sacerdote encargado de este ministerio y del rito preparado por la Iglesia, un religioso experto en la materia arroja mucha luz en una larga entrevista en la web litúrgica Adoremus.

Experto en el Ritual del Exorcismo

Se trata del sacerdote Jeffrey Grob, actualmente vicario de asuntos canónicos y vicario judicial de la Archidiócesis de Chicago, pero además es un experto en la materia tras haber recibido un doctorado en 2007 por una tesis centrada en la revisión del Ritual del Exorcismo. Mientras tanto, durante años ha ayudado y analizado los casos que han ido llegando al exorcista oficial de la diócesis.


El padre Jeffry Grob realizó su tesis doctoral sobre la revisión del Ritual de Exorcismo

En primer lugar, Grob explica qué dice textualmente la Iglesia: “Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo”, aparece en el Catecismo.

"El perro está atado"

Este sacerdote afirma que al igual que las personas, los objetos pueden ser poseídos por el demonio. “No te levantas una mañana y te encuentras endemoniado o poseído. Lo mismo ocurre con las cosas. Si se trata de una casa o un edificio, tenemos que preguntar qué es lo que trajo la oscuridad o el mal a este lugar”.

Uno de los grandes malentendidos que se forman en torno al rito del exorcismo es que se le da demasiada autoridad o poder al demonio. “Sólo hay un Dios, y el Maligno es una criatura. Él tiene un comienzo. Entonces, en ese sentido, el perro está atado. No significa que el diablo no retenga los dones sobrenaturales que poseía antes de la caída, pero no puede hacer nada a menos que Dios lo permita. Él no es Dios, entonces no tiene los privilegios de Dios. El Maligno solo puede manipular la materia ya creada, y es bueno en eso. Él vive para infundir miedo y aislamiento en el alma humana”.

Las distintas formas de actuar del demonio

Por otro lado, considera que hay una tendencia a querer agrupar todo tipo de actividad demoníaca sin hacer distinciones entre tentación, obsesión, opresión y posesión.  “No podemos equiparar estas actividades”, avisa el padre Grob.

La tentación forma parte de la condición humana y como personas somos tentados, al igual que lo fue Cristo. Cuando se abre una puerta a la oscuridad se produce lo que la Iglesia llama obsesión demoníaca y opresión demoníaca. “Curiosamente, la obsesión es el término más antiguo, y el único que aparece en el rito anterior”, recuerda. En los libros clásicos de Teología sólo se usaban tres términos: tentación, obsesión y posesión.



A partir de la década de los 70 y 80 del pasado siglo se empezó a hablar de opresión, en un intento de diferenciar entre las aflicciones, ataques o manipulaciones de la mente (obsesión) y del cuerpo (opresión) por parte de Satanás. La posesión es el extremo radical en el cual una mente y un cuerpo están afligidos por el Maligno.

Así debe analizar el exorcista

El papel del exorcista es clave, incluso antes de empezar el rito. Explica este sacerdote que “el exorcista debe estar siempre evaluando” y que “no deben apresurarse a creer que el diablo está allí o que no lo está”.

Además, específica que “lo que se ha agregado en las pautas que no se encuentran en el rito antiguo es que el exorcista debe tener certeza moral. Es similar a un juez en un caso de nulidad matrimonial: la certeza moral no es una certeza absoluta, pero es más que una posibilidad. Se basa en pruebas y así es como el exorcista determina la certeza moral”.

¿Cómo diferenciar entre las distintas actuaciones del demonio o saber si es un problema clínico? El padre Grob afirma que primero se evalúa a la persona física y psicológicamente “Los casos más difíciles son en los que hay a la vez un problema de salud mental y una aflicción demoniaca. Es más fácil para el exorcista si es uno u otro”, cuenta.

Cuatro puntos de ayuda al exorcista

Pero en la evaluación puede haber algo más que un problema psicológico. Entonces el exorcista necesita descubrir que es ese “algo más”. Desde la Edad Media -informa- los exorcistas han utilizado cuatro fenómenos que pueden demostrar si es más que un problema psicológico:

1. Conocimiento de los idiomas. Se trata de tener una conversación en una lengua que la persona afectada no sabe.
2. Conocimiento de cosas ocultas. Que por ejemplo una persona atacada por el demonio revele cosas personales del exorcista o de las personas que le ayudan.
3. Fuerza extraordinaria. Pone el caso de una mujer de 70 años y de complexión pequeña que pueda con cinco hombres fornidos.
4. Aversión a lo sagrado. Odio a las oraciones u objetos religiosos como crucifijos o el agua bendita.

El asalto al castillo

Para saber diferenciar los distintos casos de actuación del demonio, el padre Jeffrey Grob utiliza un ejemplo muy gráfico. Con la obsesión y la opresión, los demonios están escalando la muralla del castillo pero todavía no han entrado. Pero en la posesión, la entrada ya se ha realizado.

Con la obsesión, “la persona puede escuchar voces, lo cual no es un tema clínico sino espiritual. La persona descubre que no puede rezar o centrarse debido a estas voces. Además, puede haber una tentación al suicidio”.

En la opresión, que se dirige al cuerpo, “generalmente implica un ataque a los sentidos; por ejemplo, todo lo que una persona huele o degusta parece putrefacto. Puede haber lesiones, cortes o rasguños en el cuerpo que aparecen sin explicación así como ataques físicos. La persona puede ver cosas o escuchar cosas de manera audible y visible en lugar de voces en su cabeza”.


Goya pintó la famosa pintura que representaba a San Francisco de Borja realizando un exorcismo

El prólogo de San Juan

¿Pueden las almas estar poseídas contra su voluntad o lo están por “invitación”? Ante esta pregunta, el sacerdote estadounidense afirma que “no existe una regla absoluta, pero en general la posesión ocurre cuando alguien voluntariamente, y no siempre por ignorancia, se abre a algo oscuro o malvado”.

Por otro lado, hay casos, y puso como ejemplos a santos como Santa Teresa de Ávila, el Padre Pío o el cura de Ars que fueron afligidos y atacados por el demonio. ¿Se abrieron al demonio? No, pero como en el caso de Job, Dios permite que tales cosas sucediesen para su santidad.

¿Cuáles son los pasajes de la Escritura más poderosos que utilizan los exorcistas? El padre Grob afirma que “curiosamente en todas las formas antiguas de exorcismo, miucho antes de que se promulgara el rito para la Iglesia Universal en 1614, el texto más frecuentemente citado fue el prólogo de San Juan: ‘En el principio existía la Palabra...’. Especialmente efectiva ha sido la cita: ‘y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron’ (Juan 1, 5)”.

Así se desarrolló el ritual del exorcismo

En los primeros siglos de la Iglesia, personalidades como San Juan Crisóstomo o Tertuliano afirmaban que cualquiera, en virtud de su bautismo, podía exorcizar. No era un rito. Pero es en el Concilio de Cartago (397) cuando se ve por primera vez la orden de exorcista. Durante siglos siguió siendo una de las órdenes menores.

Es ya en 1614 cuando se institucionaliza, por decirlo así, un rito formal de exorcismo para toda la Iglesia universal, algo que en aquel momento histórico se fue realizando con otros ámbitos del catolicismo como los seminarios o los libros litúrgicos. Desde el siglo XVII hasta 1998 apenas se realizaron un par de cambios menores hasta que en 1998 se promulgó el rito revisado, que se había solicitado en el Concilio Vaticano II.

A tenor de su experiencia en Chicago, el padre Grob afirma que “la posesión demoníaca en toda regla sigue siendo rara. Hay muchos casos límite de obsesión u opresión; estos han aumentado debido a la cantidad de personas que se abren a todo tipo de cosas oscuras”.


Los exorcismos han sido llevados al cine en numerosas ocasiones como en El Exorcista, o esta de El Rito, protagonizada por Anthony Hopkins

El inicio con las letanías

¿Cuál es el esquema de un exorcismo? “Comienza con la preparación del exorcista y el equipo que reza con la persona. Nos ponemos la armadura de Cristo por medio de la confesión, la misa y la oración personal. En general, el rito comienza con la Letanía de los Santos, la versión antigua y la revisada hablan sobre el uso de las Letanías. Luego hay oraciones preparatorias: los salmos y la lectura del Evangelio. Luego las oraciones centrales aparecen en un conjunto, dirigidas a Dios primero y luego invocan a Dios en una oración que se dirige directamente al espíritu o espíritus poseedores de la persona”.

Sin embargo, sobre la marcha los exorcistas pueden ir añadiendo otras oraciones como otras letanías a la Madre de Dios y a otros santos específicos. Pero además hay un orden para las oraciones. “Siempre se debe dirigir una oración a Dios primero y luego ya la que va dirigida directamente contra la entidad demoníaca. Pero nunca se revierte el orden. Jesús es el exorcista, no el sacerdote”.

Además, dependiendo de cada caso hay oraciones más efectivas que otras. “A menudo los exorcistas tienen a alguien como parte del equipo de oración que guarda notas de este tipo de cosas. Estas son las cosas que luego quieres volver a ver. En este ministerio, los exorcistas intentan consolar y aliviar el sufrimiento, no estamos buscando hacerlos sufrir más. Por eso buscamos los puntos calientes y los de presión, oraciones que provocan una respuesta y regresamos a esas oraciones, frases, referencias a los santos o los títulos de María que tienen un efecto demostrable”, concluye este sacerdote experto en el Rito del exorcismo.

Publicado originariamente en ReL el 1 de febrero de 2018
 

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