Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Santoral hoy: 17 de julio. San Alejo, penitente.

El hombre de Dios, romano, griego o siríaco.

Ramón Rabre

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Reliquias de Santos Alejo y Bonifacio.
Reliquias de Santos Alejo y Bonifacio.

Santoral hoy: 17 de julio.

San Alejo, penitente. 1

Introducción.
Lo común que todos conocemos es que Alejo (o Alexis) vivió en el siglo V y fue un joven de buena posición que se hizo mendigo por amor de Dios, recorrió ciertos lugares para terminar viviendo en la casa de sus padres como un pobre recogido más. No sería hasta su muerte cuando es descubierto, tenido como santo y honrado con honores. Esto, lo común a las leyendas, es posible que sea lo único cierto: un mendigo que fue honrado como santo.

Las complicaciones comienzan ya con su día de fiesta: Los martirologios latinos jamás lo mencionan (luego veremos por qué) hasta muy avanzado el tiempo; los griegos lo ponen el 17 de marzo; los mozárabes, el 16 de julio (aunque por la fiesta del Carmen, en Occidente se traslada a 17 de julio); el martirologio de Floro lo pone a 26 de febrero, pero marca la traslación de las reliquias a 17 de junio; y los calendarios siríaco y maronita lo señalan a 3 de noviembre.

Cuatro "vitae" para un santo.
Quien primero escribe sobre San Alejo es San José el Himnógrafo (3 de abril), monje de Constantinopla que vivió sobre el 850: "Alejo, provino de una madre que había sido durante mucho tiempo estéril. La noche de sus bodas escapó del lecho conyugal huyendo al exilio, para vivir en una gran pobreza, junto a una iglesia dedicada a la Madre de Dios. Allí fue pobre y desconocido hasta que la misma Virgen María habló y dijo lo virtuoso que era, por lo que fue conocido y venerado; entonces Alejo regresó a casa de sus padres a vivir como un mendigo. Fue tratado con gran rudeza por los esclavos, que le maltrataban, y se burlaban de él, hasta que finalmente reveló a sus padres su verdadera identidad. Entonces pueblo, dignatarios y el clero comenzaron a visitarlo, obró milagros y conversiones, hasta que murió y fue enterrado con gran solemnidad por el patriarca". Y esto, básicamente, es lo que ha pasado a Occidente como "vida" de San Alejo.

La otra "vida" con cierta autoridad es de origen griego. Es un menologio del siglo XI dedicado a Basilio II. Este narra que Alejo era hijo del senador Eufemiano. Cuando se hizo adulto, le buscaron una mujer que abandonó en la misma noche de bodas, dejándole un anillo. Se dirigió a Edesa, donde pasó dieciocho años junto a una iglesia, pero como su virtud le hizo famoso, regresó a casa de sus padres, y pidió vivir a la entrada, donde todos los días veía el lamento de sus padres y esposa por su ausencia. Cuando vio venir la muerte, pidió un pergamino, donde escribió quien era y que había hecho en su vida. Al hallarlo muerto, se leyó el texto y se supo la verdad. Entonces, el emperador Honorio, tomó el cuerpo y lo enterró en la iglesia de San Pedro (?)

Por su parte la tercera "vida" es la siríaca, que es traducción de la griega, añade detalles como que en la noche del matrimonio, Alejo en Edesa vivió junto al santuario donde se veneraba la Santa Faz del Señor, pero luego se trasladó al atrio de la iglesia de la Virgen Madre de Dios, donde vivía pobremente. Una noche una voz resonó en la iglesia, anunciando la santidad de aquel pobre hombre que vivía en el atrio. Alejo se sintió confundido por temor al reconocimiento del mundo. En esta versión de la historia, cuando Alejo enfermó, fue llevado al hospital, donde murió, siendo enterrado en Edesa por el obispo Rábulas.

La "vita" latina cuenta que sus padres eran romanos, y añade el nombre de su madre: Aglamades. Esta era estéril, pero luego de años de oración y limosnas, Dios le concedió un hijo. Otros detalles son los mismos: huida, vida en Edesa, reconocimiento celestial. Pero, y aquí varía totalmente la leyenda: al ser reconocido, Alejo tomó un barco para dirigirse a Tarso, al santuario de San Pablo pero el barco fue arrastrado por el viento a Roma, donde se fue a casa de sus padres, y suplicó alojarse en el patio y ser alimentado de la basura que arrojaban de la cocina. Allí vivió durante 17 años (la “vita” latina es la única en establecer este tiempo). La narración del pergamino, la muerte y el descubrimiento, son exactos en ambas versiones latina y griega, no así en la siríaca, como ya vimos.

Desconcierto y acierto.
Causa extrañeza un hecho: En Roma, ni en Occidente no hay vestigio alguno de la persona, leyenda o culto a San Alejo antes del siglo XIII, siendo romano, como dice la leyenda latina. Y se conoce a partir de 1216, cuando reinando Honorio III, sus reliquias fueron descubiertas en la iglesia de San Bonifacio. Entonces, y solo entonces, se escribió la "vita" latina, que le hace romano de nacimiento. Esta antigua iglesia de San Bonifacio (14 de mayo), pasaría a llamarse "de San Alejo". La primera mención de la iglesia con el nombre de "Santos Bonifacio y Alejo" se encuentra en una carta de San Pedro Damiani (21 de febrero) al papa Nicolás II. Allí se veneran las reliquias de los santos en la misma urna. Es por ello que su nombre no fue inscrito en el Breviario y Martirologio Romanos hasta 1200, y hasta 1697 no tuvo Oficio Litúrgico propio.

Al hallar las reliquias, seguramente trasladadas siglos antes, por el temor a los sarracenos, los romanos creyeron erróneamente que San Alejo era de origen romano y que había muerto en esta ciudad. Está claro que los romanos, en la redacción latina, tomaron los datos de las “vitae” antiguas y los modificaron y ampliaron, para hacerle de origen romano y poder justificar su pomposo entierro en Roma, al que hacen acudir a los emperadores Arcadio y Honorio, y al Papa Inocencio, añadiendo que lo sepultaron con gran pompa. Son estas actas las que pronto se hicieron populares en Occidente, y antes de ellas en Roma nadie había conocido a este santo. 

Sin embargo, en Edesa, durante siglos, se conservó la memoria de que Alejo habría servido a la Madre de Dios en su iglesia principal. Por otro lado, el hecho de que un barco que se dirigiese a Tarso se desviara hacia Roma es absurdo. Solo hay que ver un mapa. Los historiadores admiten que es probable se trate de la “Nueva Roma”, es decir: Constantinopla. Es el mismo caso de San Juan Chozabita, las actas tardías le hacen recalar en Roma, cuando las más antiguas le ponen en Constantinopla cuando naufraga su barco. Ciertamente, San Alejo era conocido y venerado en Constantinopla lo menos desde el siglo VIII, mucho antes de que le conocieran en Roma, cosa extraña si habían asistido papas y emperadores a su entierro.

Ya luego la tradición añadiría otros detalles, como que en dicha iglesia se venera la escalera bajo la cual se alojó el santo al regresar a casa de sus padres, dando a entender a muchos que dicha iglesia está construida en la casa original de San Alejo, lo cual es erróneo, porque el edificio era la iglesia de San Bonifacio desde el siglo IV. Además, ninguna "vita" menciona el hecho de la escalera, ni siquiera la romana. Otra tradición es creer que un icono oriental que se venera en dicha iglesia es el mismo icono de la Madre de Dios que se veneraba en Edesa y que proclamó la gloria de Alejo. Pero ninguna de las "vitae" dicen que fuera la Santísima Virgen quien lo hiciera, sino "una voz". 

Varias reliquias de San Alejo se han distribuido por Roma y por medio mundo, la mayoría provenientes de Roma, y otras más dudosas.

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo VIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.

A 17 de julio además se celebra a la Beata Teresa de San Agustín y compañeras carmelitas mártires.

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